UN BESO SIN MOTIVO.

156 8 1
                                    

Sakura volvía a casa arrastrando los pies. Cuando abrió la puerta de su vivienda, miró a su madre en la cocina y avanzó hacia las escaleras sintiendo que los pies le pesaban como nunca antes.
Su madre la saludó al verla pasar y ella le sonrío durante un instante antes de continuar su camino.
-La cena está lista - avisó su madre - he hecho tu platillos favoritos.
Sakura quizo contestar que no tenía hambre pero se detuvo al pensar en lo mucho que debía haberse esforzado su madre.
-Voy a ducharme y enseguida vengo - subió las escaleras a toda prisa  y colocó el seguro a la puerta de su habitación.
Se dirigió a su guardarropa y extrajo una cómoda pijama de algodón que consistía en un pantalón de estampado de dalmata y una blusa con la cara fresca de tirantes. Enseguida tomó su toalla y se metió al cuarto de baño, encendió la llave de la regadera y disfrutó de la sensación del agua fría corriendo por su cuerpo. Trató de liberar su mente, de dejarla en blanco para que, al salir, pudiera disfrutar de los manjares que ocuparían la mesa.
Se permitió oler y disfrutar del shampoo de fresa que ahora usaba y por el que había decidido reemplazar su antiguo shampoo, después de que Pakkun le dijera que usaban el mismo.
El recuerdo de esta vivencia le sacó una risita y eso bastó para descargar la tensión que había estado castigando sus hombros a lo largo del día y que no había hecho más que intensificarse tras la discusión con Neji.
En cuanto estuvo en el comedor, su madre se colocó a su lado y le dio un beso en la mejilla antes de permitirle observar los platos que estaban ocultos por grandes tapas.
En la mesa había bolas de masa hervida anko recubiertos con jarabe, umeboshi y anmitsu.
-¡Gracias mamá! - dijo la joven lanzándose a los brazos de la mujer que le dio la vida.
Parecía que aquel detalle no significaba nada. Sin embargo, tras el día tan horrible que la joven había tenido, aquel banquete lo era todo.
-¿Cómo estuvieron las cosas en el hospital?
- Afortunadamente hoy no tuvimos demasiados enfermos ni heridos de gravedad. Pero existen muchos pacientes que requieren una atención más constante que otros y el ir y venir a veces puede ser agotador.
-Estoy muy orgullosa de ti, hija - le hizo saber Mebuki.
Estas palabras provocaron que los ojos de Sakura se llenaran de lágrimas y no pudo evitar derramar un par.
Se disculpó con su madre antes de que ella pudiera hacerle alguna pregunta y se adelantó a explicar que estaba resintiendo un poco la carga de trabajo.
-Sí tienes demasiada presión, quizá deberías pedir unos días de descanso. Trabajas muy duro.
-No te preocupes mamá, bastará con esta noche para reponer fuerzas.
Mebuki sonrío con ternura y comió con su hija.
Cuando terminaron no le permitió que la ayudara a lavar los platos, así que Sakura se limitó a recargarse en la encimera de la cocina para contemplar a su madre.
-Los padres de Ino nos han invitado hoy a recordar los viejos tiempos de cuando íbamos a misiones ¿Quieres acompañarnos? Parece que Ino no estará presente pero no es impedimento para divertirse. Desde que inició su relación con Shikamaru han estado muy unidos y parece que lo pasan muy bien juntos.
-Eso he observado cuando salimos en grupo. Me alegro mucho por ellos, se merecen ser felices.
-¿Y que me dices de ti y de Neji?
Sakura se aclaró la garganta antes de responder.
-Pues las cosas han estado caminando muy tranquilas por estos días y a decir verdad no he tenido oportunidad de verlo - mintió.
-Umm, no importa - comentó su madre pensativa - quizá ha estado muy ocupado y por eso no han podido encontrarse, pero ya habrá ocasión.
-Eso espero - comentó Sakura un tanto nerviosa y fingiendo la sonrisa.
Por suerte cuando su madre estaba a punto de agregar otra cosa, el teléfono de la casa sonó y Mebuki debió correr a responder.
Sakura aprovechó la oportunidad para escabullirse hasta su cuarto y lavarse los dientes. Luego se acostó en la cama y tomó uno de los libros de romance que había pedido prestado días atrás en la biblioteca de la aldea para ponerse a leer.
La voz de su madre se escuchaba alegre y Sakura supo que quien estaba al teléfono era la madre de Uno, porque estaban haciendo planes para aquella noche.
La joven Haruno agradecía que sus padres no se enteraran de nada de lo que sucedía en su vida privada desde que se había recuperado del caos emocional que la marcha de Sasuke de Konoha, le había ocasionado.
Sacudió la cabeza para eliminar los pensamientos tristes del pasado y volver a concentrarse en la lectura del libro. En eso estaba cuando de pronto su madre la llamó.
-¡Enseguida bajo! - avisó ella dejando el libro en la cama y metiendo los pies en sus pantuflas para bajar a toda prisa las escaleras.
Al verla asomarse, su madre le sonrío.
-No deberías quedarte en casa tampoco está noche. Eres demasiado joven y deberías disfrutar tu juventud.
-Hoy estoy agotada - contestó ella - ya será en otra ocasión.
-Muy bien. Entonces estaré alistandome.
Si necesitas algo solo toca la puerta de mi habitación y yo iré a verte enseguida.
-Gracias mamá, descuida y arreglate tranquila.
Antes de irse, su madre y su padre tocaron la puerta de su habitación y le dieron un beso en la frente cada uno.
-Sí surge alguna emergencia, llamanos por favor.
-Entendido - contestó la joven.
Cuando al fin estuvo sola volvió al libro que leía pero de pronto, la soledad que sintió, la hizo ponerse de pie, caminar hasta la ventana y contemplar que la pequeña flor que había dejado un día antes en un vaso con agua en la repisa de esta, estaba marchita.
"Marchita como mi corazón" - pensó.
El encontrarse sola en casa había provocado que diera rienda suelta a pensar en su tristeza. De pronto, el mundo ya no parecía tan bueno como cuando recién se recuperaba de la herida llamada "Sasuke".
Ahora Sakura se resistía a creer que Neji fuera a convertirse en una herida más, con el potencial de derribarle los muros de fortaleza emocional que había construido. Pero algo en su interior parecía avisarle que eso sucedería sin remedio alguno.
Mientras ella sufría en casa, Neji dejaba a quienes rodeaban la mesa sobre la que Ten Ten había estado bailando, boquiabiertos.
No era común ver que un muchacho llegara y se llevara a alguien cargando como Neji lo había hecho.
El muchacho no detuvo su andar ni dejó volver a la joven al lugar, ni siquiera porque ella le repitiera de forma incansable que su calzado estaba ahí.
La furia cubría los ojos del varón del clan Hyuga, quien sin decir una palabra llevó a la joven a la casa de Hinata y Naruto.
Cuando la puerta de la vivienda se abrió, Neji escuchó a su prima recibirlo. Pero en cuanto volteó la cabeza para mirarlo su expresión cambió.
Se veía muy sorprendida e incluso parecía haberse quedado sin habla al igual que Naruto al observar la escena.
-¿Está todo bien? - inquirió Hinata con la voz temblorosa luego de un largo rato.
-Sí - contestó su primo sin dar mayores detalles.
Ten Ten estaba tan avergonzada que no se atrevió a pronunciar si quiera un buenas noches.
-Voy a estar en mi habitación - anunció Neji pasando de largo hasta su pieza.
Hinata solo pudo asentir mientras tragaba saliva con dificultad.
-¿Qué demonios fue eso? - preguntó Naruto desconcertado.
Hinata se colocó el dedo índice sobre los labios, indicándole que hiciera silencio y miró el reloj.
-Aún es temprano - observó - ¿Te apetece salir a tomar algo?
-Vamos - Naruto asintió levantándose, sabiendo que Hinata hacia aquello al propósito para dejar a los muchachos con un poco más de privacidad.
Antes de salir ella anunció a Neji con una exclamacion que se iban a cenar fuera.
Una vez que estuvieron alejados de la casa, Naruto hizo saber a Hinata su punto de vista.
-No deberías consentirlo tanto.
-No lo consiento - le contestó ella con suavidad - lo que pasa es que está confundido y hay que permitirle aclararse las ideas.
-¿Observaste lo corto del vestido de la chica que traía?
-Sí. Y además la conoces.
-¿Qué? - inquirió el varón desconcertado.
-Creí que le habías visto el rostro - comentó Hinata riendo - era Ten Ten.
Naruto tuvo que fruncir los labios para no gritar ante la revelación. Pero una vez que el asombro pasó, se rascó la barbilla y comentó:
-¿Qué habrá pasado con Sakura entonces?
Hinata inhaló con fuerza para comenzar a contarle la historia que ya todo Konoha conocía pero a la que al parecer él, seguía ajeno.
Neji depósito con brusquedad a su compañera sobre la cama.
-¿Qué creías qué estabas haciendo en ese bar?
-¿Acaso no lo viste? - respondió Ten Ten desestimando el asunto - bailaba, eso es todo.
-Bailabas - le contestó Neji irritado.
-¡Pues es eso lo que hacía, qué más quieres que te diga!
Neji pasó por alto su contestación a gritos y en cambio preguntó.
-¿Por qué lo hacías?
-Por diversión.
-No, tú no haces ese tipo de cosas para divertirte.
-¿Y tú que sabes? Hace mucho tiempo que no sabemos nada uno del otro.
-Sigues siendo la misma.
-Eso es lo que tu crees.
-¡Sigues siéndolo maldita sea! - exclamó él, antes de darse cuenta de que quizá había dicho aquello para conservar la imagen que tenía de ella.
-Tú no sabes nada - resongó ella.
-Te informo que me hiciste saber mas de lo que debía.
-Olvidarlo será fácil teniendo a Sakura.
-Sakura no tiene nada que ver en esto.
-Oh sí, sí que tiene que ver en esto.
A ella debiste haberla sacado de bares incontables veces ¿verdad?
Debiste haberla bajado de las mesas de donde bailaba incontables veces también ¿verdad?
¿¡Entonces por qué si se trata de mi y si lo has hecho solo una vez, te irritas tanto!?
-¡Por eso mismo - se sorprendió gritando él - por qué se trata de ti!
Ten Ten desmesuró los ojos sin poder dar crédito a lo que escuchaba.
Neji le aferró la cara con las manos y la obligó a mirarlo fijamente.
Los labios de ella se abrieron para preguntarle qué había querido decir con eso. Pero sin darle tipo, el acercó los labios a los suyos y la punta de su lengua buscó abrirse camino hacia la boca ella.
Por supuesto, cedió. Y se permitió cerrar los ojos para disfrutar de aquel momento, aunque no durara mucho, aunque después todo volviera a la normalidad.
Aunque después Neji volviera a doler como por tantos años lo había hecho.

LOS SENTIMIENTOS DE SASUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora