Matthew
Estaba nervioso. Hajun y yo nos veríamos por primera vez luego de meses. No tenía ni idea de cómo reaccionar ante su petición y sin darme cuenta acepté que viniera.
Lo que no imaginé era terminar como lo hicimos.
Luego de ver que la decoración principal de mi casa eran nuestras fotos, algo dentro de él cambió. Sospecho que le encantó el detalle y en el fondo esperaba algo de mi parte, una señal de que aún quedaba algo de nosotros, para poder desatar sus deseos como lo hizo.
No creo que luciera tan apetecible luego de los meses casi ni comer que pasé. Pero al parecer, para él seguía siendo igual de deseable.
Me tomó por la parte trasera de los muslos, obligándome a rodear su cintura con ellos.
Empujó mi cuerpo contra la puerta, apoyándose en esta para desabotonar mi camisa.
—Deja eso, vamos a la cama —propuse y lo único que hizo fue sonreír.
—Guíame.
Me cargó en sus brazos y enredó mis piernas alrededor de su cintura, y me hasta la habitación, dejándome caer sobre la cama. Nos deshicimos de toda la ropa con rapidez. Si esto era un sueño lo mejor sería aprovecharlo antes de que despertáramos.
Se quedó de rodillas sobre la cama, mientras yo yacía acostado con las piernas dobladas. Me sentía un poco apenado por la forma en que me veía. Aunque todas mis dudas se disiparon cuando deslizó sus dedos por todo mi pecho.
—Extrañaba ver tu cuerpo. No sabes cuánto —dijo.
Me incorporé y me coloqué de rodillas frente a él. Lo besé una vez más, deleitándome con su sabor. Había deseado esto tantas veces en los últimos meses que no me parecía real.
Pasé mis dedos por su cuello, bajé por sus pechos e incliné mi torso para capturar sus pezones entre mis dientes. Me deleité con ellos hasta que jadeó desesperado.
Mi lengua se deslizó por su abdomen, dejando una marca húmeda por todo este.
Cuando llegué a su erección, acaricié la punta de esta. Lamí la extensión una y otra vez. Llevándola hasta donde podía. Los músculos de sus muslos estaban tensos bajo mi tacto. Cuando toqué sus bolas, masajeándolas, me detuvo.
—No creo que sea buena idea continuar con eso, amor —dijo jadeante y los ojos vidriosos —. Llevo mucho tiempo sin sexo. No duraré más de dos golpes.
Sonreí sin poder disimular. Me halagaba saber eso. Me tiré hacia atrás y abrí las piernas una vez más.
—Vamos a comprobarlo, ¿quieres?
Se cernió como una manta sobre mí. Abrió mis piernas aún más, humedeció sus dedos y comenzó a dilatarme. Luego de varios minutos de intentar dilatarme, ya estaba tan necesitado y excitado que apenas podía hablar. Lo único que deseaba era tenerlo dentro de mí. Tiré de su brazo para que se acercara más.
Hasta que finalmente sentí su miembro ingresar en mi interior. Aunque solo fue la punta, vi su mirada endurecerse y sus músculos de la mandíbula se tensaron. Me penetró una vez, pero dejó de moverse.
—¿Qué pasa, Kim? —pregunté con un tono de burla —. ¿Olvidaste cómo se hace esto?
Como respuesta retrocedió sus caderas y volvió a ingresar en mí. Esta vez me dolió un poco, pero no pensaba demostrarlo.
—Es que estás… —explicó con dificultad —demasiado apretado. Más que la primera vez. No voy a durar mucho.
—Ni yo tampoco.
Lo empujé hacia atrás hasta hacerlo quedar sentado, conmigo sobre él. Me apoyé en sus hombros para moverme por mi cuenta.
Balanceándome hacia delante y atrás, comencé a explorar algunos movimientos que había visto en videos y deseaba probar. Al ver su expresión de disfrute, supe que iba bien.
Con sus manos apretó mis nalgas y me instó a moverme más rápido y profundo.
Nuestras bocas se encontraron una vez más, hambrientas y desesperadas. Nuestros cuerpos sudorosos y calientes, se sincronizaban a la perfección.
Ese acto tan íntimo y satisfactorio me llevaba a las estrellas. Pensaba que el cielo se sentía así.
—Ya me voy a correr —avisé cuando sentí esa sensación asentarse en mi vientre.
Y unos segundos después lo hice. Podía sentir cada respiración, toque y fibra de mi ser responder ante la increíble sensación de tenerlo dentro de mi.
Él se inclinó hacia delante, abrazándome con fuerza contra él, para penetrarme hasta correrse.
Cuando sentí en mi interior la sensación familiar de ser llenado por su esencia, no pude evitar reír como un tonto.
Era más que satisfactorio sentir que tienes ese tipo de poder sobre alguien. Como mismo me había confesado él en otro momento.
Al tirar mi cabeza hacia atrás para ver su rostro, me asusté pues gruesas lágrimas corrían por su rostro.
—¿Hajun? ¿Estás bien? ¿Por qué lloras?
Él luchó por recuperar el aliento y se inclinó para besarme en los labios.
—Estos meses lejos de ti han sido el infierno. No tienes ni idea de lo mucho que te he extrañado.
—Yo también te extrañé —lo abracé —. No quiero que nos separemos nunca más. Tú y yo nacimos para estar juntos. Nadie va a cambiar eso.
Asintió y me acarició el rostro con delicadeza.
Por fin, luego de varios meses, podía sentirme completo. Teniendo a Hajun tan cerca de mí y con sus brazos alrededor.
—¿Qué pasó el día que fuiste al hospital? —preguntó mientras con su mano acariciaba mi cabello —. Me besaste y te acostaste a mi lado en esta misma posición. ¿No temías que alguien te viera?
—La verdad en ese momento no. Creía que te había perdido y no podía pensar en nada más. —Me incorporé en la cama para besarlo en la mejilla —. ¿Me perdonas por todo lo que pasó?
Sé que ni siquiera debería pedirte esto, pero necesito escucharlo.Escuché que suspiró.
—Te perdono, Matt. Con la única condición de que a partir de ahora no quiero más secretos entre nosotros. Si voy a darte un voto de confianza lo quiero todo. Vivir y actuar como una pareja. No estoy para esconderme como antes.
Comencé a darle besos por todo el rostro.
—Claro que no. Nada de eso se va a repetir. Solo quiero que te quedes conmigo.
—Lo haré.
—No, quiero decir que te quedes conmigo aquí, vivamos juntos como cuando fuimos a España. Como me dijiste aquella vez. Hacerlo todo juntos.
—Podemos intentarlo...y lograrlo.
...........
¡Hola por aquí mis amores! Díganme qué tal les parecieron los capítulos.
¿Los asusté? Perdón por hacerlos sufrir.
Quédense hasta el final. No se van a arrepentir.
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The love you're born to find
Roman d'amourLa actitud desenfadada y liberal de Hajun solía atraer la atención de todos los que lo conocían. Matthew, quien goza de un excelente récord académico y una conducta impecable, detesta (y envidia) el desenvolvimiento del que presume el chico. Para t...