Una mañana Sakura Haruno amaneció sintiendo el peso de existir, de nueva cuenta desde hace mucho tiempo. No tenía energías para levantarse de la cama, e incluso tomó como un milagro el haber sido capaz de meterse a la ducha y tiempo después haber salido de casa incluso desayunada cuando la realidad era que no tenía hambre.
Después de la noche en la que Neji le confesara que se había besado con Ten - Ten, Sakura se había obligado a no pensar más en el tema para poder continuar con su habitual rutina. Sin embargo, al abrir los ojos para hacerle frente al nuevo día, no le fue difícil saber que todo dentro de ella había cambiado.
Se obligó a sonreír frente al espejo antes de descender por las escaleras de casa. Sus pacientes necesitaban a una mujer feliz y dispuesta a darles ánimos, no a alguien que parecía estar demasiado triste como para sí quiera hablar. Durante un instante se sintió orgullosa de sí misma, al lograr que sus padres no notarán diferencia alguna en su comportamiento.
No quería que nadie se diera cuenta de lo mucho que las emociones estaban destruyendola; no quería alarmar de nuevo a sus amistades.
Trató de no tomar el camino al hospital como algo rutinario y se dio el tiempo de hacer una visita a la floristería de la familia de Ino, para comprarse una flor.
"En estos casos era bueno darse un regalo a sí mismo para subirse el ánimo".
Encontró a la madre de su amiga atendiendo el local y fue esta misma quien le informó que Ino había salido muy temprano para la unidad médica.
-Es raro que tú llegues después de ella - comentó la mujer sonriendo con su amabilidad habitual.
-Se me hizo un poco tarde - respondió la muchacha, devolviendo la sonrisa, haciendo un guiño y mostrando la punta de la lengua en un gesto divertido.
-Que todo vaya bien hoy, Sakura - se despidió la madre de su mejor amiga, después de que la joven le pagara por la flor.
Sakura se marchó de la floristería agradeciendo el buen deseo y pensando que ojalá las cosas fueran tal y como la señora Yamanaka lo había deseado.
Con la atención puesta por completo en la flor que llevaba entre las manos, Sakura no se habría percatado de la presencia del muchacho Uchiha, de no ser porque fue él, quién le colocó una mano en el hombro.
-Buenos días - fue el saludo que él le dio, antes de detenerse a mirar la flor.
-La he comprado yo - le contestó Sakura antes de darse cuenta de que le había dado una explicación que no le había pedido - buenos días.
Sasuke sonrío.
-Es una bonita flor.
Sakura no pudo evitar sonrojarse. Quizá aquella admiración que sentía por él cuando niña, no había desaparecido del todo.
-¿Cómo estás? - le preguntó ella, más para desviar sus pensamientos, que por querer saber realmente cómo se encontraba.
-Bien - contestó él, aún cuando sus ojos evidenciaban que aquello no era del todo verdad - ¿y tú?
Aquel cuestionamiento, provocó que la joven se desconectara de la realidad por un instante y volviera a sentir ese dolor en el pecho que tan difícil le era evadir.
"Estoy al borde de una crisis de llanto" - pensó.
Aquella sin duda, sería la respuesta más sincera que habría brindado a alguien en la historia de su vida. Pero sabía que no era correcto decir algo así.
Sasuke notó de pronto que los ojos de la joven se tornaban vidriosos. Pero antes de que pudiera hacer alguna pregunta, Sakura se limitó a cerrarlos y sacudir la cabeza.
-He tenido una noche difícil - fingió un bostezo para hacer de aquella declaración, algo creíble - pero ya sabes, el show debe continuar.
La expresión de Sasuke reflejó por unos segundos, el dolor que ella no se permitía mostrar.
De pronto se sintió inseguro de contarle la razón por la que la había detenido.
Sakura lo vio fruncir el entrecejo.
-¿Está todo bien?
Sasuke negó con la cabeza, sabiendo que una vez hecho el gesto, no habría vuelta atrás.
-¿Qué ocurre? - contiguo a su pregunta, los ojos de Sakura se desmesuraron al tiempo que examinaban el cuerpo de la persona a su frente, con detenimiento.
No encontró ninguna herida.
-¿¡Acaso el daño es interno!? - inquirió alarmada.
Para entonces, el varón no pudo evitar atraerla hacia sí y abrazarla con fuerza.
Sakura estaba desconcertada e impresionada, por lo que no pudo pensar en el instante en liberarse de aquel abrazo.
-Anoche me encontré con Neji - habló él a su oído - los grandes ojos de Sakura, dejaron caer dos lágrimas entonces.
El silencio que ella guardó, hizo saber a él, que debía continuar hablando.
-Él no tiene intenciones de dejarte en paz - le contó - pero tampoco parece haber dejado el asunto de Ten - Ten de lado.
Quizá sería bueno que ambos se sentaran a hablar.
¿En qué momento Sasuke se había convertido en consejero de parejas?
Ella quiso romper a llorar y se mordió los labios para no hacerlo, mientras evaluaba si debía propinarle a Sasuke un golpe en el estómago o no.
¿Por qué las cosas tenían que suceder así?
¿Por qué Neji no iba a dejarla en paz, aún después de lo que le había hecho?
-¿Cómo sabes que no va a dejarme en paz? - fue lo único que consiguió preguntar, a pesar de que otras dudas se agolpaban en su garganta.
-Eso fue lo que me dio a entender anoche.
Al parecer estaba siguiendome, y un punto decidió aparecer.
Estaba preocupado porque yo no estuviera contigo anoche. Y cuando lo cuestioné sobre Ten Ten, sus respuestas no fueron más que evasivas.
Vine a advertirte porque la última vez que hablamos, me hiciste saber que no querías enterarte de nada que tuviera que ver con alguno de nosotros dos.
-Gracias - contestó ella con cansancio, y Sasuke pudo sentir como aquellos brazos envolvían su cuerpo.
Quiso darle un beso en la coronilla, quiso decirle que si estaba sufriendo podía contarle, pero se contuvo. Tal y como se había obligado a contener sus sentimientos y arrebatos, con tal de verla feliz.
Al despedirse de Sasuke, Sakura continuó su camino, aún más desprovista de vida que antes.
El cuerpo entero le dolía, había palidecido y no dejaba de preguntarse porque Neji estaba actuando de tal forma.
El varón del clan Hyuga estaba siendo cruel, incluso aunque no habían razones para pagarle de esa manera.
Ella sólo se había dedicado a amarlo.
En cuanto Sakura cruzó la puerta del hospital, su mejor amiga, Ino, apareció frente a ella y la gran sonrisa que le iluminaba el rostro, se le borró de golpe.
-Pero ¿Quieres decirme lo que te ha ocurrido? - vociferó alarmada, mientras la obligaba a entrar en un consultorio vacío.
-Neji - le contestó ella - Neji me ha ocurrido.
La mano de Sakura, cerrada en puño, se apoyaba en el escritorio, mientras ella luchaba porque su llanto no se hiciera audible.
Ino la miraba con pesar, sintiendo impotencia al no poder ayudarla.
-Me he encontrado a Sasuke - dijo la fémina Haruno, luego de una larga y profunda respiración - me dijo que Neji no está dispuesto a dejarme en paz. Pero que al parecer no ha cortado relación con Ten - Ten.
-Ese aprovechado - masculló Ino, con enojo - nunca creí que fuera tan nefasto.
De pronto las jóvenes empezaron a escuchar cierto alboroto, a pesar de que la puerta de su consultorio estaba cerrada.
Intercambiaron miradas.
-Dame un segundo. Me asomaré para ver que sucede.
Sakura asintió, clavando la vista en el escritorio.
-¡Señorita Ino! - dijo la recepcionista levantando la voz con evidente desesperación - este muchacho está herido.
-¿Cuál es el problema? - inquirió Ino extrañada - brindenle atención.
-Eso es lo que pasa - repuso la recepcionista - se niega a ser atendido por cualquier enfermera que no sea la señorita Sakura.
Ya le explicamos que ella no puede atenderlo por el momento, pero continúa negándose a recibir atención.
Hasta entonces, Ino no había desviado la mirada para ver quién era el causante de tanto jaleo. Pero al hacerlo, sintió náuseas.
Neji estaba de pie, con un corte a lo largo del brazo derecho.
La sangre proveniente de la herida, caía al suelo.
-Sí no quiere ser atendido por ninguna de ustedes - dijo mirándolo con rabia - entonces dejen que se desangre, en este hospital nadie tiene porque pedir atención especial de uno de nuestros trabajadores.
No obstante, al darse media vuelta, Ino miró a Sakura, inmóvil cómo una estatua de piedra, de pie en la puerta.
Se había limpiado las lágrimas y su voz ya no sonaba llorosa. Por el contrario, era más firme que nunca.
-Déjenlo seguir - pidió - lo atenderé de una vez.
Ino la miró, reprobando su decisión. Pero Tsunade le había enseñado que en la curación de un paciente, no debían interferir los sentimientos.
Neji avanzó hacia el consultorio del que Sakura había salido.
Se veía molesto.
Ella pasó por alto la expresión poco amigable de él.
-¿Cómo te has hecho la herida? - fue el inicio del interrogatorio médico.
-Con el kunai, durante un entrenamiento.
La respuesta era irrisoria. Sobre todo por los años de entrenamiento que el joven había recibido. Pero fémina médico, decidió no ponerse a pensar en las verdaderas circunstancias, y echó abajo su preocupación con un "a cualquiera podría pasarle".
-Bien - dijo y se apresuró a empezar la curación una vez que Neji se sentó en la cama.
El silencio para él resultó incómodo, sobre todo porque ella estaba tratándolo como si fuera cualquier otra persona.
"Lo que Sasuke decía es cierto" - pensó.
Al instante Neji sintió como la furia brotaba desde lo más hondo de su ser.
Sakura se percató de la repentina resistencia del brazo de Neji, como si por un segundo, se estuviera negando a la curación.
Supuso que tal vez esto se debía al dolor.
-¿Así que es verdad? - el tono oscurecido de Neji, no provocó reacción alguna en Sakura.
-Disculpa - contestó ella - ¿Qué has dicho?
La voz de Sakura era ahora amable. Se olvidaba por ratos de que el varón al que atendía era Neji.
-Es verdad que te has olvidado de mi.
-¿Qué? - el dolor en el pecho de Sakura hizo acto de presencia, no podía creer la pregunta de Neji. No obstante, lo dejaría hablar.
-Uchiha dijo que querías olvidarte de ambos.
-Así es - la voz firme de Sakura tomó el control.
Una risa corta y arrogante, brotó de la garganta de Neji.
-¿Ahora quien será el tipo en turno?
El sonido de una bofetada hizo eco en la habitación.
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LOS SENTIMIENTOS DE SASUKE
AléatoireQue Sasuke Uchiha decidiera abandonar la aldea de Konoha, no solo significo un gran dolor para su mejor amigo Naruto. Sino que se tradujo como "la muerte en vida" para Sakura Haruno, compañera de equipo de ambos jóvenes y fiel enamorada del joven Uc...