Cap 38: Podemos intentarlo

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Hajun

Cuando vi que era Matt de pie en la puerta, no sabía cómo reaccionar. Lucía como una escena de Love Actually, donde el amante va al encuentro de su chica.

Por un instante pensé agarrarlo por las solapas de la camisa, arrastrarlo dentro y besarlo hasta que se corriera en los pantalones como hizo aquella vez. Pero recordé lo mierda que fue conmigo en la mañana y se me pasó.

Ni siquiera me molesté en pedirle a Katy que se ocultara. Él y yo no teníamos ningún tipo de relación sentimental, por lo que no tenía sentido. Si le molestaba no era mi problema.

Y por lo visto, así fue. Incluso me ordenó que se marchara ella. ¿Quién se creía? Por eso le propuse a Katy acostarnos los tres. La conocía perfectamente y sabía que no se negaría.

—Me estoy impacientando, Capitán. Entra o vete de una vez.

—Me quedo —respondió.

Por un instante me quedé de piedra, hasta que algo en mí me obligó a reaccionar, abrí la puerta para permitirle pasar.

Sus hombros estaban tensos.

Tenía un juego deportivo, que realzaba su prominente y bien trabajado trasero. Ahora era yo quien estaba nervioso.

¡Mierda! ¿Cómo se me ocurrió algo así?
Los tres fuimos hasta mi habitación. Me senté pegado al respaldo de la cama, observando la escena frente a mí. Katy se había desnudado por completo y ahora lo pretendía hacer con Matt.

—Entonces, ¿cómo funciona esto? —inquirió evidentemente nervioso.

—Déjame guiarte, Matthew —le dijo Katy y comenzó a desnudarlo. Lo dejó solo en un par de calzoncillos.

—¿Qué harás tú? —cuestionó mirándome.

—Ya lo verás.

Katy tomó su barbilla y lo obligó a besarla. Al principio, lucía tenso, pero a medida que fueron profundizando el beso, se relajó un poco más.

Ella bajó su boca por toda la extensión del abdomen de él. Pude ver como su mirada viajaba hacia mí, como retándome.

Me deshice de mi ropa por completo y me coloqué frente a los dos.

Matt estaba de rodillas en la cama y Katy retiró la única prenda que le quedaba, dejándolo desnudo por completo.

Estaba aún semi erecto, algo que había que solucionar. Me acerqué a besarlo, chupando y mordiendo sus labios con posesión.

Tomé su mano y lo obligué a enredar el cabello de Katy en ella.

A estas alturas los tres estábamos desnudos por completo, mi pene dolía de lo excitante de la escena.

Ella había comenzado a lamer su miembro con fuerza, por lo que la excitación en el rostro de Matt era evidente, sus mejillas coloreadas y los labios entreabiertos me estaban provocando de una manera que jamás pensé.

Me coloqué detrás de él, comencé a besar su cuello y acariciar su abdomen.

—¿La chupa mejor que yo? —pregunté muy pegado a su oído mientras con una mano ayudaba a Katy a masturbarlo —. ¿Te gusta más ella que yo?

Negó con la cabeza y tomó de mi nuca por detrás, obligando a besarlo de lado.

Por unos segundos, nos dedicamos enteramente solo a eso.

—Hajun, ahora hazlo tú —me dijo ella, refiriéndose a lo que estaba haciendo hasta este momento.

Obedecí y ocupé su lugar. Me incliné bajo él e introduje todo su miembro en mi boca de un violento empujón.

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