67

366 45 79
                                    

A la mañana siguiente ya se encontraban Marina y Amelia en su casa organizando y preparando los últimos detalles para llevar a cabo la operación de rescate del detective mientras comentaban la últimas noticias que traía la castaña de que Zafiro había matado a Berenice y a Cachorra ya que por un dispositivo GPS que le había puesto en su teléfono dió con el paradero de la bailarina engañandole con la ladrona y de la misma rabia las mató a las dos dando por terminada la relación con su amante así mismo la relación entre Zafiro y El Príncipe cada vez era más cercana y la policía estaba detrás de sus pasos, no obstante desde que se produjo el arresto de La Diabla por parte de Lourdes, la policía y el detective Capote habían puesto al tanto de todo a la comisaría para que llevaran a cabo el plan ya que la morena sabía todos los pasos, robos y operaciones de trafico de drogas que habían tenido durante años en la que la banda era la protagonista de todas.

Todo parecía llegar al final o por lo menos el principio de la caída del mafioso de cuello blanco del que nunca nadie sospechó y que durante años al lado de la familia Gómez fraguó un plan maquiavélico para hacerse con todo el poder de la empresa pero ya era hora de que alguien le parara los pies y le diera su merecido, lo que él menos se esperaba es que fuera alguien de su propia familia y estuviera de vuelta para tenerla frente a sus ojos y ver en lo que se había convertido y lo que había perdido.

En ese momento llamaron al timbre y cuando Amelia abrió era María que tenía que quedarse en su casa para cuando el detective estuviera de vuelta pudiera reencontrarse con su chica después de tanto tiempo separados y para que nadie sospechara de que estuviera conectada con ella.

  - ¡María al fin llegaste! - Contestó Amelia acercándose a ella y dándole un abrazo.

  - Estaba nerviosa de no llegar aquí a tiempo. - Respondió María saludando a Amelia y a Marina.

  - Bueno, yo creo que todas necesitamos un café ¿no? - Dijo Marina para calmar a la castaña.

  - María, no tienes de qué preocuparte, todo va a salir bien, ya lo revisamos todo y estudiamos el lugar para que no haya ningún inconveniente y Nacho llegue aquí de vuelta. - Explicaba Amelia a María para que se tranquilizara y no pensara en los problemas que podrían encontrarse. - Por lo pronto la ropa de Nacho tenemos que dejarla en un lugar cercano a donde vayamos a dejar el coche del transporte.

  - ¿Y donde va a ser eso? - Preguntó María queriendo saber.

  - Probablemente en la estación de tren que tienen abandonada cerca de la prisión pero todavía no estamos seguras, depende del tráfico y de otras cosas.

  - ¿Y por qué no se cambia en el coche?

  - No María, en el coche no podemos quedarnos mucho tiempo porque muy pronto van a empezar a buscarnos, así es más seguro. - Decía Amelia bebiendo de su taza de café.

  - Está bien...yo sólo os pido Amelia que Nacho llegue aquí sano y salvo, por favor. - Contestó la castaña preocupada.

  - ¡María escúchame! Lo único que necesito es que Nacho esté ahí cuando lleguemos por él, cuando me lo entreguen ten por seguro de que voy a hacer lo que sea y que esté en mi mano para traértelo de vuelta sin un solo rasguño, tienes mi palabra. - Le respondió Amelia a María agarrándole las manos en señal de apoyo.

  - Gracias Amelia, de verdad gracias por todo lo que estás haciendo y... yo nunca te lo había dicho pero...de verdad lamento mucho todo lo que has tenido que pasar. - Contestó María con sinceridad recibiendo como respuesta un abrazo de Amelia.

  - Todo va a salir bien.

  - Y gracias a tí también Marina. - Contestó María a Marina agarrando también su mano.

Lo que en ti veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora