Cap 31: Dejarnos de juegos

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Matthew

El entrenador Owen decidió usar sus contactos para que nos diesen una nueva oportunidad de jugar contra el equipo local.

Era un orgulloso y no podía dejar ese juego inconcluso. Por suerte, gracias a nuestras estrategias, entrenamientos duros y habilidades, logramos ganar el partido. Con una diferencia de cinco goles a uno. Definitivamente, ellos no podrían con nosotros.

Celebramos victoriosos el triunfo y gracias esto, el entrenador nos dio un día libre para que hiciéramos lo que se nos antojara.

Nos pusimos de acuerdo para ir al lago Dinston. Una atracción propia del pueblo que no podíamos dejar de conocer. Compramos bebidas y comida para pasarnos el día en el lugar.

El lago era hermoso, limpio y reluciente. Algunas ocas atravesaban ocasionalmente. Todo tenía una tranquilidad extrema. Colocamos nuestras toallas en el borde del lago para tomar un poco el sol.

Yo, por mi parte, solo lo hice por unos segundos. Mi piel cuando se quemaba mucho, solía partirse y verse horrible, por lo que me senté sobre una roca bajo un árbol.

—Este lugar me recuerda a uno que iba cuando era pequeño, con mi madre —decía Brad nostálgico, su madre falleció cuando él tenía once años —. Solíamos venir y ella se sentaba bajo un árbol como Matt y yo corría jugando al escondite con mi hermana y mis primos.

Todos nos quedamos en silencio, recordando seguramente las veces que hicimos cosas similares en nuestra infancia.

—¿Saben qué? Deberíamos jugar al escondite —sugirió Jay colocándose de pie —.  Recordando cuando éramos niños y no teníamos preocupaciones ni problemas.

Todos rieron, aunque no se negaron a la idea.

—Bien, pondremos las reglas —comenzó Andrew —. Yo seré el encargado de buscarlos. Este árbol de aquí será la base a la que tienen que intentar llegar sin que los vea. Contaré hasta veinte. Los diez tienen que esconderse a menos de cinco metros, tampoco voy a recorrer el lago completo detrás de ustedes.

Bajé hasta donde se hallaban reunidos todos, y de repente comenzaron a correr mientras Andrew comenzaba a contar.

Miré en todas direcciones tratando de ubicar un lugar factible y salí disparado. Me encontré una especie de montículo de tierra.

De un salto, caí al otro lado de este. Apoyé mi brazo en la pequeña montaña, tratando de asomarme y vigilar a Andrew como si fuera un campo de batalla, hasta que sentí que alguien se aclaró la garganta detrás de mí: era Hajun.

Sí, habíamos escogido el mismo lugar.

—Me voy de aquí, nos va a descubrir —dije y me dispuse a marcharme cuando él me tomó del brazo.

—No es necesario, hay espacio de sobra para los dos.

Tragué grueso y me senté apoyando la espalda en el montículo de tierra.

—¿Desde cuándo no jugábamos a esto? —pregunté riendo, aún con el corazón agitado. No sabía si se debía a la adrenalina de ser descubierto o a la cercanía inevitable de ambos —. Creo que tendría unos siete años, y lo hice con Karen. Quería ser el hermano para ella que no tuve para mí.

Él sonrió y extendió su mano para limpiar algo de mi cabello. Eran unas hojas pequeñas.

—Es lindo que actúes así con ella —me celebró —. Ahora te miro y no pareces ser la misma persona que hace días atrás.

—No te engañes, sigo siendo el mismo, aunque supongo que alguien me hizo cambiar, solo un poco —le dije lamiendo mi labio inferior.

—Que afortunado es.

Acercó su boca a mi oído, haciéndome cosquillas con su respiración cálida. Pasó su mano por la parte delantera de mi bañador y sonrió al notar que estaba duro.

—Vamos a dejarnos de juegos de una vez —me susurró —. Y no me refiero a este en particular. Mis padres tienen que hacer un viaje a Corea durante el fin de semana. Quiero que vengas a mi casa y podremos pasarlo juntos. Idea algo para que tu familia no se preocupe y nadie nos moleste. Este era el trato, ¿no? Puedo enseñarte lo que sé…y mucho más. Solo si tú estás de acuerdo.

—Bromeas, ¿verdad? —le dije con la respiración agitada por las succiones que estaba dejando lentamente en mi cuello —. Solo necesito un poco más de fricción sobre mi pene y me correré de nuevo con la ropa puesta.

Él sonrió divertido.

—Ahora mismo muero por verlo, pero no creo que pueda contenerme como aquella vez. Y no creo que este sea el lugar más discreto del mundo para cogerte hasta que las piernas no te respondan. —Y tocó mi labio inferior con su lengua.

Se puso de pie y me hizo un guiño. Los chicos lo vieron y comenzaron a gritarle porque solo faltábamos nosotros dos por aparecer.

No entiendo cómo pudo decirme algo así y continuar imperturbable, cuando a mí me tomó casi diez minutos dejar de transpirar.

Odiaba mi hipersensibilidad cuando se trataba de él. Si tan solo fuese así con mi novia, todo sería más fácil.

Eso era lo que deseaba al final: que él me enseñara lo que necesitaba saber para complacerla y lograr hacer lo que nunca he podido. No había nada de malo. Obviando que era un chico, claro, pero no me preocupaba, solo sería como un puente que me guiaría hasta ese objetivo.

O al menos esperaba que fuese así.

Cuando el juego terminó, todos corrimos a bañarnos en el lago.

Nadando, trepándonos unos sobre otros, haciéndonos bromas.

Fue la mejor tarde que había tenido en mucho tiempo. Me sentía…libre.

........

¡Hola a todos mis lectores! Perdón que al subir el capítulo siguiente olvidé poner la advertencia aquí.

Este capítulo a continuación contiene escenas +18 de la temática chico x chico.

Si no disfruta de este tipo de contenido puedes pasarlo.

Si por el contrario lo haces, eres bienvenido.

¡Cuídense!

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