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Podría haber esperado otra visita más incómoda pero el hecho de encontrarla ahí frente a ella en vez de enfadarla por interrumpir su desayuno con la morena, la preocupó porque después de todo lo que estaba pasando a su alrededor era una pieza clave en todo lo que pudiera pasar a partir de ahora con su familia.

  - ¡Mamá dime por qué traes esa cara! - Gritó Luisita a Manolita al verle con cara de preocupación y alterada.

  - Ahora estoy segura de que Sebastián es capaz de todo Luisita. - Respondía Manolita entrando en la casa de la abogada mirando a su alrededor.

  - ¿Por qué dices eso?¿Qué hizo ahora?

  - Hoy llegó a la casa un agente de la inmobiliaria diciendo que le habían dado la dirección para ponerla en venta...y Luisita yo vivo ahí, es la casa donde pase vuestros años de infancia hija. - Le explicaba Manolita llorando pensando en que iba a quedarse en la calle por culpa de Sebastián.

En ese momento salió de la habitación Amelia preocupada por el grito y el llanto que había escuchado anteriormente.

  - ¿Está todo bien Luisi? - Preguntó Amelia preocupada por lo que podía haberle pasado a la abogada.

  - Perdón, creí que estabas sola Luisita. - Respondió Manolita agachando la mirada.

  - Mamá, yo amo a Amelia, desde siempre y estamos intentando rehacer nuestra vida, sin mentiras ni engaños, desde cero, como siempre debió ser...quiero ser feliz mamá y mi felicidad es ella, Amelia es...es la mujer que toda la vida esperé, la que tengo en la cabeza todo el día, la mujer con la que quiero formar un futuro, la que me sostiene y me levanta todos los días cada vez que me caigo y no me quedan fuerzas. - Luisita decía emocionada a su madre todo lo que sentía por Amelia y lo que sería capaz por ella.

Amelia escuchaba todas esas palabras desde la espalda de la abogada mientras que Manolita veía la cara de felicidad de su hija.

  - Mamá, yo sé que no confías en ella por el daño que me hizo, que te puede parecer una locura que estemos juntas de nuevo pero...es el amor de mi vida y soy capaz de renunciar a todo por ella.

  - Hija yo...yo estaba muy preocupada por tí, porque lo pasaste muy mal cuando pasó todo lo del robo, casi no te levantabas de la cama Luisita y...quise odiar a todo aquel que te hiciera daño pero...hoy aquí...- Manolita miraba a la morena con tristeza. - he visto como te brillan los ojos cuando hablas de Amelia, como se te llena la boca al decir que la amas y yo no puedo negarme a nada que te haga feliz hija, nunca te vi así de enamorada de alguien y menos de una mujer pero si Amelia es tu felicidad Luisita, sólo tengo que decirle a ella que te cuide, que te quiera como el mayor regalo de su vida y que cada día cuando se levante al mirarte a los ojos diga gracias porque tiene a una mujer al lado que la ama con locura. -Decía Manolita mirando a las chicas ahora con una media sonrisa al saber que estaban juntas de nuevo y que iban a cuidarse.

Amelia se quedó sin palabras al escuchar a Manolita hablar así de ella después de todo lo que le hizo a su familia pero como respuesta se acercó a ella para agradecerle que confiara de nuevo y no se opusiera a su relación con la abogada.

  - Señora Gómez yo...quisiera pedirle perdón...por...por todo, por todo lo que le hice a su familia, por haber lastimado a Luisita y por no haber tenido el valor suficiente para decir toda la verdad a tiempo. - Explicaba Amelia con los ojos brillantes y esquivando la mirada.

  - Te voy a ser sincera Amelia...eehh, al principio cuando te conocí, aquí en este mismo sitio el día de la cena en la que nos encontramos todos, tuve muchas dudas de que Luisita estuviera enamorada de una mujer como tú, tan distinta a ella y de otra clase que no fuera la nuestra. - Empezó diciendo Manolita dejando pensativa a Luisita por lo que pudiera decir su madre. - pero siempre he sabido que mi hija tenía las ideas claras, que siempre ha sido una niña inocente y de buenos sentimientos a la que sólo le importa el corazón de las personas y cuando vi como te defendía frente a su padre con uñas y dientes, ahí entendí todo, que eras buena persona, que serías la mujer que haría feliz a mi hija y que nada ni nadie os separaría aunque tuvierais a todo el mundo en contra. - Manolita dejó sin palabras a la morena escuchando atentamente lo que tenía que decirle.

Lo que en ti veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora