Cap 7 "Hacia los orígenes"

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Ella me sonrió y se acercó a darme un abrazo.
- Mamá...
- Ve - dijo ella - tienes que descubrirlo. No te preocupes por mí.
- No me iré así sin más, no te dejaré así.
- No te preocupes por mí, el mes que viene me iré a lo del trabajo. Falta poco para que eso suceda. Tu tienes que descubrir quién eres. Desde que te adopté como mía sabía que un día llegaría este momento.

La abracé suavemente y dejé un beso en su mejilla. Asentí con la cabeza y tomé todo para marcharme. Volví a echar una mirada atrás antes de caminar hacia el árbol sagrado.

Caminé lentamente hasta llegar al sitio. Vuelvo a sentir ese cambio en el ambiente y esa voz vuelve a recibirme. Esta vez sí pude verlo, era un chico, ya no se escuchaba distorsionada su voz. Su piel era blanca y tenía el tamaño de un niño pese a que no parecía serlo por el tono grueso de su voz, su cabello color verde claro y sus ojos de un color miel. Tenía orejas y cola al igual que yo, y moviendo su mano hizo que mi transformación se completase en un instante sin sufrir dolores como la vez anterior.
- Viniste...
- Claro. Dijiste que podría saber más acerca de mi.
- Así es, pero no esperes que te cuente quién eres. Realmente estoy aquí de manera holográfica. Te ayudaré llegar a un sitio que no conoces, y allí tendrás que descubrir quién eres.
- ¿Cómo?
- No puedo hablar demasiado, tienes que decidir si quieres hacerlo o no. Esta es la única oportunidad que tienes para hacerlo.
Me lo pensé unos instantes y luego asentí con la cabeza.
- Llévame.

Él utilizó lo que parecía ser magia nuevamente para hacer aparecer un colgante con una joya del tamaño de una pequeña pelota. Su color era rosado puro, un poco blanquecino. Me hizo colocarla alrededor de mi cuello con las indicaciones de mi interlocutor.
- Pídelo Helen - dijo él - pide que quieres regresar, como una plegaria. Pídelo y podrás hacerlo.

Se desvaneció después de eso y me quedo mirando el colgante. Suspiré y me eché al suelo, hincada de rodillas y junté mis manos. Cerré mis ojos y pedí en silencio mi deseo. El colgante brilló y un sonido de una gota se escuchó, tras eso se abre un portal interdimensional. Fui absorbida por ese portal en forma de vórtice y sentí mi cuerpo caer en picada.

Narra Ayumi:
Caminaba hasta mi casa y tuve la pésima suerte de encontrarme con Kaira, olvidaba que también vivía por estos parajes. Estaba apunto de reclamarle cuando escuché la voz de Helen y ambas corrimos hasta verla. Me estrujé los ojos y al instante siguiente ella había saltado en una especie de vórtice de energía extraño. Parecía sacado de una novela de ficción, por unos segundos creí ver algo completamente fuera de lo normal... Pero no sabría decir si solo lo imaginé o ya mi paranoia es demasiada.
Miré a Kaira y noté su estupefacción, supe que algo estaba pasando en verdad, no parecía ser algo que halla visto solo yo...
- Oye..  ¿Viste eso?

Narra Kaira:
Cuando Ayumi estuvo a punto de abrir su gran bocota y hacer que mi paz se esfumara nuevamente como cenizas en el viento escuché la voz de Helen. Mis ojos no daban crédito a lo que veían, tenía que ser una simple alucinación...
No, no lo era. Ella había saltado en lo que parecía ser ¿Una puerta interdimensional? Y aunque no puedo afirmarlo ni mucho menos dar credibilidad absoluta a este hecho, por un milisegundo creí ver algo completamente extraño...
Helen tenía orejas,y tenía cola. Podría haberlas comprado ya que esos productos se venden mucho, pero después de ver su manera de desaparecer como si se le hubiera tragado ese árbol no dudo que lo que estoy pensando no sea más que una pequeña parte de la historia de vida de Helen.

Narra Helen:
Mi cuerpo dejó de caer en picada y me quedé boca abajo viendo que estaba en un mundo totalmente diferente. Solo eran árboles y casas medievales, no muchas, y regadas por distintos sitios, parecía haber kilómetros de distancia entre cada una.

Mi cuerpo descendió hacia el suelo, y tras un rato caminando pude notar que mi olfato se había desarrollado en extremo. Ahora soy capaz de percibir olores que en antes no era capaz se sentir.

De pronto todo el cielo se cubrió de negro y rojo, todo se fue volviendo más denso y mis instintos se dispararon. Jamás me había sentido tan perturbada y una vez que aterricé en el suelo, corrí hacia donde me guiaba mi olfato. Cuando llegué hacia una especie de campo abierto, noté que había una orda de monstruos...
- Tienes que estar de broma, esta no puede ser la bienvenida - corrí y lancé flechas a una especie de lagartos con alas que querían devorarme como si fuese el queso de un pan de desayuno.

A unos metros de mi habían dos personas también deshaciéndose de monstruos. Pude ver a un individuo en particular, era una mujer muy hermosa y al parecer también era una especie de sacerdotisa.

Pensé que era algo irreal pero después de verme nada parece imposible. Un grupo de monstruos iban a atacarla por detrás y otros en el frente, corrí aprovechando de cierta velocidad más considerable y al notar que mis uñas crecieron convirtiéndose en garras destruí a los que iban a atacarla por la espalda.

Creé en un santiamén una matanza usando flechas y garras, combinando ataques. Pude ver sus ojos sorprendidos y solo cuando apunté mi arco al cielo con una flecha me sentí confiada de terminar con esa situación.

Arqueé la flecha apoyándome del hilo y antes de que se reventara la lancé poniéndole parte del poder que parezco tener y esta purificó a todos los demonios que aún quedaban vivos.

El hilo de mi arco se reventó y por inercia resbalé debido al terreno y los zapatos que llevaba. Caí por una pequeña montaña que me causaría a lo máximo heridas leves.

Cuando pude recuperar mi fuerza tras unas cuantas vueltas aproveché mis garras clavándolas en el suelo para no caerme de mala manera. Cuando me sentí lo suficientemente segura me levanté lentamente. Las garras tomaron el tamaño de mis uñas normales y tras comprobar que estoy entera, suspiré con un toque de alivio. Fue entonces cuando vi a la mujer acercarse y con ella alguien más...

"Mi secreto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora