EL INICIO DEL CAOS

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Una vez que Jügo y Karin vislubraron el hotel en el que Hyzashi y Ten - Ten estaban hospedados, el muchacho de cabellos blancos hizo aparecer en su rostro una media sonrisa triunfal antes de dar la orden a su compañera.
—Avisa a Sasuke que los encontramos.
Karin devolvió la sonrisa aunque sabía el motivo por el cual había brotado y asintió para luego desaparecer.
Mientras tanto los que aún quedaban en Konoha seguían moviéndose entre avisos, lamentos, llantos de dolor, vergüenzas y discusiones.
Fueron Shikamaru y Sasuke en persona quienes se encargaron de informar a los padres de Ten - Ten lo que su hija había hecho.
Iban de regreso al hospital cuando Karin llegó.
En el cielo ya asomaban las luces de un amanecer nuevo. Algo se dejó caer desde un árbol hasta los hombros de Sasuke.
—Recupera la sonrisa. — le informó la pelirroja al oído  al ex - criminal. — Jügo y yo hemos encontrado a sus presas.
—Se los agradezco. A ambos.
Ahora acompáñanos, tenemos que informar a Neji de esto.
Aquella decisión era nueva y ni Karin ni Shikamaru se la esperaban pero ninguno cuestionaría el proceder de Sasuke.
Cuando encontraron a Neji Hyuga este lucia un rostro cansado, destrozado y segundos después, al enterarse de que habían localizado a Ten - Ten junto a su padre, la máscara de furia y odio volvió a instalarse en su rostro. Fue ahí cuando Shikamaru comprendió todo.
"Nadie mejor que los afectados directos por la tragedia para cobrar una venganza inolvidable."
El hijo de Hyzashi se levantó de la banca en la que estaba y al llegar hasta donde estaban Sasuke y Shikamaru les colocó una mano en el hombro a cada uno, les agradeció y tomó con ellos el camino hasta el hotel.
Arribaron al lugar a horas de la tarde y los amantes prófugos parecían haberse olvidado de que las personas a las que habían hecho daño no se quedarían de brazos cruzados.
Con suma delicadeza y sin hacer ruido alguno, Jügo se encargó de instalarse junto con Shikamaru en la puerta de entrada por si era necesario tener que evitar alguna huida.
Sasuke y Neji entraron a la habitación y Karin se apostó junto a la única ventana por la que ambos podrían querer huir.
Cuando los vieron entrar, Hyzashi no pareció sorprendido mientras que Ten - Ten comenzó a actuar tratando de no parecer nerviosa.
Hyzashi soltó una carcajada aún con evidente desinterés.
—Vaya Neji, yo pensaba que jamás estarías dispuesto a compartir un espacio con él hombre que te robó a tu mujer. — acto seguido hizo un ademán de desdén con la mano. — Las cosas que uno tiene que ver.
La sangre de Neji hervía. Sin embargo aquellas horas le habían servido para comprender que su padre no tenía remedio. Que quizás era un psicópata o que había perdido la cabeza por completo. Por lo que centrarse en él sería solo como hablar con una pared.
Así que se encargó de que sus ojos conectaran con los de Ten - Ten.
—No me sorprende encontrarte aquí. — le dijo a modo de saludo.
Ella desmesuró los ojos sin comprender por qué el muchacho se veía tan calmado después de todo lo que ocurrió.
Separó los labios para responder lo que fuera que se le pudiera ocurrir como contestación pero el muchacho fue más rápido.
—Tengo un asunto que tratar contigo. Te agradecería si me acompañas a la habitación de al lado.
—Pe...pero...es que yo...  —Sè que estás con mi padre. No te quitaré mucho tiempo.
Insegura y con los ojos puestos en Hyzashi como pidiéndole ayuda, Ten - Ten se levantó y salió de la habitación con el hombre de su vida casi pisandole los talones.
Al encontrarse dentro de la habitación, instintivamente Ten - Ten caminó hasta el fondo del lugar, cerca de una ventana.
—De nada te va a servir acercarte a la ventana.
No vas a poder huir de mi si es lo que deseas.
—Estás loco si eso es lo que piensas. — contestó ella con la voz temblorosa. — No he hecho nada, no tengo motivación alguna para querer huir de ti.
Neji rio por lo bajo y un segundo después su rostro se ensombreciò.
—¿Te he acusado de algo acaso? — inquirió el joven con un tono de voz que a Ten - Ten le produjo escalofríos.
—No, pero no soy tonta. Imagino el motivo por el que te encuentras aquí.
—¿Ah si, Ten - Ten? ¿Según tu, cuál es el motivo que me tiene aquí?
—El accidente de Sakura.
Neji clavó sus ojos en la joven y elevando el dedo índice de la mano izquierda la invitó a aproximarse a él mientras pronunciaba:
—Acercate Ten - Ten, no voy a hacerte nada. Confía en mí.
Ten - Ten le devolvió la mirada cual gato asustado pero estaba dispuesta a cargar hasta con las últimas consecuencias por mantener su mentira. Así que tragando saliva, avanzó a paso lento, hasta quedar tan cerca de Neji que sus pieles se rozaban.
Él entonces se inclinó tan solo un poco hasta el oído de ella y le comunicó en un susurro.
—Sakura se encuentra bien. De hecho ella está muy bien.
La respiración de Ten - Ten se pausó por un instante a causa de la confusión que la respuesta del muchacho le produjo. Pero solo le bastó un segundo de distracción para, de forma inmediata, sentir una bofetada en su mejilla dada con tal fuerza que escuchó el sonido atronador antes de mandarla a volar y después hacerla caer con dureza en el suelo.
Ella quedó sentada y mantuvo el rostro vuelto para el lado en el que había recibido la bofetada.
—¿Por qué hiciste eso? — preguntó con los dientes apretados y esforzándose porque las lágrimas que deseaban salir, no brotaran.
—¿Por qué, es tu pregunta? — inquirió Neji volviendo a reír. — Más bien, debería ser la mía ¿No lo crees? ¿Por qué Ten - Ten? ¿Por qué tenías que tocar a mi hijo?
La fémina estaba paralizada, con los músculos agarrotados, doloridos y tratando de asimilar quién era el hombre al que tenía enfrente.
—Esa pregunta no me la hagas a mi.
Yo no tuve nada que ver, más bien pregúntale al destino por qué sucedió.
Tu esposa sufrió un accidente en las escaleras, no la empujé yo. Cualquier cosa que ella te haya dicho no la puedes creer así de fácil. Estamos hablando de Sakura Haruno, quien no solo te engaño con Kakashi, con Sasuke y quizá con medio Konoha también.
—Destino... — repitió Neji volviendo a congelar la sangre de Ten - Ten.
—Si ella tiene pruebas de que fui yo, entonces que me apresen de una vez. Pero eso es algo que no podrán hacer porque yo no hice nada.
—¿Tus manos aparecieron por arte de magia también?
—Te olvidas de que tú respetable esposa era una drogadicta y una alcohólica, por si no lo sabes esta clase de personas suelen tener alucinaciones porque su cerebro se mantiene afectado aún cuando ya no se encuentren consumiendo dichas sustancias. Y da la casualidad de que nuestra querida Sakura se encuentra en abstinencia por su embarazo.
¡Bien pudo haber alucinado todo!
—Mi hijo ya no existe, Ten - Ten y es una lastima que tú aún sigas con vida.
—Despues de que Sasuke abandonó la aldea, Sakura se volvió una persona incapaz de aceptar y sobrellevar una responsabilidad. Eso lo sabíamos todos en Konoha.
Las personas no cambian de la noche a la mañana y una prueba feaciente de ello es que aunque contigo lo tenía todo, te dejó para estar con Sasuke Uchiha.
—Tú te entrometiste.
—¿Quien te asegura que tú esposa no se inventó que fui yo quien la empujó cuando tal vez lo único que deseaba era acabar con ese hijo que tan atada la iba a tener a ti y que tanto le iba a impedir estar con quién realmente ama?
Aquellas declaraciones fueron el tope en la paciencia de Neji.
—Me parece increíble que un desamor te haya cambiado por completo, Ten - Ten.
¿Sabes qué?  Cometí un error enorme. Porque en aquella ocasión en la que me hablaste sobre tus sentimientos hacia mi, juzguè mal a la mujer con la que estaba y creí que quizá el amor que sentías por mi era lo que podría haber estado buscando sin saberlo. Pero ya ves, la vida fue mostrándome una a una las veces en las que me equivoqué y sin miedo a hacerme el mayor de los daños, acabó mostrándome también por qué no debo tener prejuicio alguno sobre ninguna mujer.
Yo me sentí atrapado cuando mi compañera a la que tantas veces le había cuidado la espalda y quién tantas veces me había protegido a mi, me confesó semejantes sentimientos. Me sentí empujado a cuidar de esa niña que me amaba y orillado a despreciar a Sakura por la forma en la que estaba jugando con las situaciones. Sin embargo si ahora pudiera volver el tiempo atrás, sin duda me arrastraría ante esa mujer, le besaría los pies e ignoraría tus pretensiones.
El tiempo no puede volver atrás pero de saber todo lo que pasaría, te habría despreciado como lo que eres — Neji miró entonces de arriba para abajo a Ten - Ten, con unos ojos que expresaban repudio  y asco. — La peor basura que tuve el infortunio de conocer.
—Si viniste solamente a ofenderme y a lastimarme puedes irte de una vez.
—Oh no cariño. Tú de ninguna forma tienes voz y voto para decirme qué es lo que tengo que hacer. Además la diversión está por comenzar.
—¿Qué tienes pensado hacer? — preguntó ella con la desesperación invadiendo su ser completo.
—Te soy sincero, no lo sé. Pero...eso no será problema. Cómo puedes ver somos más de tres, sin duda a alguno se nos ocurrirá una idea que valga la pena.
En tanto esto sucedía en el hotel, en Konoha los rumores habían comenzado a correr pocas horas después del incidente y Tsunade envío a Kakashi al hospital para corroborar los hechos y saber si Sakura se encontraba ahí. Una vez que la historia fue contada y los hechos confirmados, el hijo del colmillo blanco salió de la aldea.
—Tal parece que he llegado un poco tarde a la fiesta. — expresó saludando a los muchachos.
Los felicito por haber encontrado a los culpables. No podía esperar menos de ustedes. Sin embargo, veo que tienen problemas para decidir qué hacer con los malhechores. Primero que nada, no separen a los criminales.
Neji, por más dolido que estés, trae aquí a Ten - Ten.
Neji Hyuga y Kakashi Hatake intercambiaron una mirada y después de un momento, el primero acató la orden.
En la habitación en donde se encontraba Hyzashi Hyuga, Sasuke lo mantenía atado e incluso amordazado.
—Quitale la mordaza. — le indicó Kakashi a Sasuke — tenemos que hacerle preguntas.
Sasuke Uchiha asintió y acató la orden.
—Hyzashi, es una verdadera lastima encontrarte aquí, ensuciando aún más si es posible, el apellido que tú mismo le diste a tu clan.
¿Por qué tanto ensañamiento con una joven?
—No seas idiota Kakashi, yo no tuve nada que ver con lo que le ocurrió a Sakura.
¿Crees que de saber que eso pasaría hubiera anunciado el nacimiento de mi nieto por todo lo alto, como lo hice?
Eso es cosa de mujeres.
Kakashi llevó la mirada a Ten - Ten.
—¿Es así, tú que dices?
La joven respiró profundo, haciendo acopio de paciencia y al mismo tiempo tratando de soportar el tema del que ya estaba harta.
—Hyzashi dice la verdad esta vez.
Eso fue cosa mía. Él me pidió esa misma noche que me largara de la casa después de que Sakura revelara ante Neji que yo era amante de su padre. Ese fue el motivo que me llevó a querer vengarme; Ese y el amor que siento por Neji.
Hyzashi soltó una risa gutural muy corta.
—Los adolescentes  y las estupideces que cometen por amor.
—Tus celos están mal encaminados, padre. Deberías guardarte tus comentarios.
—Tu idiotez me haría dudar de que soy tu padre de no ser por tu kekkei genkai.
—Concuerdo con la opinión del inmundo de tu padre. — comentó Ten - Ten. — Eres lo bastante idiota como para no darte cuenta de que tú padre no está enamorado de mi, sino de tu amada Sakura.
Aquella revelación solo empeoraría la situación.
En medio de un extraño silencio, los ojos de todos los presentes, excepto los dos villanos, se desmesuraron. De pronto nadie supo que hacer o que decir hasta que Kakashi decidió avanzar.
—¿Es eso cierto Hyzashi? — preguntó sin rodeos.
—No tengo por qué contestarte. No actúes como un policía.
—Tomarè esa respuesta como un sí.
—Piensa lo que quieras. — masculló el padre de Neji.
—¿Desde cuándo? — interino Neji conteniendo su enfado.
—No te angusties,— le respondió Ten - Ten de manera sorpresiva. — Al parecer el encaprichamiento de tu padre con Sakura tiene muy poco de haber iniciado.
—Cuentanos más de esto a todos Hyzashi. — volvió a hablar Kakashi. — Todos aquí necesitamos saber los detalles.
¿Qué planeabas hacer? Porque aún cuando tú digas que no eres culpable puede que incluso le hayas pedido a Ten - Ten que hiciera que Sakura perdiera al niño porque tú deseabas quedarte con ella.
En respuesta Hyzashi chasqueó la lengua.
—¿Sigues con la misma estúpida teoría en mente? Estás equivocado por completo.
Ten - Ten se talló la frente con las manos desesperada por el estúpido interrogatorio.
—Yo, contrario a lo que todos piensan, quería que Sakura tuviera al niño, — Hyzashi hizo una pausa breve antes de continuar hablando. — Al principio no estaba de acuerdo ni estaba en mis planes pero después fue diferente.
Tres de ustedes, presentes en esta habitación, están embelesados con Sakura Haruno ¿No? Después de admirarla con detenimiento mientras la tenía como huésped en mi casa, me di cuenta de que sí, tenía lo suyo. Y por supuesto si mi hijo estaba entre los tantos hombres de Konoha que estaban interesados en tenerla en su cama de nuevo, yo también tenía derecho a probar.
La última linea del argumento de Hyzashi provocó en todos una furia que solo se incrementaba. Pero tenían el deber de dejarlo hablar y enterarse de todo por su propia voz.
—Lleguè a la conclusión de que si ese niño nacía, aunque fuera hijo de mi hijo llevaría mi apellido y el resto de los acontecimientos sería lo más fácil de hacer. — Hyzashi sonrió con malicia. —Esa muchacha terminaría siendo madrastra de Neji lo quisiera o no.
El atronador sonido del rayo naciendo en medio de la habitación hizo que todos dieran un prudente salto hacia atrás y con una calma sorprendente para el resto  y los ojos cargados de ira, Sasuke Uchiha sentenció:
—Voy a desprenderte la cabeza. 
Por primera vez de acuerdo en algo, Neji tomó posición junto a Sasuke.
Hyzashi soltó una risa gutural.
—¡Que tierno! Mi hijo decidido a matarme por una mujer que lo dejó por otro.
Ten - Ten se levantó de prisa y se interpuso entre Hyzashi y sus verdugos.
—No puedes hacerte esto. — Habló mirando a Neji. — Es tu padre, te arrepentirás cuando tú enojo pase.
—Jügo — pronunció Sasuke de pronto.
Conociendo la orden, Jügo apareció justo frente a Ten -Ten, la tomó por el cuello y sosteniendola así, se la llevó a un extremo de la habitación en donde se encargó de aterrarla con las anécdotas más sonadas de como había acabado con aldeas enteras en momentos de enojo y de cómo ella sería un número más.
Shikamaru se preparó por si Hyzashi hacia algún intento por huir.
—Nadie va a asesinar a nadie. — Se oyó la orden de una voz fuerte de mujer.
Era Lady Tsunade.
—Ya tenemos dos delincuentes a los que atrapar y no es mi deseo que se generen más.
Entiendo la rabia que deben estar sintiendo pero les aseguro que no vale la pena para nada. Además, si después de esto ustedes dos terminan encarcelados, Sakura se moriría de tristeza.
¡Así que déjenme pasar y reaccionen de una vez!
Tsunade buscó los ojos de Hyzashi.
—Me das asco. — le dijo.
—Tu a mi no. — le respondió Hyzashi con sorna. —De hecho Tsunade, deberías venir a hacerme compañía antes, como premio de consolación si me vas a encerrar.
Lady Tsunade decidió ignorar aquellas palabras y en su lugar se dirigió a Sasuke.
—Utiliza tu Mangekyo. Quiero que dejes a este hombre sin voluntad, como el giñapo que es.
Al fondo Ten - Ten lanzó un grito. No podía evitar que lo que le hicieran a Hyzashi le afectará.
Neji no pudo evitar mirar la agonía de la joven por su padre y entre la turbulencia de pensamientos que experimentaba, cruzó por su cabeza la obviedad de que la joven se había enamorado y ni siquiera se habia dado cuenta.
Ten - Ten le rogó a todos los presentes para que desistieran de hacer lo que debían con Hyzashi, en su lugar objetó que era ella quien había cometido un delito y por lo tanto, debía ser ella quien recibiera todos los castigos que se impusieran. Para esas alturas todos se preguntaban que era lo que Ten - Ten había visto en Hyzashi para defenderlo con tal fiereza.
De un momento a otro la joven parecía estar volviéndose loca a causa del llanto y entonces algo inesperado sucedió.
—Oye Tsunade. — habló Hyzashi con una sonrisa filosa en el rostro. —No voy a oponerme de ningún modo al castigo que me hayas reservado. Sin embargo, estarás de acuerdo conmigo en que hasta los peores delincuentes tienen derecho a que se les cumpla una última voluntad.
Tsunade lo miró con el ceño fruncido.
—Sí ¿Qué quieres?
—Dejenme a solas con Ten - Ten por un momento.
Nadie estaba de acuerdo con aquello pero sabían que sí Lady Tsunade ya lo había decidido, no se podría nada en contra. Al final, ella era una sanin y sabía el por qué de su actuar.
Ante la petición de Hyzashi todos intercambiaron miradas y un minuto después salieron de la habitación.
Ten - Ten entonces sin dejar de llorar se arrastró hasta Hyzashi y se abrazó a su pecho.
El hombre, liberado de ataduras desde que Tsunade había arribado al hotel, permitió que Ten- Ten lo abrazara y le apartó el cabello de la mojada frente y parte del rostro.
—Esa debilidad no es propia de ti.
—Es que no pueden hacerte esto, yo fui a buscarte.
No debí haberlo hecho.
La fémina se ahogaba en llanto.
—No debes conmoverte de esa manera por nadie — le aconsejó el hombre. — Todas las cosas que intenté enseñarte habrán caído en saco roto si te rompes tan fácil.
—No me importa lo que pienses ahora, Hyzashi.
No quiero que nada te ocurra, no importa qué.
No importa que haya dejado de gustarte, no importa si decidias estar con otra al final. Tengo mucho que agradecerte y por eso no puedo permitir que después de tanto, acabes con un castigo como este por mi culpa.
—Estás hablando como una adolescente tonta.
—Puedo ser lo que digas, nada importa.
—Ten - Ten, dime una cosa — le pidió el hombre mirándola a los ojos.
—¿Qué? — preguntó ella haciendo un puchero.
—¿Te enamoraste? — interrogó él. — ¿Te enamoraste...de mi?
Ante la pregunta, la joven inhaló una bocanada profunda de aire.
—No sabría decírtelo Hyzashi. Pero por como duele todo lo que te está sucediendo, la respuesta mas cercana sería un sí.
Estoy consiente de que me enamoré de un cerdo malvado de ser el caso, pero qué le puedo hacer. Al final acabé siendo como él.
Hyzashi no pudo evitar soltar una risa que en su voz, siempre sonaba oscura.
—De no haberte enamorado de otra mujer — expresó Ten - Ten regresandolo a la realidad —y de considerarme a mi poco menos que eso, tal vez hasta podría haberte convertido en padre de nuevo.
Hyzashi le tomó el rostro con una de sus manos y la atrajo hacia él, besándola con pasión.
Dicho beso arrancó lágrimas en Ten - Ten pero también le trajo una oleada de placer.
—Siempre te consideré... — dijo el hombre de pronto — la mejor de las mujeres y la mejor de las amantes. Por eso quería que al final, fueras tú quien se quedara con Neji.
—A todo lo que nos llevó esa necedad. — suspiró la fémina.
—La guerra no ha terminado todavía. — le recalcó el patriarca. — Puede que Neji ahora te odie por lo que pasó pero su corazón es incluso más débil que el tuyo. Así que no descartes la posibilidad de que cuando se quede solo, busque tus brazos en algún momento.
Ten - Ten negó con la cabeza.
—Si tengo que escoger unos brazos en los que quisiera quedarme, elegiría los tuyos.
—Eso es porque nunca has dejado de ser una chiquilla tonta que sigue a su corazón. Pero bien sabes que después del castigo que me darán no quedará nada de mi y eso quizá hará que te arrepientas de haberte enamorado de un hombre mayor.
—Si tu crueldad, tu altanería y todo lo que te hace un villano es lo que me hizo enamorarme de ti, entonces sí, quizás pierda el interés un tiempo. Pero aún así, quien sabe, quizás incluso en la carcel me atreva a tratar de llegar hasta ti solo para estar contigo de manera íntima.
Hyzashi sonrió con suficiencia. Pues que Ten - Ten reconociera que perdería el interés en él luego de que su voluntad fuera hecha nada, le confirmaba que sin duda, podría sobrevivir de nuevo sola.
—Cuando salga de esta habitación,— le hizo saber Hyzashi — tendrás que olvidarte de mi.
La puerta fue abierta por Tsunade justo después de las palabras de Hyzashi.
—Se acabó tu tiempo. — le informó la sanin con frialdad.
Hyzashi solo asintió.
Jügo volvió a sujetar a Ten - Ten esta vez por ambos antebrazos y la sacó de aquel cuarto de hotel.
Ella, aunque lloraba y para sus adentros rogaba porque Hyzashi no fuera tocado, no rogó más.
Fue Neji quien volvió a encontrarla a las afueras de la habitación.
—Si estabas enamorada de mi padre, debiste haberte quedado con él y lárgarte de nuestras vidas.
El rostro de Ten - Ten enrojeció de rabia.
—Pudrete. — escupió como respuesta.

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