Narra Raku:
Mi cuerpo se había quedado estático ante lo que veían mis ojos, no daba crédito alguno a este suceso. En verdad empezaba a pensar que estaba perdiendo la razón o mis facultades de percepción de la realidad. Tal vez incluso era cierto que había muerto, o quizás mi alma se largó a un planeta lejano donde todo es como una versión espejo.Trago en seco una vez, y siento una gota de sudor bajar por mi cuello, mi cuerpo temblaba ligeramente, creía que perdería el control sobre mi estabilidad corporal. Sentía todo entumecido, aunque no sabía si por el aturdimiento de la realidad que me está dando de galletas o por otra cuestión.
Frente a mi, la persona que se encontraba observándome con expresión tranquila y hasta se podría decir que divertida por mi reacción desconcertada, era nada más y nada menos que yo...
Bueno, no exactamente yo, porque yo estoy aquí.
Me toco por todas partes; paniqueado.
Quizás había perdido la cabeza, o quizás un brazo, una pierna... ¿Quizás el alma? ¿Tal vez los sesos? O no sé, esto es insólito.¡¿Cómo se explica que estés frente a frente con alguien exactamente igual a ti sin estar frente a tu propio reflejo frente a un trozo de cristal o el agua de un lago?!
Es una locura sin sentido.
Narra Lin:
Abro los ojos, los sentía adormilados, e intento vislumbrar donde estoy.Cuando enfoco la vista noto que estoy en un sitio pequeño, encerrado donde la única salida es una reja con barrotes de hierros sin color brillante.
Esto aquí apesta y ni rastro de mi onee-chan. Busco con la mirada a Roy-san hasta dar con él a un costado recostado contra la pared y los ojos cerrados.
Me acerco para moverlo por los hombros, pero no se despierta. Por más que le mueva, lo golpee o algo por el estilo no abre sus ojos.
Empezaba a darme miedo y cuando quedo en medio de aquel pequeñito lugar mis manos van a parar a mi pecho donde está el Jade del Dragón brillando en un tenue color naranja.
Suspiro, por el momento no tenía como salir de aquí, y tampoco sabía dónde estaba. No quedaba más que esperar mientras cuido de Roy-san que parece inconsciente. Acomodo su cabeza sobre mis piernas y acaricio su cabello verde con delicadeza mientras una sonrisa hace que mis labios se curven ligeramente hacia arriba en mi rostro.
Narra Raku:
- ¿Q-quién... Eres? - pregunto cuando por fin me he llenado de valor para hacerlo, después de tanto comprobar que realmente cada aparte de mi cuerpo sigue en su sitio.Ahora lo que pensaba era que me estaba volviendo loco. Por si o por no, estaba frente con frente con alguien exactamente igual a mí.
Cabello corto, flequillo estilizado, color negro, misma altura, mismas facciones, ojos azules.
Sus ropas eran sencillas, pero aún así iba protegido, llevaba una espada en el cinturón que sostenía sus pantalones y camisa desarreglada.
- Mi nombre es Kai, y creo que me conoces muy bien.
- ¿Cómo sería eso posible? ¿Por qué eres igual a mí? ¿En donde estoy?
- Claro que me conoces - mencionó - soy yo, el del espejo.
- ¿El del espejo? - pregunto, confundido.
- Sí, el reflejo que ves en el espejo cuando tienes sueños.
Mis ojos se abren grandemente ante su confesión y quedo pasmado. Es cierto que siempre he tenido sueños extraños relacionados con alguien que es igual a mi.
ESTÁS LEYENDO
"Mi secreto"
Teen FictionDos épocas diferentes y una misma vida, una misma existencia. ¿Será solo un secreto? ¿O serán más de uno? Viajes en el tiempo, una venganza, un viaje destinado a ser realizado... Dos hermanas, dos amores, un imperio por conquistar, un reino por re...