Cap 44: Se sentía diferente.

372 52 11
                                    

Matthew

No imaginaba que sucediera, pero todo se sentía diferente luego de las dos últimas horas. Hajun y yo continuábamos desnudos, acostados y abrazados en el suelo.

Él había tomado dos de los cojines de sofá para usarlos como almohada, mientras yo usaba su pecho con esta función.

—Y ahora, ¿qué haremos? —dije trazando círculos en su abdomen.

—No lo sé. Es como cuando tienes un plan y de pronto se te arruina. No sabes cómo actuar a continuación.

—¿Qué quieres?

Él se removió un poco, levantó mi mentón y me miró a los ojos.

—Quiero esto…despertarme y tenerte en esta posición muy cerca de mí. Pasarnos horas cocinando, aunque al final no podamos ni comer, solo por el hecho de que es contigo. Poder verte cuando quiera. Sentir que eres mío, sin más peros de por medio. Solo dos personas que se aman y son felices. Pero me preocupa, ¿qué quieres tú?

También me removí.

—Yo…amo la forma en la que me siento cuando estas cerca. Me cuidas, ignoras mi mal humor, aunque no te dejas someter por mí. Me enfrentas y solía odiarlo, pero ahora lo necesito. Quiero estar contigo. Te necesito en mi vida, Kim.

Nos quedamos en silencio por unos minutos, ninguno sabía que decir ahora.

—Esto va en contra de las cosas que juramos, pero: ¿qué más da? Acabamos de acostarnos sin condón, eso ya es ir demasiado lejos. Creo que se lo contaré a mis padres —decidí, aún tembloroso —. No tiene sentido ocultarlo. Si vamos a intentar una relación, debemos hacerlo. ¿No crees?

—Sí, por supuesto.

—Tengo miedo —confesé —. Mucho. Conozco a mi familia y no se lo van a tomar nada bien.

—¿Crees que yo no? Mi familia es tradicional arraigada a las costumbres ancestrales. Me sacrificarán.

Le di un golpe en el brazo. No era momento para bromas.

—No te preocupes, Capitán. Mientras yo esté a tu lado, nada malo pasará. Lo prometo.

Asentí y apreté mi agarre a su cintura aún más. Ojalá poder quedarnos de esa forma para siempre.

                                 (…)

A medida que pasaba el tiempo me sentía más ansioso. Solo quedaban dos días para irnos a casa, por lo que decidimos disfrutar el lugar un poco más ya que, debido a los entrenamientos, no lo habíamos podido hacer.

Primero visitamos un museo de arte que aparecía en los folletos de viaje, recorrimos un hermoso parque lleno de fuentes y flores de colores. Por último, visitamos una tienda de repostería y compramos helado para luego sentarnos en un banco de un parque cercano.

—Ese debe ser el peor sabor que existe. Lo odio —le dije mientras lo veía disfrutar de su helado de Jamaica.

Estábamos sentados en unos bancos que daban a una laguna inmensa. Eran las siete y media de la noche. El sol estaba a punto de esconderse, el aire mecía los copos de los árboles y la tranquilidad reinaba en el lugar.

Cuando estaba a punto de terminar de comer mi helado, una pequeña porción cayó sobre mi pecho, manchando el pullover que usaba. Hajun rio y se acercó para lamerlo.

—¡Para! —chillé, tratando de levantar su cabeza de mi torso, pues además de limpiar el desastre, se había quedado mordiendo el lugar por encima de la tela —. Ya basta. Esto es un lugar público.

Ambos comenzamos a reír. Tomó mi rostro entre sus manos y me besó. Nuestros labios estaban dulces y fríos por el helado. En ese momento no temía quien pudiese vernos o criticar.

—Se siente bien, ¿verdad? —cuestioné mirándonos de frente —. Aquí podemos ser nosotros mismos.

—Es perfecto.

Nos volvimos a besar, hasta que a Hajun se le ocurrió la excelente idea de tirar de mí hasta el lago.

—Kim, no te atrevas —le amenacé.

—No estás en posición de amenazar, Capitán.

Sin decirnos nada más, nos obligó a meternos en el agua. Empujó mi cabeza varias veces hasta el fondo, y yo hice lo mismo con él.

Lo cargué por la cintura y lo hice caer de bruces al agua. Comenzamos a forcejear hasta que me aprisionó con fuerza entre sus brazos. Ahora fui yo quien lo besó.

No podía resistirme, se veía increíblemente sexy con el cabello húmedo en los ojos, la ropa ajustada a su cuerpo, remarcando su tatuaje por debajo de la tela clara.

—Vamos a casa ya. Aprendí unas recetas que quiero mostrarte —aseguró mientras agarraba mi trasero por debajo del agua.

—Apuesto que sí.

.........

Hola, otra vez.  Espero que les hayan gustado los capítulos de hoy.

Por favor denle mucho amor y escríbanme  comentarios. Los quiero 🥰🥰

Estamos llegando al clímax de la historia.

The love you're born to find Donde viven las historias. Descúbrelo ahora