Me levanto y suspiro quitándome las lágrimas con el reverso de la mano y un pañuelo. Regreso a la que era mi casa, y como lo imaginé estaba en ella completamente sola.
“Esa voz dijo que estoy atrapada en el límite de mi mente que conecta mi vida en el pasado y el futuro que siempre fue mi vida original durante mis 16 años. Es lógico que se tome como referencia lo último que he vivido antes de hacer el viaje... Pero ahora... ¿Cómo voy a regresar contigo, Raku?” - pienso mientras me dedico a tomar del vaso de agua que había cogido al llegar.
Los días y los meses pasan sin que pueda evitar sentir que ya no deseo vivir en esta realidad alternativa creada por mi mente. Ya son 6 de hecho. Jamás pensé que podría no echar de menos regresar a la época donde me crié 16 años de mi vida.
Llevo una falda larga color roja y un abrigo rosa mangas largas que proporcionan calor. Mi cabello negro, con algunas hondas iba completamente suelto. Me dirijo hacia donde está el árbol sagrado y me siento a los pies del mismo sobre el césped verde, que ahora que lo veo bien parece artificial aunque por su textura se nota la característica naturaleza propia.
- Vivir aquí es tan extraño después de todo lo que he vivido - murmuro en voz media-alta - siento que se me queda pequeño este sitio. Mi felicidad no radica aquí. Me he acostumbrado a estar... Con ellos. Con Ayumi y Kaira en una época diferente, con mi pequeña Lin, ansío escucharla llamarme "onee-chan" otra vez - concedo de nuevo.
Suspiro y miro las nubes pasar con lentitud en el inmenso cielo azul sobre mi.
“Quiero ir con mis padres, con mis verdaderos padres: con Eri y Adlet. Quiero por fin poder llamarlos padres, quiero darles esa alegría” - murmuro con el mismo toque quedo en mi voz baja mientras sigo mirando las nubes pasar.
“Y sobre todo quiero verlo a él...”
Pequeñas lágrimas se acumulan en la punta de mis ojos, y enseguida siento el molesto escozor instantáneo antes de dejar que estas rueden con toda libertad.
Recuerdo entonces cuando lo conocí, la primera impresión que me causó y la felicidad que sentí. Las palabras que le dije, el como salí corriendo... Todas y cada una de sus frases, de sus palabras dirigidas a mi aunque fueran pocas. La opresión que sentí al verlo tan cerca de una coqueta Kaira, la sonrisa de estúpida que se me formaba en la cara cuando le veía jugar con Lin o con la pequeña gatita que siempre le acompaña.
- Perdóname - murmuro, sintiendo quebrado el tono de mi voz y suspirando por decimoquinta vez en este día, cosa rara en mi.
Sigo pensando muy profundamente en todo lo que tengo que hacer, en todo por lo que he pasado y lo que quiero vivir a partir de ahora. No puedo evitar sentir algo molesto en mi pecho al no saber de que manera regresar al pasado ahora que no tengo el Rubí Rosa ni mucho menos puedo transformarme. Es como volver a ser una simple humana, la idea de no poder salir de aquí y no poder transformarme, me está matando... Es como una pesadilla... Una de la que quisiera despertar ¡Ya!
Bajo la cabeza recostándola en mis piernas y abrazándome a ellas. Una lágrima por fin rueda por mi mejilla sin que decida limpiarla en el mismo momento en que la siento. Por mi mente pasan imágenes del mismo Raku y no puedo evitar sentir un enorme hueco en el estómago ante la sensación de que podría... No regresar...
Niego con la cabeza de manera frenética, no puedo quedarme aquí, aunque sea lo último que haga tengo que encontrar una manera para regresar.
- Raku...
Levanto la cabeza sintiendo el viento un poco helado golpear contra mi cuerpo. Gracias a mi ropa no es tan fuerte para alterar mi temperatura corporal. Recuesto la cabeza hacia atrás sobre la madera gruesa del árbol y pienso nuevamente en él...
En el color de sus ojos, en esos profundos iris azules, de un color magnético más oscuros que los míos. En su característica ropa que parece cómoda y al mismo tiempo le da un toque de elegancia con prepotencia. Ansiando sentirlo nuevamente, que me tome en sus brazos, que me llame por mi nombre, que conversemos sin miedo a que en cualquier momento el entorno vuelva a distorsionarse.
“Yo... Deseo... Verte...” - pienso manteniendo una imagen mental de el en mi cabeza, sintiendo nuevamente cierta calidez.
La brisa se altera sintiéndose más fría y nuevamente el ambiente se distingue cambiante. Vuelvo a estar en ese espacio enteramente negro.
- Pídelo Helen - dijo nuevamente esa voz de aquella vez - pídeselo al Rubí Rosa. Pídelo desde el fondo de tu corazón.
- Pero... Ya no lo tengo, ¿Cómo le voy a pedir algo que no veo?
- Tienes que aprender a creer en tus instintos, o de lo contrario te destrozaran fácil. No perteneces a este mundo, y debes terminar tu desarrollo como semi-gata. Así que pídelo, pídele regresar, dile que quieres volver.
Sonrío con las lágrimas haciendo de las suyas como ya se me está haciendo costumbre y asiento con la cabeza a pesar de no ver a nadie.
- Rubí Rosa... Por favor, llévame con él, llévame con Raku.
Este se iluminó y tras un gran destello por todo el lugar fui transportada de regreso a aquella remota época unos siglos antes de mi "perfecto futuro destinado".
Nuevamente me encuentro callendo desde el cielo y siento mi cuerpo aún un poco rígido, no puedo moverme.
Cierro los ojos pensando en el impacto que tendré contra el suelo si mi cuerpo no me responde. En cambio abro ligeramente los ojos al sentir una calidez rodearme.
Mis mejillas se sornojaron en el instante en que reconocí su calor y su presencia. Es él. Nuestras miradas se encuentran y nos quedamos así por unos instantes, como si el tiempo se hubiera detenido.
- Helen... Estás de vuelta - dijo él, con una sonrisa en su rostro.
Le devuelvo el gesto tranquilizando su preocupación, seguro que ha estado buscándome también. Su ceño que estaba fruncido se relajó ante mi pequeña acción y no pude evitar envolver suavemente mis brazos alrededor de su cuello, él me sostenía de la cintura con ligereza mientras Kira se encargaba de llevarnos en su lomo de regreso a la cabaña.
- Estoy de vuelta - afirmo en voz baja.
Él asiente con la cabeza - ¿Estás bien? ¿No estás herida?
- No, pero estoy mejor ahora que estoy contigo.
Él sonríe y una de sus manos acaricia mi mejilla con suavidad haciendo que yo aplaste suavemente mi cara contra su mano buscando sentir más de esa leve caricia.
- Ahora estás conmigo, y nada malo te pasará. Yo te protegeré, así me cueste la vida en el intento - reafirmó sus palabras de la ocasión en que estábamos frente a la amenaza que representaron en sus breves instantes los exterminadores.
- Lo sé... Si estás conmigo... Nada me pasará, aunque... - me acerco a su oído - no soy una damisela en peligro.
Él soltó una risita y me observó entonces con esos ojos profundos.
- Sé que no eres una damisela en peligro - se acercó hasta que casi no había espacio entre nosotros - pero nada quita que sigas siendo mi protegida - dijo acariciando ahora mis orejas que ya habían hecho acto de presencia junto a la movilidad de mi cuerpo - y no importa si eres humana, o una semi gata, o cualquier otra especie, eres mi princesa, mía ¿Sí? - dijo haciendo que me sonrojara por el toque de posesividad y cuidado en su elección de palabras para expresar sus emociones.
Se acercó hasta mi desapareciendo toda distancia y uniendo nuestros labios en un contacto cálido que reafirmaba sus palabras y sus intensos deseos de protegerme. Le correspondí con toda intención de sumergirme junto a él en ese momento, nuestro momento...
Porque la verdad es que sabía lo que significaba cada sobresalto de mi corazón al verlo. Lo amaba más que a nada en este mundo, y planeaba demostrarlo, avalarlo y protegerlo a como diera lugar y por sobre todas las cosas.
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"Mi secreto"
Fiksi RemajaDos épocas diferentes y una misma vida, una misma existencia. ¿Será solo un secreto? ¿O serán más de uno? Viajes en el tiempo, una venganza, un viaje destinado a ser realizado... Dos hermanas, dos amores, un imperio por conquistar, un reino por re...