LOS SENTIMIENTOS DE SASUKE

UNA HERIDA LLAMADA TRAICIÓN.

El beso entre Neji y Ten Ten fue dado a ojos cerrados por ambos; un beso lento y que parecía centrarse en disfrutar y sentir por completo los labios del otro. Pero acercándose al final de aquella demostración de afecto, el joven del clan Hyuga sintió de pronto el arrepentimiento.
Pudo ver como al término del beso, Ten Ten abría los ojos, con la expresión llena de felicidad y esperanza. Sin embargo, aquella felicidad que había surgido de pronto, se esfumó de la misma forma.
Neji parecía aturdido.
La miraba serio, sin una pizca de expresión que pudiera revelarle lo que estaba sintiendo. A causa de esto, ella se llenó de terror. Y de sus labios brotaron unas temblorosas palabras.
-¿Sucede algo?
-Vete - escupió él.
-¿Qué? - las lágrimas que ya habían brotado, amenazaban con caer por su rostro.
-Vete, olvida lo que ha pasado y no vuelvas a buscarme.
Ella se levantó de la cama de un salto, sintiendo que la sangre le subía hasta la cabeza.
-¿Qué no vuelvo a buscarte? ¡¿Qué demonios te sucede?! Yo no fui quien me arrastró hasta aquí.
-Me importa un cuerno.
Largate y no vuelvas. Y si quieres un consejo, no te subas de nuevo a bailar a la mesa de un bar, o ningún hombre te tomará en serio.
-¡Me importan un carajo los hombres!
La joven caminó hasta la puerta y la abrió, abandonando primero la habitación y después la casa.
Neji cayó entonces sentado en la cama, con los dedos de la mano izquierda haciendo presión en el puente de su nariz.
Si cerraba los ojos, la imagen de Sakura sonriendo llenaba su mente.
¿Cómo había sido capaz de besar a Ten Ten?
"Era necesario - saltó su pensamiento - necesitabas saber si sentías algo por ella o no".
Y la respuesta había sido después de todo, negativa. No obstante ¿por qué la había besado con tanta delicadeza?
La había besado con ternura. Pero... era así como solía besar a Sakura.
"Sakura, Sakura, Sakura" - pensó.
-Como le dije a Hinata - se dijo en voz alta - no es momento para buscarla. Además, acabas de besar a Ten Ten, no deberías estar pensando si quiera en ver a...
Guardó silencio y soltó un bufido.
En el ventanal de su habitación, Sakura permanecía de pie mirando a la noche. Pero de pronto se volvió.
Miró el teléfono y avanzó hasta la cama. Quizá sería bueno llamar a Neji y saber al menos como se encontraba. Aunque no, después de todo lo que él se había atrevido a decirle era mejor no buscarlo.
Subió a la cama y se recogió las piernas, se las abrazó y comenzó a balancearse con suavidad.
La ansiedad comenzaba a carcomerla, no estaba acostumbrada a discutir con Neji y permanecer así durante tanto tiempo.
Recordó de repente el consejo que su madre le había dado esa misma noche.
Debía disfrutar de su juventud. Era cierto que estaba cansada y no tenía tantas ganas de ir por ahí buscando diversión. Pero tampoco le apetecía quedarse en casa pensando en Neji, Sasuke o cualquier embrollo amoroso relacionado a esos dos.
De súbito una idea se le cruzó por la cabeza en medio del silencio, y su expresión triste y desanimada se transformó en un rostro lleno de sensualidad y picardia.
¿Qué tal si le hago una visita a Kakashi sensei? - se preguntó transformando su voz en un susurro.
Se enfundó en un pantalón de cuero sintético y una blusa color negro de una sola manga.
Era en momentos como aquel, que veía que la ropa le quedaba demasiado bien, cuando agradecía que no la venciera la pereza para ejercitar al menos una hora.
Se colocó unos tacones y se miró al espejo, acomodó su cabello y agregó brillo labial.
Se miró el cuello. A su parecer se veía demasiado vacío, así que se colocó una cadena de plata, cuyo dije consistía en una estrella. No obstante, después de pensar que tal vez se veía demasiado infantil para su edad, volvió a abandonarlo en el tocador.
Salió de su habitación y bajó las escaleras de casa para enseguida salir y ponerse en marcha hasta la casa de Kakashi. Sin embargo, había dado apenas unos pasos, cuando escuchó una voz a su espalda.
-¿A dónde piensas ir a esta hora? - la pregunta le pareció un tanto invasiva pero hizo caso omiso de ello.
-Yo podría preguntarte lo mismo - contestó ella volviéndose, mostrándose enfadada aún - ¿Qué estás haciendo aquí?
-Por alguna razón sentí que debía venir a verte - contestó Neji y de inmediato Sakura se sintió agredida.
-Sí lo dices porque pensabas que podías encontrarme en alguna situación comprometedora, pues... - Neji respondió antes de que ella terminara de hablar.
-No, vine solo porque tenía la necesidad de verte.
Sakura no pudo evitar soltar una risa ácida.
-¿La cita con Ten Ten se volvió aburrida? - lanzó.
Neji respiró profundo, haciendo acopio de paciencia. Hasta que recordó que ahora sí había una razón para que Sakura discutiera de esa forma aunque ella no lo sabía.
-Nunca habíamos tenido problemas de esta índole - comenzó diciendo él.
-Eso es porque nunca me habías dejado botada con planes de la noche para irte a pensar en la declaración de amor de otra chica.
Mientras Sakura hablaba, Neji libraba una batalla consigo mismo, entre lo que debía hacer y lo que le convenía.
-Tengo algo que decirte - sentenció al fin.
Ella se cruzó de brazos.
-Sí lo que vas a decirme es que terminamos, no te molestes, solo vete.
Neji inclinó la cabeza y se llevó los dedos de una de sus manos hacia el puente de la nariz.
Ante su reacción, la muchacha a su frente sintió que su enojo aumentaba.
-Necesito que me permitas decirte esto de una vez - agregó él conteniendo su angustia.
-Bien, te escucho entonces.
-Sería mejor hablar en otro sitio.
-¿Donde?
-¿Se encuentran tus padres?
-No - dijo ella poniendo los ojos en blanco.
-En tu casa estaría bien.
Recordando la propuesta que ella había hecho a Neji la noche en la que acudieron al bar, Sakura decidió anticiparse a comentar.
-La oferta de pasar la noche juntos ya no está vigente.
Neji negó con la cabeza.
-No es eso lo que tenía en mente. Quería que estuviéramos dentro de casa para que tuvieras un sitio en el que sentarte.
-¿Tan grave es lo que tienes que decirme? - inquirió ella con sorna.
Hyuga no contestó nada. Solo la observó volver sobre sus pasos en dirección a su casa.
Sasuke llegaba entonces.
Los tres detuvieron el paso al tiempo que se detenían con signos de interrogación en su rostro.
-¿Haz quedado con él? - preguntó Neji molesto.
-No - contestó Sakura sin emoción en la voz.
Transcurrió un instante en el que la triada de jóvenes parecía no reaccionar, hasta que Sakura se decidió a hablar otra vez.
-Sasuke - pronunció Sakura como disculpándose.
El varón del clan Uchiha abrió la boca para empezar a protestar pero, tanto Sakura como él se sorprendieron, cuando escucharon a Neji decir:
-Deja que se quede.
Sasuke no encontró mayor problema en el asunto y entró a la casa detrás de los otros dos. En cambio Sakura tenía el presentimiento de que si Neji había pedido a Sasuke permanecer con ellos, algo muy malo estaba por ocurrir.
Cuando la fémina introdujo la llave en la cerradura de la puerta y esta se abrió, sintió el deseo de correr y dejar a los dos chicos ahí.
Sabía que lo que Neji tuviera que decir, sería tal vez el segundo huracán que azotaria su vida.
Estaban los tres de pie a media sala cuando Sakura se dio vuelta y encaró al joven que había llegado primero.
-Estamos adentro. Ahora dime lo que tengas que decir.
-Primero siéntate.
-No - contestó ella reticente.
Sasuke permaneció de pie observando a Neji, sospechando otra vez de sus actitudes.
-Sí no quieres hablar entonces deberías irte - intervino el joven Uchiha un segundo después.
Neji se volvió para mirarlo, furibundo.
-No tienes derecho a opinar en esta conversación.
-Sí has decido que debía quedarme, entonces tengo todo el derecho del mundo.
Si la dueña de la casa te ha dicho que no quiere tomar asiento, entonces respeta su decisión.
-Le pido que tome asiento porque lo que voy a decirle puede afectarle. Aunque viendo que llegabas casi al mismo tiempo que yo, no sé si de verdad le causaría daño o no.
-¿Qué clase de noticia me traes? - el pecho de Sakura subía y bajaba a prisa, revelando su intranquilidad.
Por un momento Sasuke estuvo tentado a avanzar y colocarse a su lado por sí acababa desmayandose. Pero sabía que sí lo hacía, podía resultar contraproducente para Sakura y su relación con Neji.
El muchacho ya de por sí creía que ambos se habían citado y se encontrarían. Si Sasuke se equivocaba en algún movimiento o palabra, podía  reforzar las creencias de Hyuga y todo acabaría mal para la mujer que amaba.
Sakura se mostraba desesperada, quería que lo que fuera que estuviera pasando, terminara de una vez, así que acabó sentándose, tal y como Neji quería.
-Ahora si - contestó Sakura - hablame.
Sasuke se mantenía a la espera de que Neji dijera algo que hiriera a la joven, para avalanzarse sobre él.
-Será mejor que te sientes a su lado, Sasuke - la voz de Neji sonó oscura al pronunciar aquellas palabras.
Pero Sasuke acató aquella orden y se colocó a su lado, siempre de pie.
-Vine a verte esta noche - comenzó diciendo Neji - porque tenía que decirte que me he encontrado a Ten Ten - el rostro de Sakura mostró los primeros indicios de dolor, pero ese era apenas el comienzo - y...
La muchacha de cabello rosa se frotó la cara con ambas manos, en un intento por mantener la compostura.
-Nos hemos besado.
Los ojos de Sasuke se abrieron hasta alcanzar su límite.
El llanto de Sakura se escuchó.
Fueron sollozos primero y después perdió el control.
Neji la miraba y en sus ojos parecía haber dolor.
A Sasuke se le cayó el alma a los pies.
-¿Eso era todo lo que querías decirme? - preguntó con la voz ahogada.
-No - contestó Neji.
Sakura sorbió por la nariz.
-La besé - lo escuchó decir de nuevo - pero fue así como comprobé que no siento nada por ella.
Aquellas palabras fueron la gota que colmó el vaso para Sasuke, quien sin dar aviso embistió a Neji con el puño.
Sakura levantó la vista cargada  de ira hacia Neji y contrario a lo que Sasuke pensaba, no tuvo ninguna reacción para defenderlo del golpe que él acababa de propinarle.
-Largate - el ceño de Sakura temblaba mientras fijaba la vista en Neji - no quiero volver a verte, nunca más.
A Hyuga le tomó segundos reponerse del ataque de Sasuke y después de limpiarse la sangre que le corría por una de las comisuras de la boca, con el antebrazo, se levantó y sentenció con sorna.
-Que seas muy feliz... con él.