Percibí que los monstruos iban disminuyendo y la presencia de Azura se desvanecía en el viento...
Escapó. Y tal vez eso fue lo mejor.
Pero eso no era lo que más me preocupaba. Tengo la cabeza echa un lío. Mis pupilas estaban inquietas, no doy crédito a lo que mis ojos ven.
- Helen...Eran sus voces, eran ellas.
- ¡¿Sois idiotas acaso?! ¡¡PUDIERON HABER MUERTO!! - grité en un intento por deshacerme de la preocupación que me había ocasionado una opresión en el pecho.
Kaira frunció el ceño y Ayumi no podía evitar mirarme de arriba a abajo como si fuese un scanner.
- ¿Qué... Eres? - dijo ella completamente... ¿Sorprendida? ¿Emocionada?¿Qué es esto? ¿Ahora me volví loca, acaso perdí la razón? Niego con la cabeza y al ver a mis padres llegar decido que mejor nos desplazamos a la cabaña.
Íbamos en silencio, un silencio incómodo... Tenía cosas que explicar. Genial, odio las explicaciones, y ahora resulta que tengo que exponer hasta como me parieron.
- ¿Estás bien hija? ¿No estás herida? - preguntó Eri.
- Estoy bien, no se preocupen - sonreí para no preocuparlos.Miré a las chicas y me senté señalando frente a mi para que también lo hicieran una vez que llegamos al interior de la cabaña.
- Primero que nada quiero saber cómo llegaron aquí.
- Como mismo te largaste la primera vez - escupió Kaira, enojada supongo yo.
- Ya, supongo que se abrió un portal.
- Helen, tienes que a aprender a controlar el Rubí Rosa, esto no puede volver a suceder.Asentí con la cabeza hacia Adlet, parece que ese suceso fue parte del Rubí Rosa. Una distorsión temporal que abrió un pasadizo al futuro que conecta con esta época.
- ¿Ahora nos dirás quién eres o nos meterás un cuento chino de que las orejas son de juguete? - volvió a decir Kaira con sarcasmo.Suspiré, eso dolió.
- Mi nombre sigue siendo el mismo, soy Helen - hablé y tras la risa sarcástica de Kaira suspiré nuevamente.
- No eres humana... ¿Qué eres entonces? - preguntó Ayumi, al parecer interesada.Me impresionaba el límite de su curiosidad, en vez de estar impactada o sorprendida solo está curiosa. Sonrío por ello. Carraspeo un poco y digo:
- Chicas, me encantaría poder decirles todo, pero pienso que lo mejor será no hacerlo.
- Ya sabía que eras una mentirosa - dijo Kaira entre dientes, pero fui capaz de escucharlo perfectamente claro con mis nuevos sentidos desarrollados.Mi semblante se hizo decaído, Ayumi también suspiró entendiendo lo que quise decir. Pero me lastimaban las palabras de Kaira... Es tan dura...
Me está juzgando, es la misma Kaira de siempre, solo que más...Suspiro, no encontrando la palabra para describirla.
- Soy una semigata - dije casi en un susurro y pude notar la sorpresa en ellas.
- ¿Qué eres qué? - fue la castaña quien habló, ahora sorprendida, y con cara de shock, como si estuviese escuchando algo irreal.Asiento con la cabeza ante su pregunta retórica.
- Soy Helen, la princesa del clan de los gatos demonio y soy una especie de semigata. No poseo la habilidad de transformarme en una gata por completo, pero poseo muchas habilidades que se le asemejan - empiezo a contar - él es el Rey del clan, mi padre biológico, Adlet - señalo hacia mi izquierda - y ella es Eri, mi madre biológica, una humana con poderes espirituales originales, es una sacerdotisa.Kaira me miró con expresión de shock y Ayumi con sorpresa. Ambas enseguida me abrazaron y se disculparon por lo del principio aunque cuando ambas se miraron podía seguir notando ese odio que había entre las dos...
Ya estamos otra vez con el mismo asunto misterioso.
Al rato salgo de la cabaña y me siento en el suelo a mirar el atardecer. Me encanta hacer eso, sin importar el lugar, la hora o incluso la época. Aquí se ven colores mucho más vistosos: naranja, rojo y amarillo. El sol escondiéndose por el horizonte, los pájaros y su dulce trinar preparan el vuelo para aterrizar sobre una grotesca rama donde quedan sus suaves camas conocidas como nidos.
He aprendido a reconocer los olores, mis sentidos se han desarrollado bastante. Ayumi y Kaira ayudan a mi madre con la comida mientras aprenden alguna que otra cosa de plantas medicinales y de este nuevo mundo en particular. Casi no parece que estén lejos de su hogar, y raramente no tienen el deseo de regresar, algo extremadamente inusual.
- ¿Qué sucede hija? - preguntó Adlet acercándose hasta donde estaba y sentándose a mí lado.
- No es nada Adlet - le sonrío, y sé que eso ha debido de hacerle daño, debería llamarle "papá" pero aún no puedo, no me acostumbro.Mi padre real... Perdón, el que yo creía que era mi padre de verdad ha muerto hace un par de años, el esposo de mamá Kinthia.
- Está bien - dijo él, mirando hacia el cielo con un semblante serio, pero sus ojos se veían algo deprimidos... No puedo evitar pensar que le estoy haciendo daño y me entristezco - cuando eras pequeña veías mucho el atardecer, el cielo nocturno y también el amanecer - comentó.
- ¿En serio? - pregunto, me mostré sorprendida por ello.
- Si, tú y tu hermana eran muy buenas observadoras del entorno natural. Aunque solían a veces discutir porque una prefería el amanecer y la otra el atardecer.Río un poco por ello, no recuerdo eso, pero sin dudas no puedo esperar a que encontremos a mi hermanita algún día.
- Desde que las perdimos me he sentado cada mañana y cada tarde a ver el amanecer y el atardecer, preguntándome cuál es la diferencia, pensando que le falta a uno que no tiene el otro. Y he llegado a la conclusión de que son muy iguales y a la vez muy diferentes, tanto así como ustedes - dijo esta vez mirándome con una sonrisa.Sonrisa que expresa mucho.
Melancolía, dolor, tristeza, pero también bonitos recuerdos, un deseo, esperanza.
Sonreí y lo abracé, al menos eso podía hacer. Él esperaba a que yo me acostumbrara a eso nuevamente, a llamarlo de esa forma, sin apresurarme. Se lo agradecía un montón.
Cuando nos separamos tomé mis cosas para darme un baño a las aguas termales. Eran calentitas pero en ese momento tenía frío debido al viento que soplaba.
- ¡No puedo creerlo! ¡En esta época no hay baño! - grito refunfuñando por esta nueva situación.Hago puchero, me molesta que no halla baño, ¿Es en serio? ¿De cuántos siglos atrás estamos hablando? Que fastidio.
Aún así la temperatura del agua era bastante cálida, me sumerjo en ellas mientras nado para que mi cuerpo se adapte. Mis orejas y cola ya no tengo porqué esconderlas, aunque he de decir...
Me da nervios mirar mi imagen en el espejo de las aguas cristalinas. Parezco una friki amante de los animes... Aunque no me quejo, solo que es raro.
Después de un rato pensando regreso con los demás tras ponerme algo cómodo y lavar la ropa que tenía puesta para tenderla en un cordel y que el viento las meciera suavemente.
Regreso, y tras comer un poco me acuesto a descansar al igual que los demás.
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"Mi secreto"
Teen FictionDos épocas diferentes y una misma vida, una misma existencia. ¿Será solo un secreto? ¿O serán más de uno? Viajes en el tiempo, una venganza, un viaje destinado a ser realizado... Dos hermanas, dos amores, un imperio por conquistar, un reino por re...