Ese era su objetivo, recuperar a Luisita aunque no quisiera verla y no pudiera perdonarla pero había vuelto por ella y se lo tenía que demostrar aunque fuera desde la lejanía en un principio para luego acercarse poco a poco y tenerla de frente para ver sus ojos y decirle cuánto la había extrañado.
Se encontraba en el estudio de pintura, el cual se había convertido en su refugio para seguir sacando todos sus sentimientos, delante de un lienzo en blanco en el que creía que algún día podría tener un futuro y como siempre ese sueño le recordó a Luisita ya que fue la primera persona que confió en ella de que podría llegar a ser una artista.
En ese mismo instante empezó a recordar momentos que había vivido con ella desde que la conoció, la salida en el parque y verla de espaldas al lago, cuando quedaron en el árbol, ese que era tan importante para ellas y en el cual no existían los problemas o cuando le regaló la pulsera que tanto la sorprendió para demostrarle cuanto la amaba. Cada trazo estaba plasmado ahí, cada momento vivido, cada beso que le dió y los mil te amo que le regaló acompañados de una lágrima salada al acordarse de que no la tenía a su lado.
- Siempre te he dicho que tenías talento para la pintura y cada día me lo estás demostrando. - Rompió el silencio Laura Jota apareciendo siempre de improviso.
- Sólo dejo hablar al corazón pensando en ella y las palabras me salen solas. - Contestó Amelia dándose la vuelta respondiéndole con una mirada triste.
- Mañana tengo una nueva exposición, podrías presentar el cuadro.
- No creo que a nadie le interese mis pinturas. - Respondió Amelia con una media sonrisa.
- Yo no pienso lo mismo que tú y si me lo permites, quisiera llevármelo.
- Es todo tuyo, tómalo como regalo por aguantarme durante tanto tiempo.
- Bueno, eres una gran amiga de compañía y además compartimos el gusto por el arte. ¿Qué más puedo pedir? - Le contestó de vuelta la pintora haciéndole reír.
- ¿Sabes lo que desearía en este momento?
- Dime. - La pintora quiso escucharla para que se desahogara con ella.
- Que Luisita viera mis cuadros y se sintiera orgullosa de mí. - Respondió con los ojos brillantes ante la media sonrisa de la pintora.
- Eso puede pasar muchacha, con el tiempo se pondrá todo en su sitio.
- Tengo que acercarme a ella Laura, quiero que sepa que estoy viva y explicarle todo lo que pasó.
- Tienes que tener cuidado, debes ir poco a poco para no asustarla, recuerda que ella te odia por todo lo que le hiciste y no va a querer escucharte.
- Tengo una idea mejor para acercarme a ella, espero que funcione.
- ¿Qué estás tramando ahora? - Preguntó Laura con la ceja levantada y provocando que Amelia esquivara la mirada.
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En otro sitio, después de la conversación que tuvo con Sebastián, Marcelino se encontraba en la empresa para ir a hablar con María y que le explicara lo que se había descubierto de ella porque hasta ahora y aunque confiara mucho en su yerno, quería escucharlo de su propia boca.
- ¿Me puedes explicar qué pasa contigo María? - María se asustó de golpe en el asiento de su escritorio al ver entrar a su padre sin llamar a la puerta y con cara de enfado.
- ¿Qué pasa papá? Me asustaste. - Respondió María nerviosa.
- Me enteré de que tuviste un accidente con el coche y te arrestaron por ir bajo los efectos del alcohol y las drogas, dime que no es cierto. - Le soltó de repente Marcelino sin esperarlo creyendo estar en un grave problema del que tenía que salir.
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Lo que en ti veo
Hayran KurguAmelia es una chica que por circunstancias de la vida y por haber crecido sin un padre, se crió en la calle rodeada de ladrones, drogas y traficantes y sólo con la ayuda de su madre gravemente enferma ha podido salir adelante. Luisita es una abogada...