LA DETERMINACIÓN DE SASUKE.

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  Desde su regreso a la aldea, Sasuke Uchiha no había parado de pensar en aquella noche en la que Sakura Haruno, con lágrimas en los ojos se atrevió a pedirle que no se marchara de la aldea y que si lo hacía la llevara con él.
Cada vez que cerraba los ojos, recordaba aquellas gruesas lágrimas. Aquellos sollozos que – en conjunto con las emociones de aquella joven – desataron una secreta tormenta en el interior de aquel ninja.
Haberse negado a escuchar los ruegos de Sakura, eran ahora la peor tortura para quien se había convertido ya en todo un hombre. Por esta razón, en un inicio, evitaba a toda costa los sitios en los que era probable encontrarse con ella. Sin embargo, aquella costumbre cambió la mañana en la que decidió pasar por Ichiraku Ramen, el sitio favorito de Naruto para comer.
Al detenerse en el lugar, sintió un pequeño golpe de nostalgia. Pero la verdadera razón por la que se quedó inmóvil fue un comentario que escuchó hacer a una mujer.
-Sakura está saliendo con un chico.
Me lo ha contado ella. Pero todavía no consigo que me revele el nombre del afortunado.
-Puede ser que solo lo ha inventado para que dejaras de molestarla con la idea de que debía conocer gente nueva, Ino.
-¡No es así! – Exclamó la rubia emocionada – ella de verdad está saliendo con alguien. El chico incluso le ha regalado flores.
A raíz del comentario, la temperatura corporal de Sasuke cambió.
Era como si el frio hubiese invadido su cuerpo sin importar que el sol estuviera en su punto más intenso.
Le hubiera gustado continuar escuchando la conversación pero tuvo que desvanecerse puesto que Ino y otras chicas empezaron a salir del sitio.
¿Era posible que Sakura estuviera saliendo con otro?
¿Acaso lo había olvidado?
El joven Uchiha comenzó a inquietarse por estos pensamientos y después de pasar un buen rato recostado sobre la rama de un árbol reflexionando sobre si debía o no hacer algo para averiguarlo, su corazón lo impulsó.
Vigilaría a Sakura.
Si de verdad existía un chico con el que estaba saliendo, entonces él tenía que conocer a ese tipo.
Pensó en la posibilidad de encontrarse con Naruto y preguntarle de forma directa si él tenía conocimiento de este asunto e incluso si él era quien estaba saliendo con ella. Pero de inmediato desechó la idea.
Preguntarle a Naruto por Sakura no haría más que levantar sospechas sobre un posible sentimiento de él hacía la joven y Sasuke no deseaba arriesgarse a algo como eso por el momento.
Tenía que empezar con el espionaje y su primera guardia sería esa misma noche.
Desde las primeras horas del día, Sakura se había mantenido colaborando con Tsunade en el hospital de la aldea. Pero unas horas antes de que la tarde cayera, la joven volvió a casa.
Se le veía muy animada y feliz y al verla sonreír, el calor invadía el rostro de Sasuke.
De hecho Sakura estaba tan encerrada en su sensación de felicidad, que no percibió que estaba siendo seguida.
Al joven Uchiha no le tomo demasiado esfuerzo, encontrar un punto sobre el cual apostarse que tuviera dos cualidades.
La primera, que fuera un sitio en donde ella no pudiera alcanzar a verlo desde su habitación y la segunda, que cualquier sonido de dentro, pudiera ser percibido por los oídos de él.
-¿Sí? – Escuchó decir a Sakura de pronto – Hola Ino.
La respiración de Sasuke se aceleró. Quizá en aquella llamada, obtendría lo que tanto quería saber.
-Hinata y Naruto vendrán con nosotros – dijo ella luego – está será la tercera cita que él y yo tendremos. Creo que ya te lo imaginas, pero de cualquier modo tengo que decirte que estoy nerviosa.
Iremos vestidos normales. Ya sabes que hay que estar siempre listos por si hubiera un ataque sorpresa.
Todos estamos de acuerdo y además creo que estamos cómodos así.
Claro que sí tonta, te contaré luego si me vuelve a besar.
Al escuchar aquella última línea, los ojos de Sasuke se desmesuraron y su pulso se disparó.
Le hubiera gustado poder ignorar todas estas reacciones físicas y también las psicológicas. Pero eso lo había hecho durante mucho tiempo y ahora estaba bastante seguro de que deseaba a Sakura a su lado.
-La cita es esta noche a las ocho en el restaurante de barbacoa, por si quieres ir de agente encubierto.
¡Sé que tengo una frentezota! – gritó de pronto.
Sasuke no pudo evitar que en su rostro apareciera una leve sonrisa.
Sakura, siempre tan expresiva y explosiva.
Era una suerte que Ino la hubiera llamado justo en aquel instante.
Teniendo el sitio al que Sakura asistiría en unas horas, Sasuke desapareció de su hogar.
Necesitaba calmarse y para eso utilizaba el bosque.
Empezar a aceptar sus emociones no fue una tarea fácil al principio y tampoco lo era ahora. Sobre todo cuando se trataba de admitir un enamoramiento.
Se sentía nervioso aunque era un experto en lucir siempre en calma.
Pasó las horas yendo y viniendo. Tratando de entrenar aunque no demasiado, porque no deseaba quedar exhausto y perderse aquella cita en la que Naruto también participaría. Sin embargo por esta razón, debía ser todavía más cuidadoso para no ser notado.
Media hora antes de la cita, Sasuke arribó al lugar.
No era partidario de la bebida, pero esa noche pidió que le sirvieran sake.
Saber que estaba próximo a ver a Sakura con alguien más, le producía un malestar que quiso adormecer usando el alcohol.
En el momento en el que escuchó la voz de Naruto acercándose al lugar, se colocó la carta del menú al frente, para cubrir su rostro.
-Es mejor que ustedes se sienten en esa mesa – señalo Naruto – nosotros estaremos en una aparte.
Imagino que tendrán mucho de qué hablar.
Sasuke posó los ojos por encima del menú y entonces la vio.
Sonriendo con la cara colorada y los ojos brillando.
No era necesario que luciera un vestido para que destacara de entre todas las mujeres presentes ahí. Pero la magia con que la contemplaba desapareció en el momento en el que observó al hombre que tomaba lugar a su lado.
Neji Hyuga.
Sasuke rodó los ojos.
-Increíble – masculló.
¿Cómo era que esos dos ahora cenaban juntos?
La verdad era que todo había sucedido gracias a Hinata y Naruto, quien desde que Sasuke se había marchado, se había propuesto no dejar que Sakura se hundiera en la depresión.
Así, comenzó a invitarla cada vez que salía con Hinata y Hinata a su vez, llevó a Neji para que se diera la oportunidad de ser social y conocer más a fondo a las chicas de la aldea.
Al principio para Sakura, todo esto era incómodo. Sobre todo porque en su mente continuaba estando el joven Uchiha. Pero con el correr del tiempo, fue encontrando aspectos en la personalidad de Neji, que le llamaron la atención. Y para sorpresa del mismo Neji, él también comenzó a encontrar atractiva a la dama.
Comenzaron a pasar tiempo juntos cuando les era posible y convivieron bastante en plan de amistad, hasta que decidieron empezar a salir con otras intenciones.
Neji era un joven interesante y atractivo, que a pesar de aparentar no ser tolerante a la convivencia fuera de las misiones, la verdad era que no le costó tanto como creía relacionarse con Sakura, pues siempre tuvo una buena amistad con Ten ten.
Sasuke la observaba con atención.
La postura corporal de Sakura estaba inclinada ligeramente hacía Neji, que la miraba con interés mientras hablaban, bebían y comían.
La cabeza de Sasuke se llenó de recuerdos de cuando aquella joven, siendo una adolescente, lo observaba todo el tiempo con los ojos llenos de alegría. Recordó también los momentos en los que Sakura había vencido su vergüenza solo para dirigirse a él.
Anheló que los brazos de Sakura lo rodearan como cuando la maldición había invadido su cuerpo en aquella época de exámenes en el bosque de la muerte.
De súbito, Sakura volvió la vista hacia donde él se encontraba. Y aquella fue la oportunidad perfecta para hacerla consiente de su presencia.
Celoso y resuelto, Sasuke bajó el menú con el que estaba cubriéndose el rostro.
Al instante, un escalofrió recorrió la espina dorsal de la fémina. Quien abrió los ojos como platos y se levantó.
-Necesito ir al baño – se disculpó – vuelvo en un momento.
Sasuke se levantó de su sitio al mismo tiempo y tomó la misma dirección, hacía el baño de hombres.
Sakura apresuró el paso mientras sentía como si miles de insectos estuvieran corriéndole y mordiéndole la piel.
Tenía que haber un error.
Sabía que Sasuke había regresado a la aldea pero siempre se había sentido preparada por si en algún momento se encontraba con él.
Durante meses, Sakura estuvo segura de que sus sentimientos por él habían desaparecido y la prueba de eso, era que estaba retomando su vida sentimental con otra persona. No obstante, encontrarse con aquellos fieros ojos, le había sacudido el mundo otra vez.
Derrumbándola en segundos.
Las lágrimas habían empezado a provocarle un escozor en los ojos debido a su reticencia a dejarlas caer. Y se vio tan inmersa en la sorpresa que le había causado contemplar a Sasuke, que solo fue capaz de reaccionar, en el instante en que una mano la aferró con fuerza por el brazo, girándola de golpe.
La cara y el cuerpo de Sakura se encontraron entonces, prisioneros entre el pecho y los brazos del joven Uchiha.
-Sakura – pronunció él.
El deleite y el shock se mezclaron en el ser de la chica, quien de un momento a otro supo que iba a desmayarse.
-Está bien, Sakura – la voz de Sasuke se escuchaba lejana, muy lejana. Pero su cuerpo sentía el calor de sus manos sosteniéndola por los brazos y sus ojos distinguían el glorioso rostro del muchacho aunque borroso – estoy aquí, vine por ti y voy a protegerte.  

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