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Después de despedirse de Lourdes y dejarle las cosas claras, Amelia fue a buscar a la mujer que siempre estaba en su pensamiento y por la que suspiraba y vivía cada día pero primero y para cogerla de sorpresa la llamó desde un teléfono público avisándole de que se encontraba abajo de la oficina.

  - Buenas tardes, ¿Se encuentra la señorita Luisita Gómez? - Preguntó Amelia tapándose la boca y usando una voz distinta a la de ella.

  - Sí soy yo, ¿Quién habla? - Preguntó la abogada un poco asustada esperando noticias.

  - Habla la mujer que suspira por usted cada día de su vida, aquella que cuenta los segundos para tenerla entre sus brazos y darle todo el amor que se merece, la mujer que sueña a cada minuto con formar una familia a su lado y por la que estoy hoy aquí de vuelta. - Contestó Amelia al otro lado del teléfono provocando que se le empañaran los ojos a la abogada.

  - ¿Dónde estás amor? Tengo muchas ganas de verte. - Preguntó Luisita emocionada por haberla escuchado de nuevo.

  - Estoy muy cerquita de tí Luisi, ya pasó todo cariño mío y Nacho está con María en la casa. - Respondió la morena para tranquilizar a la rubia.

  - Gracias a Dios que todo salió bien aunque ahora Nacho tenga que estar escondido, podrá ayudarnos para acabar con Sebastián.

  - Ahora estará todo el mundo buscándolo y tenemos que tener cuidado pero desde dentro y todos unidos trataremos de acabar con él.

  - Tengo miedo Amelia, no estaba tranquila hasta que escuché tu voz y sabía que estabas bien.

  - Tenía que volver Luisi, no quiero perderme ni un segundo de la vida de nuestro hijo y de estar a tu lado.

  - Ya quiero verte y abrazarte, sólo así estoy segura de que todo está bien.

  - Eso espero, oye y...¿Podemos vernos? - Preguntó Amelia con una voz pícara.

  - Dónde tú me digas. - Contestó Luisita de igual manera.

  - ¿Puedes salir un momento de la oficina? - Preguntó Amelia pensando en una idea.

  - Sí claro, ¿Donde estás? - Luisita empezó a recoger sus cosas para salir a toda prisa de la oficina y encontrarse con la morena de ojos miel.

  - Estoy muy cerca...cada vez más cerca de ti. - Respondió Amelia con voz susurrada.

  - ¡Amelia me estás poniendo nerviosa! - Luisita iba bajando las escaleras y cuando salió a la calle buscaba por todos lados a la morena sin dar con ella.

  - Sigue un poquito más cariño mío, sólo un poco más y me tienes cerca. - Amelia la guiaba desde lejos porque desde el primer momento en que la vio bajar no podía apartarle la mirada.

  - ¿Para dónde sigo? - Preguntó Luisita buscándola.

  - Sigue lentamente rodeándome despacio y al límite de la calle sigue, sigue un poco más para ponerte a escasos centímetros de mí.

  - ¡Amelia, me está entrando calor! ¿Puedes decirme cómo te encuentro? - Preguntó Luisita ya desesperada porque sólo con escuchar la voz de la morena se derretía.

  - Ahora mismo me encuentro comiéndote con los ojos, disfrutando de tu belleza y contando los pasos que te quedan por dar hacia mí para decirte cuánto te amo. - Respondió Amelia con voz bajita hacia la abogada provocando en ella un escalofrío.

  - Dime por favor amor donde estás... - Suplicó la abogada a la morena que ya había ido a su encuentro.

  - Date la vuelta vida mía. - Respondió susurrándole al oído a escasos centímetros de su espalda.

Lo que en ti veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora