Cap 30 "Prueba"

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Narra Helen:
Ambos nos encontramos sorprendidos por aquellas palabras tan extrañas, por lo que nos manteníamos a la defensiva. Mi rostro expresa seriedad mientras sus palabras resuenan y hacen eco entre las paredes de mi mente.

- ¿Qué es lo que quieres decir con que nos estabas esperando desde hace siglos? - pregunta Raku, quién se atreve a querer descubrir más allá, con esa voz grave suya que demanda una respuesta, una orden.

El espíritu hace un amago de sonrisa escuchado por nosotros y responde con una calma desesperante a mi parecer.

- Simple y sencillo: los he estado esperando Raku y Helen.

No entiendo nada, simplemente esto no tiene sentido. ¿Qué nos ha estado esperando? ¿Por siglos?” - pienso para mí misma - “eso es imposible... Raku no existe en esta época y yo... Hace siglos que nací creo... Pero no lo suficiente como para que ella sea capaz de decir tal cosa. Es ridículo”

Mi mente iba a millón con este hecho y no podía dejar de pensar en todo.

Sin embargo sentía el ambiente más cargado y ese mismo ambiente me ponía inquieta. La neblina se hizo mucho más densa, casi insoportable, ya no podía definir siquiera donde estaba la silueta del espíritu con el que recientemente estábamos hablando.

Todo se intensificó, y el lugar permanecía callado... Sumido en un inquietante silencio. Lo que lo rompió fueron los gritos de Raku, al parecer sorprendido por algo pero tampoco fui capaz de verlo ni siquiera agudizando mis sentidos. Podía sentirlo, y ese aroma que desprende tan inconfundible para mi lo sentía cerca, pero no lo veo y no puedo moverme, mi cuerpo estaba tenso, paralizado contra el suelo. Es en ese momento que emerge del suelo una especie de planta enredadera que atrapa mis manos y piernas entre sus dimensiones inmensas. Siento como me sujetan y ejercen presión alrededor de todo mi cuerpo, como si quisiera exprimirme  como a una naranja.

Hago una mueca debido a la molesta presión y cuando mi cuerpo ya no puede soportar más el dolor suelto un grito que me desgarra la garganta, sintiendo que me debilito y todo se ennegrece ante mi. Mis parpados pesados se cierran con lentitud y lo próximo que siento es entumecimiento antes de perder la conciencia. 

Abro los ojos y observo el panorama a mi alrededor, todo brillante y lleno de luz con una que otra imagen de mi misma. Observo varias de hecho, algunas incluso de cuando solo era una nena gateando por el suelo de la cabaña de mis padres mientras ellos sonreían y me tomaban en brazos para cargarme y mimarme más. Mis ojos se humedecen ante la imagen tan linda que había sido borrada de mi memoria por la corta edad...

- Vaya, que pequeñita eras. Te ves tan inocente. Quien diría que al crecer serías un auténtico door de cabeza - dijo provocando que me girara para observarla con evidente estupefacción.

Mis pupilas estaban inquietas ante sus palabras, estas se me quedaban atoradas en la garganta.

- Tenías que haberte ido cuando tuviste la oportunidad, en vez de permitir que te siguiéramos - dijo nuevamente - fuiste muy ilusa, siempre lo has sido "amiga".

- Es increíble como puedes ser tan ingenua y centrada al mismo tiempo - dijo entonces la de cabellos castaños observándome con las manos cruzadas a la altura de su pecho y su impoluta nueva vestimenta parecida a la de los exterminadores - hasta Ayumi te traiciona, pero que lástima.

- Kaira...

Ella sonríe de lado, muy segura de sí misma y me siento atrapada en el lugar en donde estoy. Camino hacia atrás sintiendo mis pasos resonar en el vacío como si fuese una gota de agua. Ambas dan pasos hacia mi haciéndome retroceder, con esas sonrisas macabras en sus caras y ese destello de superioridad que jamás había visto en Ayumi y que nunca vi tan acrecentado hacia mi en Kaira.

Lo próximo que sentí fue una angustiosa sensación de desasosiego mientras alguien apretaba mi cuello, y frente a mi se posicionó justo ella.

- Lin... ¿Qué...?

Casi no puedo hablar mucho menos respirar.

- ¿No crees que es hora de que mueras ya... Onee-chan? - preguntó, con su voz más grave de lo normal y una sonrisa retorcida en su rostro.

Con cada minuto siento que me ahogo más hasta que ella me suelta empujándome con fuerza. Levanto un poco la cabeza del suelo sintiéndome mareada y un dolor molesto se estaciona en mi pecho, no sé si por el golpe o por el daño emocional que me está causando esta situación. Si es un sueño quiero despertarme... No quiero estar aquí... Viviendo esto... No quiero...

- Entrégame el Rubí Rosa, yo lo cuidaré por ti, y le daré un mejor uso del que tú podrías. Me haré más poderosa, alégrate onee-chan, conquistaré lo que tú, mamá y papá no pudieron - dijo, sonriendo con dulzura y ternura, pero se notaba el desagrado impregnado en su tono de voz.

- Lin, por favor, tú no eres así - digo, sintiendo esa agonía recorrerme, tengo que evitar que mi hermanita siga por ese camino.

- ¿Qué no? ¿Qué es lo que te hace pensar que no? - dijo, rebatiendo nuevamente contra mi, palabras dolorosas - yo siempre he sido así. Solo estaba esperando el momento adecuado para conseguir lo que quiero. Y ahora que mamá y papá no están - sonrió desafiante - es más sencillo.

- Acéptalo Helen, eres patética, una ilusa - dijo Kaira, siendo tan perra desagradable como siempre, pero peor en este caso.

- Ay amiga, simplemente no tienes fibra - dijo Ayumi también, haciendo acto de presencia, mientras sus ojos siempre curiosos se habían tornado más fríos y llenos de una superioridad que jamás había visto destellar en sus cuencas cristalinas.

Todas esas palabras lograban que sintiera mi corazón quebrarse cada vez más. Mi objetivo de llegar hasta aquí no era solo para abastecerme de flechas, era ser más fuerte... No veo como esto puede hacerme más fuerte, solo quiero correr, correr sin rumbo y que al llegar al final algo me desaparezca. No quiero experimentar esta secuencia de atrocidades contra mi. No he hecho nada.

- Pobrecita, no sean tan crueles con ella - dijo entonces, esa voz que tanto lograba calmarme y mi corazón dió otro brinco.

No me atreví a moverme, me quedé estática y anclada al suelo como si fuese un imán pegado a una superficie de hierro. Suspiré, sin saber que esperar antes de voltear ligeramente la cabeza para mirarle...

"Mi secreto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora