Capítulo 1: En la Garra de la Oscuridad: El Destino de Lexa y Clarke.

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Una ciudad envuelta en oscuridad y misterio se alzaba contra el cielo plomizo como un baluarte contra el mismo tiempo. La lluvia caía sin cesar, convirtiendo las calles de Polis en ríos de lodo y desesperación. Entre las sombras de las casas en ruinas, los secretos se escondían como espectros, listos para emerger solo cuando la noche caía por completo. Lexa, la reina de Polis, caminaba por las calles desiertas, su figura envuelta en la oscuridad, su mirada oculta tras una máscara de indiferencia. Era un enigma envuelto en un misterio, con un pasado grabado en su rostro como antiguas runas.

Nadie sabía realmente quién era Lexa. Algunos la consideraban una salvadora, una guía a través de las tormentas de la vida. Otros la temían, viéndola como una sombra que se movía silenciosamente entre ellos, un fantasma del pasado listo para reclamar sus almas. Pero para Clarke, Lexa era todo eso y nada de eso. Era el eje alrededor del cual giraba su mundo, el punto fijo en un mar de incertidumbre. Sus palabras tenían el peso de la antigua sabiduría, sus gestos la gracia de un guerrero atemporal.

Esa noche, mientras la lluvia golpeaba implacable las calles de Polis, Clarke se encontraba frente a Lexa, su corazón desbordante de preguntas sin respuesta. Había algo en Lexa, un aura de poder y misterio que la hacía tan fascinante como aterradora.

"¿Qué escondes, Lexa?" se preguntó Clarke, mientras observaba a la reina de Polis con ojos llenos de inquietud.

Lexa se giró lentamente hacia ella, su mirada penetrante atravesó la oscuridad como una hoja afilada.

"No todo puede ser revelado a la luz del día, Clarke", dijo con voz calma, pero con un subtexto de tensión. "Hay secretos que deben permanecer enterrados en la sombra, de lo contrario, el mundo colapsará bajo su peso".

Las palabras de Lexa resonaron en el aire como una advertencia, pero Clarke sabía que había mucho más detrás de esas palabras. Había un dolor antiguo, una herida que aún no había cicatrizado.

A la mañana siguiente, Clarke se despertó en la oscuridad, el corazón aún pesado de dudas e incertidumbres. Lexa no estaba allí a su lado, y una sensación de vacío la envolvió como una sombra maligna. Se levantó lentamente del lecho de hojas en el que había dormido, el frío del aire nocturno penetraba en sus huesos como cuchillas de hielo. Caminando entre los árboles, Clarke sintió una presencia en el aire, una sombra que se movía silenciosamente entre las ramas entrelazadas.

Lexa estaba allí, inmóvil como una estatua, su mirada fija en ella con una intensidad glacial.

"Lexa..." susurró Clarke, el corazón en la garganta mientras se acercaba lentamente a la reina de Polis.

Pero Lexa no dijo una palabra, su silencio era más elocuente que cualquier discurso. Era como si el mundo entero se hubiera detenido, como si el tiempo mismo hubiera tomado un respiro profundo antes de continuar su eterno viaje.

Entonces, de repente, un sonido desgarró el aire como un grito desesperado. Clarke se estremeció, el corazón le dio un vuelco mientras trataba de comprender de dónde provenía el sonido. Sin dudarlo, Clarke se dirigió hacia el sonido, su corazón martillando en su pecho mientras se adentraba cada vez más en lo profundo del bosque. Lexa la seguía de cerca, su presencia silenciosa como una sombra que la envolvía.

Entre los árboles, encontraron una figura, un hombre herido y agonizante, tendido en el suelo como un sacrificio a los dioses de la oscuridad. Clarke se arrodilló junto al hombre, las manos temblorosas mientras intentaba evaluar la gravedad de sus heridas. Lexa, con calma y firmeza, comenzó a dar órdenes, organizando un plan para llevar al herido a salvo.

Pero mientras trabajaban juntas para salvar la vida del hombre, Clarke sintió una conexión más profunda formarse entre ella y Lexa. Era como si estuvieran destinadas a encontrarse en ese momento, como si el destino mismo hubiera tejido sus vidas juntas en un intrincado entramado de amor y guerra.

Era solo el comienzo de una aventura que las llevaría al corazón de las tinieblas, donde el misterio revelaría su verdadera naturaleza y el destino escribiría su destino con tinta indeleble. Pero por ahora, entre las sombras del bosque, Clarke sabía solo una cosa: que no importaba cuán oscuro fuera el camino por delante, enfrentarían cualquier tormenta juntas.

The Grounders (Versión en Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora