UNA HERIDA SIN SANAR.

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Al saber que el condón se había roto, Sakura colocó una de sus manos sobre su frente.
—Maldición — escupió.
Enseguida se levantó y se colocó la ropa lo más rápido que pudo.
—Me voy — sentenció.
Neji que ya se había puesto los pantalones, se dio prisa en colocarse la camisa y cerrarse los botones.
—Te acompaño.
—No.
—Sakura esto es problema de ambos.
Vamos, te llevaré a la farmacia.
A regañadientes, Sakura salió del lugar del brazo de Neji.
Este se percató de que la temperatura corporal de la joven había tenido un drástico descenso, incluso durante un instante pudo sentir que temblaba.
—Tranquila, todo estará bien. Le aseguró él.
—¿Todo estará bien? — devolvió ella con enfado, su voz temblorosa evidenciaba lo asustada y ansiosa que estaba — debiste haberte largado sin despedirte.
Estas fueron las últimas palabras que ella dedicó al muchacho a lo largo de todo el trayecto hacia la farmacia.
Lo siguiente que Neji debió escuchar fue a la mujer de la que se había enamorado, hablar una y otra vez de lo arrepentida que estaba por haberse acostado con alguien como él.
—Oye... — empezó a decir Neji con suavidad mientras la abrazaba por los hombros — no te angusties tanto, verás que todo va a arreglarse con esa pastilla y si no lo hace, entonces responderé como es debido.
En respuesta ella chasqueó la lengua antes de contestar.
—¿Responderás como es debido? — la pregunta fue lanzada con sorna y además con afán de hacer ver una realidad — ¡No me hagas reír!
Neji tu te largas mañana de Konoha y yo no voy a detenerte, este ha sido un episodio en nuestras vidas que no debió haber pasado nunca. Acepto que fue algo que ambos queríamos vivir pero sí lo hubiéramos pensado un poco, no estaríamos metidos en este lío.
Él dio un paso hacia el frente, obligando Haruno a detenerse y a mirarlo a los ojos, pues la había tomado  del rostro en un intento de tranquilizarla.
—Escuchame Sakura, nada saldrá mal. Te lo aseguro.
Este será sólo un susto que ambos superaremos.
Sakura lo escuchó con los ojos bien abiertos y le tomó la mano con tanta fuerza que a Neji le dolieron los dedos.
—No tienes porque arrepentirte de lo que pasamos. Suceda lo que suceda, será bueno.
—¿De verás crees que no tengo nada de que arrepentirme?
Pongamos sobre la mesa todo lo que ha sucedido.
Tú y yo no somos nada en este momento.
Es probable que a tu vuelta, regreses con Ten - Ten y aún si no fuera así, yo no querria volver a tener nada contigo.
—¿Por qué no dejas de contarte mentiras de una vez?  — inquirió Neji impacientadose — si hemos llegado hasta aquí es porque no sólo hay atracción de por medio.
Sabes que en lo que acaba de pasar, hubo amor involucrado.
—¿Amor? — Sakura casi soltó una carcajada.
—No hubo amor, Neji.
Hubieron recuerdos, recuerdos de por medio, quizá hubo añoranza de que las cosas fueran como antes al menos por un instante. Tal y como lo dijiste cuando aún estábamos tomándonos las malteadas.
Me atrevo a pensar incluso que en lo que hicimos estuvo escondida una pequeña esperanza de recuperar lo que teníamos.
—Y lo logramos. Logramos recuperarlo.
—No, desconozco que fue lo que sentiste tu pero yo, solo sentí vacío después del placer.
Neji apretó la mandíbula.
Se resistía a creer que todo hubiera terminado tan de pronto.
Ella lo observó abrir la boca pero a pesar de eso, ningún sonido brotó de su garganta.
Sakura señaló con el dedo un sitio detrás de Neji.
—Hemos llegado — avisó como si nada.
El varón del clan Hyuga parpadeó varias veces e incluso se movió como si estuviera despertando de una siesta.
Sakura lo miró con preocupación.
—¿Te encuentras bien? — le preguntó en un tono que a él le dejaba claro que en realidad no estaba interesada en saberlo, sino que más bien se sentía comprometida a preguntar.
—No — contestó él con firmeza, pero casi de inmediato vacíló — quiero decir que estoy bien.
¿Quieres que entremos juntos a la compra de la pastilla?
Ella movió la cabeza negando.
—Quizá también podría comprar una prueba de embarazo de una vez, así con el paso de los días si algo irregular sucede, podemos salir de dudas.
—¿Podemos? — volvió a preguntar Sakura con ese tono que le decía que se burlaba de él — vamos Neji, solo entra a comprar lo que quieras y vamonos de aquí.
—De acuerdo.
Él avanzó hasta la entrada de la farmacia pero a decir verdad, ni siquiera sentía el pavimento bajo sus pies y no porque estuviera nervioso ante la posibilidad de ser padre, sino porque se hallaba realmente confundido por el comportamiento de Sakura.
Primero al estar juntos compartiendo lecho, pudo estar seguro de que los dos se amaban con la misma intensidad de antes. La forma en la que ella lo miraba e incluso la conexión que podía sentirse en el silencio entre los dos, lo hizo saber que el fuego seguía encendido.  Después, debido a su preocupación por lo que había ocurrido, sintió su absoluto desprecio. Pero la comprendía.
Luego, al paso de unos minutos, volvió a sentirla enamorada, asustada pero enamorada, se lo decía la forma en la que le había tomado la mano con tanta fuerza.  Sin embargo, ahora otra vez se mostraba fría e incluso despreocupada ante la emergencia que tenían.
Antes de entrar por completo a la tienda, él la observó arrinconarse hacia una de las paredes de la estructura y finalmente la vio recargar la espalda contra esta mientras observaba el cielo.
"¿Qué pasa con esta mujer?" — era la pregunta que rondaba la cabeza de él.
El sonido de la caja registradora lo sacó de sus pensamientos.
—Muchas gracias — dijo recibiendo su cambio y tomando la bolsa en la que llevaba las pastillas, la prueba de embarazo y un agua embotellada.
Al salir ella lo miró, con frialdad de nuevo.
—Vaya — la escuchó decir — creí que nunca saldrías de ahí.
Acto seguido, le arrebató el agua, sacó las pastillas, las abrió y ahí mismo consumió la primera.
Él no dejó de observarla.
Un segundo trago al agua, un gran trago en realidad.
—Como si con esto pudiera tragarme la angustia — espetó.
Neji comenzaba a sentirse cada vez más culpable.
—Lo lamento, lamento todo esto.
—Guárdate los lamentos, de nada nos servirán si en realidad estamos metidos en un problema.
De nuevo hicieron el camino en silencio.
"Debes ser comprensivo Neji, ella ya no quería relacionarse contigo y esto es lo último que debía pasarle contigo. No podías esperar que lo tomara bien — iba pensando él — ¿Acaso querías jugar a la casita, a la familia feliz?
Sin darse cuenta, se acarició la barbilla con los dedos de la mano izquierda.
Eso era algo que debía pensar enserio y que nunca había pensado antes.
"¿Quería jugar a la familia feliz?
Ummm.
¿Sólo con ella o también con cualquier otra mujer?"
— Solo con ella — dijo en voz alta.
—Oye — comentó Sakura relajada — si vas a pensar en Ten - Ten, al menos procura no hacerlo en voz alta.
Él entonces le tomó la mano y enlazó sus dedos con los de ella.
—No pensaba en ella — dijo él — pensaba en ti, sólo en ti.
—Eso lo hubiera creído en los viejos tiempos pero no ahora.
En el rostro de Neji  se plantó la decepción.
—Entonces ¿Quieres ir a casa o prefieres quedarte en el hotel?
Ella suspiró cansada.
—Supongo que elijo quedarme en el hotel así podré tomarme la pastilla que falta temprano por la mañana sin la preocupación de que mi madre me sorprenda.
Dicho esto, ella dedicó una mirada a su mano entrelazada a la de Neji.
Hubo en su interior un pequeño dolor.
Al sentir el impulso del llanto, se mordió el labio y se bebió otro largo trago de agua, lo que de alguna forma funcionó para quitarse el sentimiento.
Caminaron de regreso al hotel de la misma forma que lo habían hecho cuando recién tomaron el camino a la farmacia, en silencio. Solo que ahora sin soltarse las manos.
Al volver al hotel consideraron cenar en el restaurante pero decidieron que preferían hacer uso del servicio a cuartos.
Sakura corrió al cuarto de baño apenas llegar.
Tenía que sentir el agua caer sobre su cuerpo para poder tranquilizarse.
Por fortuna había agua caliente.
La cena llegó poco después de que ella terminara de ducharse.
Por fortuna cuando el servicio a cuartos llegó, ella estaba metida bajo el edredón. La única parte visible era su cara y su rosado cabello.
Así que fue Neji quien se encargo de recibir la comida.
—A cenar — anunció el muchacho mientras colocaba la mesa portátil frente a la cama.
—Estos lugares sí que están bien equipados —comentó Sakura levantándose aún desnuda.
Neji la miró de arriba a abajo y debió luchar contra su deseo de tocarla de nuevo.
Sakura fue consiente de ello y entonces puso de nuevo aquella sonrisa pícara en su rostro.
—Lamento alborota tus hormonas pero te anuncio que esta noche no usaré ropa para dormir.
Neji abrió la boca para contestar pero ella volvió a tomar turno.
—He pensado que si llegara a embarazarme quizá me tomaría mucho tiempo volver a tener una buena figura, así que hoy voy a lucirla como si fuera la última vez.
Neji no pudo evitar sonreír ante aquel argumento.
—¿Quién soy yo para impedirtelo? — dijo al fin.
Luego de terminar con la cena, la joven agradeció que hubiera un teléfono en aquella habitación.
Marcó a su hogar.
—Mamá —la escuchó decir Neji — llegaré tarde a casa pero a tiempo para el trabajo — la vio asentir — sí, todo está bien, me divierto mucho.
Entonces te veo después.
La llamada terminó tan pronto como había empezado.
—¿Todo bien con tu madre?
Una media sonrisa cruzó el rostro de Sakura.
—No.
—¿Por qué?
—¿No es evidente que ya no le agradas?
No estaba de acuerdo en que saliera contigo, eso es todo.
Dicho esto, Sakura se levantó y sacó de un empaque nuevo, un cepillo dental.
Neji la alcanzó y la abrazó desde atrás por la cintura mientras aspiraba el aroma de su cabello recién lavado.
—Imagina que tu madre se enterara después de que será abuela y que el hijo que esperas es mío — le susurro al oído.
Sakura soltó una carcajada.
—La sola idea me hace doler el estómago, querido.  No me entusiasma, créeme.
Al verla sonreír de esa manera, Neji volvió a embelesarse con la mujer que tenía entre sus brazos.
Sakura Haruno terminó de lavarse los dientes poco después y se metió bajo  el edredón nuevamente.
Neji se encargó de apagar las luces y de  ocupar su lugar en la cama al lado suyo inmediatamente después.
Luego de haberse atrevido a abrazarla por la cintura, ahora deseaba tomar un último riesgo.
Acercándose con lentitud, él cruzó su brazo por encima del cuerpo de ella para abrazarla. Fue entonces cuando se percató de que Sakura sufría ligeros espasmos de repente.
Luego, escuchó su respiración extraña.
Su nariz sonaba congestionada.
Siguiendo a esto, aparecieron los sollozos.
Ahí el joven entendió todo.
Sakura lloraba.
La mujer que amaba lloraba.
Los espasmos fueron todavía más violentos y él se ocupó de abrazarla más fuerte sin decir una palabra. Pero ella volvió a sorprenderlo una vez más  esa noche cuando de pronto, la escuchó hablar.
—¿Por qué — inició preguntando ella — tenías que arruinarlo todo?

LOS SENTIMIENTOS DE SASUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora