"Mi secreto"

Cap 13 "Sentimientos encontrados"

Una vez que Azura huyó nuevamente como un perro con el rabo entre las patas recupero el Rubí Rosa volveindo a colocarlo en mi cuello con cuidado y suspiro más tranquila. Acomodo el arco en mi espalda y devuelvo mi mirada hacia el chico montado elegantemente sobre una enorme pantera con apariencia de gato.

Cuando lograron llegar sanos y salvos al suelo él se bajó de ella caminando en mi dirección. Pude ver como la pantera volvió a su tamaño normal y maulló, haciéndome sonreír. Corrió hasta llegar a mi y yo me agaché a tomarla y acariciarla.

- Hola - dijo él llegando hasta nosotras - gracias por lo que has hecho. Me salvaste.

- No fue nada - sonrío - tú me salvaste primero.

Él sonrió amablemente como queriendo no tomarse tan en serio mi agradecimiento, bastante modesto su comportamiento por cierto.

- Parece que le agradas a Kira - dijo también extendiendo su mano hacia la gatita en mi brazo que enseguida corrió a posarse en el hombro de él - es muy difícil que se comporte de esta manera tan tranquila con otros humanos.

- Oh, vaya, eso no lo esperaba. Es muy bonita - sonrío - aunque no sabía que podía transformarse en... ¿Una pantera? - frunzo el entrecejo aún sorprendida por ello.

Él se ríe - si, todos se sorprenden por ello. Pero no ataca a menos que lo crea apropiado. Es bastante inofensiva si le caes bien.

- Ah...

- Bueno, debo irme. Cuídate ¿Sí? A veces aparecen monstruos por aquí - sonrió intentando no preocuparme antes de marcharse y seguir con su camino.

Asiento con la cabeza despidiéndome
de él, quedándome sintiendo una calidez que jamás había sentido.

Intentando ignorar ese pequeño hecho que no comprendo regreso a la cabaña caminando entretenida mirando los pequeños dientes de león deshacerse por el suave mecer del viento.

Al llegar encuentro a mis padres dentro de la cabaña. Había olido a Ayumi y Kaira un poco lejos, así que supuse que estaban bañándose en el río.

- Ya llegué.

- Helen ¿Dónde estabas? - preguntó Eri un tanto preocupada.

- Salí a despejarme un rato, suelo hacerlo todas las mañanas - sonrío para tranquilizarla.

- Azura estaba cerca de aquí, ¿Cómo puedes estar tan tranquila? De seguro que te cruzaste con ella - dijo Adlet serio.

- Ah sí, tuvimos una pelea pero todo está bien ahora - expliqué sencillamente.

- ¿De verdad estás bien? - pregunta Eri acercándose a mi y acariciando mi cabello.

- Si - sonrío y ella también lo hace.

Ambos habían estado preocupados por mi pero logré tranquilizarlos, eso me mantenía tranquila también. Mi mente vuela unos segundos hacia el chico de hace un rato y no puedo evitar que mis mejillas se sonrojan al sorprenderme a mi misma pensando en alguien que ni siquiera conozco.

Me quedo quieta entonces, me ha caído bien, pero eso no es suficiente para que mi corazón haga de las suyas. Me siento confundida, él no ha sentido mi presencia demoníaca... Me sorprende...

Narra Raku:
Me encuentro bajo la sombra de un árbol cerca de una fogata cocinando un poco de carne que había obtenido en una de las cazas para sobrevivir mientras me mantengo en misiones por el bosque. Cocino también un pescado que llevaba para Kira que gustosamente se acercó a comerlo una vez listo. Sonrío al verla comer y me llevo un trozo de carne a la boca sujetándolo por el palito con el que se cocinó.

Me quedo pensativo, recordando nuevamente a la chica de las flechas que conocí en la tarde y me golpeo la frente con la mano cuando recuerdo que no le había preguntado su nombre...

- ¿Seré idiota? No le pregunté su nombre - me quejo en voz alta logrando que Kira me mirara con la cabecita hacia un lado como si me hubiera salido otra cabeza por mi acción.

Me siento nuevamente y continúo comiendo mientras mi mente divagaba recordando todo lo que sucedió y el breve intercambio de palabras que tuvimos hace solo unos cuantos minutos. Pienso en el enorme poder espiritual que emanaba de ella, e inmediatamente en que debía ser una sacerdotisa que por alguna razón llegaba desde lejos hasta esos parajes.

“Ella es... tan hermosa” pienso sintiendo mis mejillas arder, y aparto rápidamente esos pensamientos de mi cabeza negando con la misma.

Narra Helen:
Camino hasta llegar al río y noto a Ayumi por un lado y a Kaira por el otro. Han vuelto a discutir, madre mía. Frunzo el entrecejo y procedo a meterme en el agua tras quitarme la ropa. Por más que intenté hacer que se reconcilien es imposible, Ayumi está imposible.

Después de un rato las tres nos ponemos algo de ropa y regresamos a la cabaña. Ellas se quedan haciendo de comer mientras que salgo tras de Eri y Adlet afuera de la cabaña.

- Hija, tememos algo que decirte - decía Eri con una expresión contenta.

- ¿Qué sucede? Ha de ser realmente bueno cuando tienen esa expresión tan feliz en sus rostros. ¿Qué es? - pregunto un tanto curiosa y observo tras de ellos donde se encontraba la respuesta a mi pregunta.

Una niña a la cual le calculo unos 11 o 12 años de edad aparece ante mi con un kimono naranja y amarillo, con diseños de hojas marchitas de las caen en otoño. Lindo estampado. Su cabello es castaño y sus ojos tienen una mezcla entre dorado y naranja, era como el atardecer y abro los ojos sorprendida al notar el enorme parentesco que tiene con Eri y Adlet.
Tenía orejitas de gato marrón claro, al igual que su cabello. Sobre su cabeza, entre sus orejitas tenía dos pelos rebeldes que hacían forma de corazón, parecían ser de nacimiento.

Me quedo completamente estupefacta ante lo que mis ojos son capaces de ver y mis pensamientos se bloquean por un instante.

Parpadeo un par de veces para salir de mi momento de shock y veo como ella se aleja de mi mostrando sus uñas afiladas, eran como garras que aún no estaban crecidas. Miro hacia Eri y Adlet y ellos asienten a mi pregunta no formulada.

Me acerco a paso calmado hasta ella logrando que retroceda en posición defensiva. Dejo suavemente mi arco en el suelo y camino hasta ella que aún retrocede.

Saco mis orejas y cola, notando como sus pupilas se muestran inquietas y deja de intentar atacarme...
- ¿Quién... eres? - preguntó con vocesita curiosa y confundida.