UNA INUSUAL PETICIÓN.

61 6 0
                                    


Esa misma noche luego de que los tres terminaran de cenar, Sasuke condujo a sus compañeros hasta la residencia de los Hyuga.

—Este es el lugar. —informó.

Jügo silbó.

—Vaya lugar Sasuke, entonces no te gustan las chicas de clase social baja. — bromeó.

—Esta no es su casa. — explicó Sasuke. — estará aquí hasta que se sepa si está esperando un bebé y si el padre de ese bebé es Neji Huyga.

—Los Uchiha nunca se meten con clanes de estúpidos. Siempre tienen que elegir rivales fuertes que les representen un reto. — sentenció Jügo falsamente cansado de brindar apoyo al menor de los Uchiha.

—Estos ni siquiera son rivales. — le hizo saber Sasuke con una media sonrisa de suficiencia. —Pero las cosas se están llevando con toda la diplomacia posible hasta que una de las partes rompa el acuerdo.

—Apenas y puedo creer que te hayas metido en problemas gratis solo por una chica. — comentó Karin sin superar el tema. — Al menos dime que es alguien más bonita que yo para que valga la pena.

—Eso es evidente. — aseguró Jügo todavía sin conocer a Sakura, ahorrandole un momento incómodo al poseedor del sharingan. — Ahora dejémonos de tonterías, tenemos que buscar el mejor ángulo para comenzar a trabajar.

La búsqueda de dicho ángulo fue un trabajo en conjunto que provocó cierta nostalgia en el equipo de tres. 

Como era de esperarse no demoraron demasiado en encontrar lo que buscaban. 

—Esa fue una tarea sencilla. — recalcó Jügo. 

—Tienes razón, — lo secundó Sasuke. — pero no por eso vayan a confiarse. Los Hyuga no son de fiar y no creo que tarden mucho en darse cuenta de lo que estamos haciendo. 

Karin se ruborizó ante la idea de que Sasuke Uchiha era capaz de armar una revolución solo para proteger a la mujer que amaba pero en cuanto recordó que no se trataba de ella su ánimo volvió a decaer. 

—Nos trajiste aquí a trabajar, — declaró Karin con una fortaleza qué nadie se esperaba que tuviera. —entonces será mejor que te vayas o no me sentiré cómoda cobrando el sueldo que has prometido y mucho menos comiéndome tu comida. 

Sasuke sonrió con amabilidad ante sus palabras y este gesto ocasionó que la pelirroja sintiera que su herido corazón se derretía por muy dolido que estuviera. 

—Entonces me voy. Nos veremos mañana por la tarde para ponernos al corriente con las novedades. 

—Ahora hablas más como un patrón. — dijo Karin orgullosa sonriendo con tristeza. 

—Y tú eres una excelente empleada. — fue la respuesta que el varón Uchiha dio. 

—¿Ya vuelven a hacerme pensar que la mejor opción era dejarlos trabajar a los dos solos? — bromeó Jügo. 

Sasuke se despidió de ambos con una mirada y un asentimiento de cabeza. 

A los segundos de esto, Karin y Jügo ocuparon sus puestos en el árbol más alto de los que rodeaban la casa, iniciando así su jornada. 

Sasuke emprendió el camino a casa sin imaginarse con la sorpresa que a medio camino lo esperaba. 

El joven Uchiha caminaba pensando en Sakura, en cómo estaría siendo su estancia en la casa de los Hyuga, en si estaría alimentándose bien y viviendo con tranquilidad o si tal y como todos creían, estaba pasando por un nuevo infierno. 

LOS SENTIMIENTOS DE SASUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora