Narra Kaira:
Llevábamos tiempo dentro de este palacio enorme, y ya empezaba a hastiarme de tanta carencia de color e iluminación. Los pasillos eran deprimentes y los monstruos ni hablar, parecían zombies deformes, ni con un buen madrazo se acababan de morir de manera literal.Ayumi iba muy callada y sosteniéndose un costado disimuladamente, me sentí culpable al respecto. Durante un instante en el que estuve a punto de atacar con mi bumerán la punta alcanzó a golpearla.
Me disculpé muy disimuladamente, no queríamos preocupar de más a Helen. Ya tenía bastante con lo que lidiar. Ella tampoco había emitido ningún sonido de dolor o quejido de enojo, aún así estaba claro que le dolía.
Mientras Helen escapaba de los monstruos por el pasillo en un momento en el que la oscuridad aumentó aún más, tomé a Ayumi para escondernos y poder ayudarla a curar sus heridas.
- Dame eso - ordeno quitándole la mochila con medicamentos y hojas de todo tipo sin esperar a que siquiera dijera pío o negativo.
Se me quedó observando como si fuera el fin del mundo mientras yo sacaba unas vendas y alcohol para limpiar su herida y taparla para evitar infecciones. Satisfecha con mi trabajo de enfermera rápida y precisa, sonrío ligeramente y asiento con la cabeza.
- Está listo. ¿Duele demasiado?
- Eh no, solo lo normal. ¿Cómo demonios sabes de estas cosas?
- Experiencia.
Me miró frunciendo el entrecejo, cosa que preferí fingir no darme cuenta, no quería seguir con aquella conversación.
En cuanto pudimos salimos del escondite volviendo al ataque junto con Helen, salvándole la espalda por poco y cuando todo pareció quedar en calma después de que ella dispara una de sus flechas hacia un punto alejado en el techo continuamos con nuestro camino hasta llegar al final del pasillo.
Abrimos la puerta entre las tres y lo que encontramos detrás era algo completamente inesperado. Miré a Helen, luego a Ayumi, y de nuevo a Helen...
Las tres nos miramos para regresar nuestra visión hacia adelante... Esto tiene que ser una broma...
Narra Helen:
Mi mirada se había quedado completamente perpleja y no dudaba que las chicas estuvieran igual de traumadas que yo en este instante.Todo a nuestro alrededor era tenebroso, intimidante... Todo esto era algo de locos, algo que creíamos ficticio, imposible, un mito.
"La realidad" de esta era volvió a abofetearnos la cara como se debe, era hora despertar, no estábamos a un siglo en el futuro, estábamos en el pasado,y uno muy remoto. ¿A qué sí?
Tras la puerta habíamos logrado llegar a una última habitación lúgubre, oscura pero que se veía todo perfectamente claro por las velas.
Había una mesa, y sobre ella un libro abierto, escrito en un idioma que no conozco, pero por las ilustraciones que tenía se trataba de conjuros oscuros, malditos, "conjuros diabólicos" lo habrían llamado nuestros padres.
Había también una estantería, llena de libros que por su portada y las letras que observaba a lo lejos, eran tan inquietantes como el que teníamos en frente. Empezaban a ponérseme los pelos de punta, definitivamente no estaba acostumbrada a esta sensación de desasosiego y temor por una simple escena que creería de película fantástica o terror.
Por si eso no fuera poco había un maldito enorme caldero con líquido burbujeante, espeso, ni que decir del color horroroso que se cargaba pero lo cristalino que se veía. Daba verdadero horror mirar tu reflejo en ese "espejo".
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"Mi secreto"
Teen FictionDos épocas diferentes y una misma vida, una misma existencia. ¿Será solo un secreto? ¿O serán más de uno? Viajes en el tiempo, una venganza, un viaje destinado a ser realizado... Dos hermanas, dos amores, un imperio por conquistar, un reino por re...