Cap 32 "Prueba" Parte 3

3 1 0
                                    

Narra Helen:
Su mano apretando mi cuello me dejaba sin respiración, sentía mi cara ponerse roja por la falta de aire al mantener cerrada la vía de circulación por todo mi cuerpo.

A duras penas puedo mantener los ojos abiertos, suplicando por un poco de fuerza para moverme mientras una lágrima abandona mis ojos.

Su mirada despiadada, sus ojos sin compasión alguna en esas orbes color zafiro. La forma con la que me apretuja como si fuese un animal o un monstruo está desgarrándome las entrañas y perforando cada rendija de mi mente.

Mi cabeza comienza a nublarse y siento esa debilidad nuevamente, esta vez acompañada de una súbita súplica interna de salvación.

Narra Raku:
Me quedo sentado en el suelo frío sintiendo como con cada segundo que pasa mi alteración se hace cada vez mayor. Un mal presentimiento no ha dejado de establecerse en mi pecho como si se tratara de un ataque cardíaco, una sensación de soledad e impotencia.

Cierro los ojos y cuando siento mi cuerpo volver a tomar ligereza recupero la movilidad. Sin perder tiempo me levanto y me acomodo mi arma en la espalda.

- Te guste o no voy a ir tras ella y la traeré de vuelta - afirmé hacia el espíritu - y si osas detenerme, hallaré la forma de sacarte finalmente del mundo terrenal aunque no tengas un cuerpo y me encargaré de que jamás regreses así deba ofrecerme para ello como sacrificio - amenacé.

Me doy la vuelta sin detenerme a escuchar o observar cuál era su reacción a mi amenaza y mis palabras. Sin rumbo fijo ni paradero, sin una pista y sin un camino definido por el cuál seguir avance a paso calmado en busca de Helen.

Camino por lo que se sienten minutos y minutos, casi horas incesantes en las que otro presentimiento para nada agradable se impregna en mi ser. Si estábamos tan cerca ¿Cómo es que no la he encontrado todavía? Es frustrante.

Pero por alguna extraña razón escucho una voz y observo una partícula brillante a mi alrededor.

- Ey, humano. ¿Eres tú el que ronda los pensamientos de esa semi-gata?

- ¿Quién eres y dónde está Helen? - ordeno.

- Tan prepotente como siempre ¿Eh? - dijo entonces con un tono de aparente reconocimiento - sígueme.

El cúmulo de luz despareció alejándose de mi provocando que lo siguiera sin importar en lo que me pudiera meter y después de correr me encuentro con Kira que volaba intentando librarse de lianas y plantas que sin dudas son extensiones de la Polímera. Tomo mi cuchilla y las destruyo salvándola del agarre de la planta y me subo a su lomo mientras ella está en vuelo de un salto.

- Anda bonita, sigue esa esfera lumínica.

Ella gruñe en comprensión y vuela siguiendo la esfera dorada que emite brillo como una estela cual si se tratara de un fino polvillo mágico o algo por el estilo.

La niebla a nuestro alrededor se va disipando y puedo observar mejor el panorama. El templo se hace visible ante nosotros, donde en una capilla sobre un pequeño altar se encuentran tres flechas echas de plumas blancas que hacia el final tienen un tono rosa flamenco se alzan majestuosas a la vista. Todo está rodeado de árboles y arbustos a los lados aledaños de unas inmensas escaleras y a la cima, a un lado de la capilla, se encuentra una de esas polímeras elevada a gran altura.
Y en el centro de su cúspide más alta que tiene forma de un simple botón de rosa gigante, se halla el cuerpo inerte de mi adorada pelinegra.

Sonrío y al mismo tiempo siento mi pecho oprimirse.

- Vamos bonita, llega hasta ella - pido a Kira y nos dirigimos hacia allá.

Por las dimensiones gigantescas y gruesas de la planta me costaría destruirla pero tenía que intentarlo, y tomando mi arma empiezo a hacer cortes cada que Kira volaba de un lado a otro.

- ¡Helen!

Narra Helen:
Cuando mi cuerpo está a punto de sucumbir y caer en la más profunda oscuridad escucho mi nombre resonar en todo el sitio a mi alrededor.

Abro los ojos ligeramente y noto a los demás a mi alrededor mirar desconcertados y algo extrañados.

- ¡Helen!

Se escucha de nuevo, y mis ojos como platos se quedan al distinguir la voz de Raku, pero no es esa que me causa temor y ansiedad...

Es dulce y preocupada, esa sedosa que me provoca maripositas en el estómago y esta vez siento una calidez, esa que siento cuando estoy con él.

El colgante en mi cuello brilla llamando la atención de todos y antes de que el "Raku" frente a mi pueda separarse de su molesta prisión contra mi cuello me escapo de su agarre dando una vuelta mortal hacia atrás y enviándolo lejos de mí.

Mi cola vuelve a erizarse y mis orejas se levantan como siempre observando las caras de todos mis falsos aliados en este inmenso espacio vacío y oscuro.

- ¡Helen! ¡Salvate! ¡Asegúrate de regresar conmigo, no me puedes dejar aquí! ¡Helen! - escucho su voz, esa que me da aliento, esa que me anima a seguir.

Sonrío entonces confiada y con mis garras me lanzo al ataque, y elevando el Rubí Rosa en el aire utilizo mi aura demoníaca para hacer destellar la magia del colgante.

Una onda rosa se extiende a mi alrededor como una supernova destrozada deshaciéndose de esas sombras que tenían forma de mis amigas, mi hermana y del que ahora es mi novio.

Vuelvo a colocar el colgante en mi cuello y todo se vuelve blanco, cuando vuelvo a abrir los ojos tras cerrarlos me observo callendo desde una gran altura mientras observo a Raku pasar montado en Kira una fracción de segundo antes destrozando la planta rara que vi antes de desmayarme hace un rato. Aún así mis fuerzas son nulas y no puedo hacer algo diferente.

Sonrío alegre de volver a estar en el mundo real y me siento aún más en casa cuando Raku me sostiene en sus brazos y me sonríe como solo él sabe hacerlo.

-  Ya estás a salvo princesa - dijo, alegre, tranquilo.

- Si... Estoy de vuelta... - contento, apremiante.

"Mi secreto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora