"Mi secreto"

Cap 5 "La voz que me guía al pasado"

Hace aproximadamente unos 4 meses había sucedido el incidente con Kaira, fue entonces cuando noté que ella es una chica que mantenía el ego en el cielo pero no era tan mala persona. Pese a todo seguía siendo popular, aunque también gracias a ella nos hemos incluido un poco más a los demás.

He notado que Ayumi se trae algo con Kaira, por alguna razón no se pueden llevar bien, y sé que la molestia viene de parte de mi amiga. Le he preguntado al respecto pero siempre logra evadir el asunto... Nena astuta...

Sin embargo hay otra cosa que no ha dejado de rondarme la cabeza: mi transformación durante las etapas de luna nueva. Me sucede cada mes durante el primer día donde la luna es invisible para nosotros los terrícolas.

En la escuela estoy totalmente distraída por pensar mucho al respecto, es algo que no puedo compartir ni siquiera con Ayumi.
- Helen - me llama Ayumi contenta.
- ¿Qué sucede?
- Están realizando un club donde se estila a hacer competencias de diversos juegos. Entre ellos tiro con arco. ¿Te quieres apuntar?
- Ayumi, hace mucho tiempo que no uso un arco...
- Vamos, inténtalo, seguro que lo recuerdas. Lo que bien se aprende nunca se olvida.

Me enfurruño y ella me toma del brazo llevándome hasta el lugar en cuestión donde radicaba aquel club. Era un salón que tenía vistas hacia la parte trasera del colegio, se apreciaba la naturaleza alrededor.

La profesora nos entregó un arco y flechas a todos. Eran arcos como los que existían en los tiempos de antes, ya que según ella debíamos empezar con lo básico... Más bien con lo medieval.

Todos lanzaron y cuando fue mi turno tomo el arco y una flecha. Estiré la flecha apoyándome del hilo del arco y me concentré unos minutos en el centro de la diana a la que debía apuntar. Supe que algo en mi era diferente, sentí una pequeña brisa arremolinarse a mi alrededor y una pequeña luz color rosa clara rodeó la flecha. Miré el blanco una vez más y disparé, acertando justo al centro de la diana. Sonrío por haberlo logrado, en otro momento habría estado tan nerviosa que pude haber fallado el lanzamiento.
- ¿Qué fue eso? Fue impresionante amiga - gritó Ayumi abrazándome.
- ¿De qué hablas?
- Estuviste siendo rodeada por un aura, algo en ti era diferente, no sabría cómo explicarlo pero se sintió el ambiente raro - explicó Keylie, la profesora.
- Por dios profesora, que tonterías dice, son solo supersticiones - me río de manera nerviosa, ¿Qué rayos pasaba conmigo?

Ayumi y yo tomamos nuestras cosas para marcharnos a casa y cuando iba a devolver el arco junto con las flechas que me han prestado la profesora Keylie, ella misma me ha dicho que me lo quede y decido aceptar sin poner resistencia para no llevarme otra charla de historias sobrenaturales. Aunque con lo que me sucede a mí ya no dudo de nada que los humanos llamen "imposible".

Me separo de Ayumi para dirigirme a mi hogar y por primera vez me detengo frente al árbol sagrado que hay en los terrenos de mi familia. Me quedo unos segundos dejando que la leve brisa me refresque y la tranquilidad invada mi cuerpo, sentir esa sensación de relajación extrema que resulta gratificante. A mis oídos llega un murmullo, como si fuese una leve voz y después de mirar a todos lados y que nadie se acercara como si de un hechizo se tartara mis orejas y cola vuelven a aparecer.

Me sorprendió mi aspecto ya que siempre dejaba síntomas de dolor o cansancio y no había ni rastro de algo que se le parezca a esa descripción de mi transformación. Volví a escuchar esa voz, esta vez más clara.
- Helen, he estado esperándote por tanto tiempo, creí que no te encontraría.
- ¿Quién eres? - pregunto sorprendida - ¿Me conoces?
- Mejor de lo que tu podrías hacerlo ahora mismo. Si quieres descubrir quién eres encuéntrame mañana a esta misma hora en este mismo lugar. Trae ese arco que cargas contigo y algunas de tus pertenencias. Las necesitarás.
- Pero... ¿Cómo sabré si estás aquí? No puedo verte, ni siquiera sé quién eres - dije un tanto confusa.
- Solo hazlo, mañana tendrás muchas de las respuestas que ansías encontrar.
- Mmm está bien, espero que esto no sea una broma.

Me doy la vuelta y me marcho a casa aún más confundida, con más preguntas que respuestas.
- Hija, ya estás de vuelta - me sonrió, se acercó a mi me dio un cálido abrazo junto a un beso en el pelo, lo cual me sacó también una pequeña sonrisa.
- Hola mamá, ya estoy aquí.
- ¿Estás bien? Pareces algo... Pálida, ¿Te sientes bien cariño? - preguntó preocupada pero sin dejar ese tono de voz dulce que siempre ha tenido.
- Lo estoy má - sonrío - solo algo cansada por las clases. No te preocupes, no me pasa nada.
- Vale, ve a cambiarte y darte un baño para que recuperes fuerzas - me sonrió, convencida por mí explicación.

Asiento con la cabeza y tras dejar un beso en su mejilla me dirijo a mi habitación.