Cap 4 "Sorpresa sorpresa"

4 4 0
                                    

Al ver al director en ese estado le pedí a Ayumi que entrara para que me ayudase a calmarlo, su estado no era normal. Tomamos un file vacío y empezamos a echarle aire semejando abanicos.

Menudo problema...

- Director, ¿Se encuentra mejor? - pregunta Ayumi una vez que el hombre empezaba a recuperar el color.

- Si, si, solo...

- ¿En serio está bien? Se ha puesto muy mal, ¿Qué ha sucedido?

Me quedo observándolo y espero a que se sienta del todo bien. El mira el llavero y después dirige su mirada hacia mi...

- Está bien, señorita Helen, puede retirarse. No se preocupe más por esto. Me haré cargo.

- ¿Seguro de que todo está bien director?

- Si, vayan tranquilas. Todo está bien...

Asentí y junto con Ayumi regresamos caminando por el pasillo, el malentendido estaba aclarado pero eso no quitaba la duda que nos había dejado todo esto.

Mientras tanto, alguien más había entrado a la oficina del director, cerrando la puerta tras de sí y sentándose en el sofá con aires de grandeza, cruzando una pierna sobre la otra como si fuera ama y señora del lugar.

- ¿Por qué hiciste eso? - dijo el director.

- No sé de que hablas.

- Sabes muy bien de que estoy hablando, no te me hagas la tonta que de idiota no llevas un cabello.

- ¿Por qué no puedes simplemente tratarme como a los demás? ¿Por qué soy la oveja negra de la familia? Dímelo, quiero saber qué hice para que me trates así.

- Mira, sé que me he equivocado en grande y por ello te pido perdón. Pero no puedes volver a hacer eso. No es bueno, podrías llevarte un gran problema.

- Solo quería llamar la atención, no es gran cosa. No seas tan dramático.

- Compórtate y entra en razón maldita sea, no eres una niña y eres capaz de comprender la situación. Es hora de que pienses un poco más en tu futuro, esos no son los valores con lo que te ha estado formando tu madre.

Ella se levantó y lo fulminó con la mirada.

- No vengas con lecciones de moral ahora, después de tanto tiempo no pretendas salvarme el pellejo. Si no fueras tan desvergonzado las cosas no estarían sucediendo. Esto es tu culpa, y jamás, escucha bien lo que digo, ¡Jamás!, voy a perdonarte.

- Pero...-

- ¡FIN DE LA DISCUSIÓN! - gritó - puedes hacer lo que quieras. Me largo.

Dicho eso se dirigió a la puerta y tras accionar la perilla salió cerrando la puerta tras su salida.

En el patio escolar se encontraban las amigas conversando amenamente sobre los exámenes y otras cosas.

Frente a ellas apareció una chica de cabellos castaños oscuros y ojos de un tono entre grises y negros. Sus pestañas finas realzaban sus facciones. Tenía buen cuerpo, era delgada pero no lo suficiente para parecer dietética. Su porte era majestuoso, y llevaba los gemelos de la chaqueta abrochados. Sus zapatos eran elegantes y su camisa blanca permanecía impoluta, sin una arruga, se notaba su minuciosidad hasta en ello.

- Helen - interrumpió escupiendo el nombre de la pelinegra con molestia.

La mencionada volteó a mirarla y Ayumi hizo lo mismo aunque poniendo expresión seria.

- Kaira - dijo la de betas azules con tono grueso.

- Así que tú eres Kaira.
La peli castaña la miró de arriba abajo y frunció los labios - ¿Quién te crees que eres? De verdad... Te odio.

- ¿No crees que quien debería sentir tal emoción soy yo? - dijo tranquilamente - por tu causa casi me sacan de la preparatoria, y lo siento mucho si te impusieron algún castigo pero yo no me voy a rejoder porque a ti se te de la gana.

- No te metas, me has estropeado los planes - gritó - tu patética vida iba a seguir siendo la misma. No te iban a expulsar realmente. Eres idiota, ¿Qué te crees? Todos desearíamos tener una vida perfecta - escupió con molestia.

- No todo el mundo tiene lo que desea.

- ¡Cállate!

- ¿Qué sucede Kaira? ¿Viniste a que exactamente? - preguntó Ayumi levantándose.

- Tú y tu amiguita de entrometida me habéis echo la vida una reverenda mierda. Estuve a punto de conseguir la atención de mi padre. ¡Siempre estáis de por medio, sois un obstáculo en mi camino!

Ambas amigas se quedaron estupefactas tras procesar la información recibida intermedia entre los gritos.

- El director es...

- ¡¿Tú Padre?! - dijo Ayumi sorprendida.

- ¿Y qué? ¿Acaso es muy extraño que sea así? Ese maldito cabrón nunca me reconoció. ¡El excelentísimo señor director de esta institución es mi padre! ¿Y?

Ambas se quedaron calladas. La pelinegra suspiró y se acercó a la furiosa frustrada Kaira.

- Ey - sonrió - esa no es la forma. Así solo conseguirás que él te deteste. Deberías intentar ganártelo de otra manera. Conversa con él. Apuesto a que arreglan ese problema - dijo Helen.

Kaira la observó con cara de sorprendida como si hubiera visto a un extranjero hablándole un idioma desconocido. Ella le estaba ¿Apoyando? Cosa loca...

- Me estás ¿Animando?

- Claro, ¿Por qué no? - sonrió dejándole a la misma Ayumi estupefacta - solo habla con él. Hablando se entiende la gente Kaira, la fuerza no es una buena idea, mucho menos hacer lo que tú has hecho. Un error lo comete cualquiera pero aún puedes enmendarlo, no es tarde. Quizás logres cambiar muchas cosas. Muéstrale que eres diferente... ¿Qué tienes que perder? Hazlo.

Ella sonrió sinceramente y Kaira  agradeció por ello. Helen hizo lo mismo y luego siguió caminando para marcharse. Ayumi siguió caminando pasando de Kaira. Esta última la tomó del brazo unos instantes...

- Oye Ayumi...

- Kaira - la miró seria.

- Ya...

Kaira la soltó y Ayumi retomó su camino para irse con su amiga.

"Mi secreto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora