Hajun
Cuando finalmente se hizo de día, yo llevaba dos horas sentado con la espalda apoyada en la puerta de la habitación de mi mamá, que se había encerrado.
Era un alivio que hubiésemos clausurado todas las ventanas y desaparecido cada objeto que pudiese ser letal.Un Matt adormilado subió los escalones hasta donde estaba.
—Hola —me dijo, mirándome receloso por la posición en que estaba.
—Hola, ¿cómo amaneciste?
—Como una basura. Esto de la resaca es terrible. No vuelvo a beber en la vida.
—Sí, eso dicen todos.
—Pues no lo haré más, de verdad, ¿qué haces?
—Tengo problemas con mamá. Nada grave —dije señalando la puerta —. Busca un cepillo dental nuevo dentro de los cajones del baño. Usa la toalla que está allí. El desayuno te lo debo. Mamá no ha podido hacerlo.
—¿Qué sucede? ¿Puedo ayudar?
—No, mejor no.
—Puedo ayudar, ya que veo que estás solo con ella. ¿Tu papá está en los turnos nocturnos?
—Sí, son más frecuentes cada vez. No es necesario que te quedes. Lo menos que quiero es que comiences a murmurar sobre los problemas de mi familia.
—¿Qué tipo de idiota usaría a la familia para hacer quedar mal a alguien? Por lo menos te hago compañía y me explicas qué sucede.
Me quedé en silencio, mirándolo. No pensaba que fuese tan maduro. Nadie diría que era el mismo chico de anoche.
Unas horas después Matt y yo, yacíamos sentados en el suelo, con nuestras espaldas apoyadas en la puerta.
Cada cinco minutos, me asomaba por la rejilla de la puerta para comprobar que mamá estuviese sentada donde mismo.
—¿Quieres contarme de una vez lo que le ocurre? Porque no sé si lo has notado, un ataque de pánico es bastante grave y fuera de lo común. ¿Han probado con psicólogos?
—Sí, lo hemos intentado todo. Tiene estos ataques repentinos cada cierto tiempo. Se encierra y pasa horas así.
—Pero debe tener algún origen ese comportamiento.
—Sí, lo tiene —suspiré —. Verás, mamá solía vivir entre celebridades. Todo era perfecto hasta que fue escogida para representar a un grupo musical. Uno de los fans la vio en un evento que asistió junto a ellos. Ahí comenzó la pesadilla. La acosaba constantemente, le enviaba regalos macabros, mensajes y muchas cosas más. Fuimos a la policía e hicimos la denuncia, pero al parecer si no había violencia involucrada no tenían caso. Al final, ella estuvo dos semanas secuestrada por ese hombre. Fue una época difícil para todos, pensamos que jamás la veríamos otra vez. Afortunadamente la policía logró encontrarla, pero a su acosador no. Nadie supo de él jamás. Al parecer está en algún lugar escondido como una rata y cada rato envía mensajes imposibles de rastrear con amenazas. Por ese motivo regresamos a Corea. No queríamos volver aquí, pero el trabajo de papá era muy importante.
—Déjame intentar algo.
Él se giró y tocó suavemente con los nudillos en la puerta.
—¿Señora Kim? Me llamo Matthew, soy un amigo de su hijo. ¿Está bien?
Hubo un silencio sepulcral hasta que la voz de mamá se escuchó.
—No, tengo miedo. Mucho miedo.
—¿Puedes abrirnos la puerta?... ¿Cómo se llama? —dijo dirigiéndose a mí susurrando.
—Yuna.
—Yuna, sé que tuvo una experiencia difícil. No me imagino lo duro que debe ser estar completamente sola y aterrada en ese tiempo. Pero debe saber que ahora tiene usted una familia que la apoya y no permitirá que nadie se acerque. Su casa tiene un sistema de seguridad avanzado y está protegida. Tiene una estación de policía a unos cinco minutos de aquí. Nadie le hará daño.
—Pero no lo han capturado aún.
—Lo harán. Por favor, ese monstruo le quitó dos semanas de su vida, no deje que le quite más. Abra la puerta, Hajun está preocupado por usted.
Mi asombro incrementó cuando sentí que quitó el cerrojo de la puerta. De inmediato nos pusimos de pie. Ella asomó su cabeza, como una niña pequeña.
—No quiero temerle por el resto de mi vida. —Vino corriendo a mis brazos.
—No lo hará —negó Matt —. Mire, mi padre es alguien muy influyente y tiene muchos contactos. Le pediré ayuda para que les contrate un detective privado. Cuando necesite cualquier cosa puede llamarme. Le dejaré mi número. Todo va a estar bien.
Sentí que hizo un asentimiento.
—Voy a hacer el desayuno para los tres.
—No es necesario —se excusó él.
—Pero lo haré de todas formas, de paso me cuentas un poco de ti. Hajun no me hablado de ti.
—Es que no le gusta alardear de sus increíbles amigos.
Rodé los ojos. Ella sonrió.
—Gracias por ayudarme. Los espero abajo.
Cuando bajó las escaleras, me quedé mirando a Matt con una expresión agradecida. Aunque estaba nervioso por si recordaba o no lo sucedido anoche.
—Gracias —dije.
—Las gracias debería dártelas yo. Si me quedé aquí supongo que la otra opción era la casa de Andrew. No sé qué hubiese pasado si me hubiesen llevado allí.
—Tranquilo.
—No hice nada raro anoche, ¿verdad? Es que no estoy acostumbrado a beber.
Bueno, admitiste que me observas más de la cuenta porque te fijaste en mis características, me dijiste que era lindo, me mordiste, me besaste y prácticamente me pediste que te lo hiciera. No, casi nada.
—No, tranquilo —mentí —. No eres el peor borracho con el que he lidiado.
—Es un alivio.
—Ah y Hajun… —dijo cuando me dispuse a bajar —. Ponte algo por encima. Tienes un enorme morado en el pecho, es una vergüenza que tu mamá lo viera, si es que no lo hizo. Deberías pedirles a tus amantes que tengan más cuidado —sentenció mientras negaba con la cabeza.
Si supieras.
Por lo menos no se acordaba de nada.
—Tranquilo. Con esta persona no pasará nada así otra vez.
Y bajamos los escalones a la vez.
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The love you're born to find
RomansaLa actitud desenfadada y liberal de Hajun solía atraer la atención de todos los que lo conocían. Matthew, quien goza de un excelente récord académico y una conducta impecable, detesta (y envidia) el desenvolvimiento del que presume el chico. Para t...