Matthew
-De ninguna manera, mamá. No insistas.
-Cariño, no tienes sentido de la moda en lo absoluto. Déjame a mí.
-Mamá tiene razón -terció Karen -. El traje que escogiste está horrible, y la flor también. Betty te dejará apenas la vea.
Las dos mujeres estaban sobre mí. Karen se había puesto más de cinco vestidos y venía hasta la sala a mostrarlos.
Mi padre yacía en el sillón con un diario en la mano y una copa de vino en la otra. No se inmiscuía en nuestro drama.
-No entiendo, ¿qué problema tiene mi traje?
-A ver, amor, no es que esté feo el traje. Es simplemente que la temática será colores pálidos. Este color verde -dijo señalando con desdén la tela que usaba -. No combina para nada. Además, la flor también está horrible. Mira, voy a traerte el traje de la graduación de tu hermano Sandro. Está por algún lado y...
-No -negué de inmediato -. Yo buscaré uno entre los míos.
Ella bajó la vista, un poco avergonzada. Me sentí mal y fui a besarla.
-Lo siento, ma. Sabes que no me gusta usar ropa de alguien más. Lo más probable es que no sea de mi talla.
Aunque este no era el motivo real, también sería válido.
-¿Están dándose mimos mientras yo estoy en una crisis de vestuario? ¡Mamá! -Karen caminaba de un lado de la sala al otro con la cremallera del vestido baja -. Este vestido me queda un poco estrecho. Siento que voy a explotar.
-Sí, la Nutella y las Oreo tienden a hacer que la ropa se reduzca -le dije burlón mientras desabrochaba los botones del traje.
Ella fue hasta mí y me pateó. Hice una fingida muestra de dolor mientras me frotaba el pie.
-Niños, el chofer llegará en cualquier momento -nos recordó mi madre -. Karen, ven aquí. Te pondrás el vestido que usé en mi despedida de soltera. ¿Quién sabe? A lo mejor hoy conozcas al hombre de tus sueños.
Hice una mueca desaprobatoria.
-Betty estará en su casa esperando por ustedes -indicó mi padre, aún sin apartar la vista del diario.
-No lo creo. Siempre debemos esperar por ella, aunque vayamos con dos horas de retraso.
Él asintió y sonrió.
-Mujeres.
-Sí, mujeres -convine.
(...)
Luego de que recogimos a Betty en su casa, fuimos directamente hasta el instituto.
Apenas llegamos, pudimos observar que el lugar estaba increíblemente hermoso. La entrada tenía un arco adornado de flores blancas y color salmón. En el suelo, una alfombra llena de pétalos de flores.
Al final me había decidido por un traje que tenía guardado desde hacía mucho tiempo. Era una combinación de dos colores: beige y syrah.
Según la opinión final de mi madre, era perfecta.
Por un lado, tomando de mi brazo derecho estaba Betty, usaba un vestido de encaje blanco, ajustado y con una apertura en el muslo.
En el otro brazo tenía a Karen. Ella lucía un vestido de satín amarillo pálido, que le quedaba ajustado y tenía un escote discreto.
El cual, por supuesto, tuvo que esconder debajo de un abrigo enorme hasta que salió de la casa. De lo contrario, mi padre no se lo hubiese permitido.
Era más que celoso y sobreprotector con ella. Y tenía motivos porque, aunque disfrutara molestarla, era ciertamente muy hermosa. Como mamá.
Cuando llegamos hasta el patio cargado de luces, donde tenía lugar la fiesta, Karen vio a algunas de sus compañeras de primer año y fue hacia su encuentro.
-A las doce vendrá el chofer a por ti -le grité.
A lo lejos pude ver a los chicos de mi equipo reunidos charlando animados. Pero en el momento que decidí ir hasta ellos, Danya y Hajun aparecieron justo en el lugar.
Nunca había deseado tanto desaparecer como en ese instante. Tal vez fue el hecho de que los vi tomados de la mano como una pareja, o que estaban con nuestro círculo de amistades o porque no podía dejar de mirar lo increíblemente bien que se veía él.
Su traje era ajustado y de color blanco crema, usaba por debajo de la chaqueta una camisa de color café. Su cabello se veía un poco más largo que de costumbre.
-Deberíamos irnos a otro lugar -le sugerí a Betty -. Creo haber visto por allí a algunas de tus antiguas compañeras de colegio.
-Matt, no es necesario. Vamos donde tus amigos. No me importa que allí esté tu ex.
-¿Eh?
-Porque ese es el motivo por el que no quieres ir, ¿verdad? ¿Crees que me molestaré porque ella esté? Por favor, no soy así.
-No, no hace falta.
-Amor, vamos. No pasa nada.
El motivo por el que no quería ir no tenía nada que ver con ninguna de los dos, pero por supuesto, ella no podía saberlo. Así que suspiré, tomé aire y fuimos hasta el lugar donde estaban todos reunidos.
Cuando llegamos todos comenzaron a saludarnos y halagarnos. Mi mirada se clavó en cierto imbécil de pelo negro y ojos rasgados que, para mi sorpresa, también tenía su mirada fija en mí.
Comenzaron las presentaciones y todos se mostraron cordiales.
-Me encantó la decoración del lugar -celebró Betty señalando alrededor.
-Gracias, tienes frente a ti a la responsable -dijo Danya señalándose a sí misma.
-¿En serio? No lo creo. Tienes talento para esto. ¿Sabes? En mi escuela hay una sesión dedicada al arte de decorar. Si quieres averiguo si hay lugar para ti. Podrías perfeccionar tu técnica y hacerte una decoradora reconocida.
-Claro, me encantaría. ¿Te gustaría contarme más sobre eso? -Y seguidamente ella tomó a Betty del brazo y la arrastró lejos.
¿Qué acaba de pasar?
Esa era la expresión de todos los presentes. Hajun me miró con una ceja levantada. Me encogí de hombros.
-Ya veo que son novios oficialmente -le dije a Hajun una vez que nos quedamos solos.
-Solo somos buenos amigos. Vinimos juntos porque me lo pidió. Aunque es una buena chica, a veces es un poco irritante.
-Eso sí. Pero también lo eres, así que...
Nos miramos y comenzamos a reír.
-¿Crees que no me he dado cuenta? -me dijo con los brazos cruzados sobre el pecho -. No has dejado de mirarme desde que llegaste.
-Es que te ves bien vestido así -le halagué. No tenía sentido negarme cuando ni siquiera podía apartar la vista de su cuerpo...y realmente lo intenté.
-Me veo bien en todo lo que uso, Matthew Davies, aunque me veo aún mejor sin nada puesto -me dijo con altanería, posó una de sus manos sobre mi hombro y fingió sacudir algo -. Lástima que por ser un niñato insolente te hayas quedado sin averiguarlo. -Me hizo un guiño y se marchó riendo.
Definitivamente, la imagen que vino a mi mente no se iría de mi cabeza esta noche...o en algún momento de mi vida.
Mierda.
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The love you're born to find
RomansaLa actitud desenfadada y liberal de Hajun solía atraer la atención de todos los que lo conocían. Matthew, quien goza de un excelente récord académico y una conducta impecable, detesta (y envidia) el desenvolvimiento del que presume el chico. Para t...