Capítulo 16: El abrazo de la seducción: la odisea erótica de Clarke y Lexa

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Clarke yacía en la cama, envuelta en las suaves sábanas que se aferraban a sus manos con una ternura casi posesiva. Sus ojos se encontraban con los de Lexa, llenos de pasión y deseo, pero al mismo tiempo cargados de una tensión palpable. La habitación estaba impregnada del olor del deseo, mientras sus cuerpos se acercaban con una determinación ardiente. En un momento cargado de deseo y pasión, Lexa se acercó a Clarke con un movimiento lánguido, con una intensidad que la dejó sin aliento, desnudando las partes bajas de Clarke, dejándola completamente desnuda. Clarke dijo: "¡Vete al infierno, Lexa!", Lexa respondió: "Ya estoy en el infierno, Clarke, tú eres mi infierno". Lexa continuó: "Veamos si puedes no participar, no disfrutar mientras te toco aquí, ¿lo sientes, Clarke?". Lexa se movía con cierta seguridad, trazando caminos atrevidos a lo largo de las sinuosas curvas de Clarke, mientras los gemidos ahogados de placer llenaban el aire. Con un suspiro entrecortado, Lexa se deslizó delicadamente entre las piernas de Clarke, sus cuerpos cerca, y con un toque experto, comenzó a explorar la dulzura de su intimidad. Los dedos de Lexa, hábiles y sensuales, encontraron el calor y la humedad de la vagina de Clarke, envolviéndola con una caricia que prometía placer y complicidad.

Clarke gimió suavemente, su cuerpo vibrando bajo el toque de Lexa, mientras ella se abría con confianza al placer que estaba por venir. Con movimientos lentos pero decididos, Lexa exploró las profundidades de Clarke, curva tras curva, descubriendo los secretos escondidos en los rincones más íntimos de su ser. El placer, como una ola abrumadora, las envolvía a ambas, mientras Clarke se entregaba al toque experto de Lexa, perdiéndose en el torbellino del éxtasis. Clarke se retorcía ligeramente bajo Lexa mientras sus manos apretaban con fuerza las sábanas. La respiración de ambas era pesada, acelerada, mientras el placer crecía dentro de ellas. Clarke luchaba con sus emociones contradictorias, una parte de ella deseaba a Lexa con todo su ser, pero la otra parte seguía enfadada por la pelea que habían tenido. Lexa, por su parte, la penetraba con una pasión ardiente, deseosa de demostrar cuánto significaba Clarke para ella. Cada movimiento estaba cargado de intensidad, como si quisiera fundirse completamente con ella. Las manos de Lexa exploraban el cuerpo de Clarke con una determinación que hacía estremecer la piel de ambas. "No te resistas más, Clarke", murmuró Lexa entre beso y beso, sus manos ahora firmes en las caderas de Clarke, apretando con fuerza. Mientras Lexa volvía a penetrarla con ardor, Clarke se sentía arrastrada a un torbellino de sensaciones abrumadoras. Sus manos aferraban las sábanas con fuerza, mientras las olas de placer la sumergían por completo. "Lexa..." gimió Clarke, su voz impregnada de una mezcla de placer y vulnerabilidad. Sentía cada movimiento de Lexa dentro de ella como una promesa de plenitud y satisfacción. Lexa bajó la mirada hacia Clarke, sus ojos se cruzaron en una intimidad profunda e intensa. "No puedes resistirte a mí, Clarke", susurró. Clarke se sintió arrullada por las palabras de Lexa, mientras su amor se traducía en una unión física tan intensa como espiritual. Cada movimiento, cada toque, era un tributo a su conexión indisoluble.

Y así, entre suspiros de placer y palabras de amor susurradas entre las sábanas, Clarke y Lexa se entregaron por completo al fuego de la pasión, dejándose llevar por un torbellino de sensaciones que las envolvía y las unía aún más la una a la otra. Después de saborear el éxtasis del orgasmo, Clarke aún sentía el ardiente deseo latir dentro de ella, decidida a hacer el momento aún más intenso para ambas. Con una sonrisa maliciosa, se levantó de la cama, impulsada por una energía abrumadora, decidida a gratificar el cuerpo y el alma de Lexa en todos los sentidos posibles. Mientras Lexa la miraba con ojos ávidos, ella se acercó lentamente, moviéndose con una gracia sensual que encendió aún más el deseo de la comandante. "Lexa," susurró Clarke, su voz cargada de promesas pecaminosas, "quiero escucharte gemir de placer bajo mí." Las palabras de Clarke encendieron un fuego aún más ardiente en los ojos de Lexa, mientras el deseo se hacía cada vez más apremiante entre sus sábanas. Clarke abrazó a Lexa, saboreando la sensación de su piel contra la suya. Lentamente, comenzó a besar el cuello de Lexa con labios hambrientos, dejando un rastro de besos ardientes a lo largo de su piel, hasta llegar a los pechos de Lexa. Los labios de Clarke atrapaban los pezones de Lexa con una firmeza controlada, mientras su lengua danzaba sobre ellos con una maestría sensual que hacía estremecer a Lexa de placer. "Oh Dios, Clarke," gimió Lexa, su respiración se volvía cada vez más entrecortada mientras las olas de placer la sumergían. Clarke sonrió contra la piel de Lexa, disfrutando del poder que tenía sobre ella. Con un movimiento fluido, se deslizó más abajo, hasta llegar al centro del deseo de Lexa. Con una expresión de pura lujuria, Clarke hundió su rostro entre los muslos de Lexa, saboreando su sabor con avidez. Su lengua se movió con una maestría innata, explorando cada rincón escondido del placer de Lexa, mientras sus manos acariciaban suavemente sus caderas, acariciando cada una de sus terminaciones nerviosas. Lexa se retorcía de placer bajo las hábiles caricias de Clarke, sus gemidos de placer llenaban la habitación, mientras su cuerpo se rendía completamente a la pasión abrumadora del momento. "Clarke... por favor," murmuró Lexa, sus caderas se ondulaban contra la boca de Clarke, implorando aún más de ese placer. Clarke intensificó aún más sus movimientos, decidida a llevar a Lexa al borde del éxtasis. Sentía su cuerpo temblar de placer bajo ella, y ese sonido era música para sus oídos. Con una sonrisa maliciosa, Clarke se posicionó sobre Lexa, sintiendo el latido acelerado de sus corazones fusionarse en una única sinfonía de deseo. Con un movimiento lento y sensual, Clarke deslizó su cuerpo contra el de Lexa, permitiendo que sus vaginas se rozaran y se fundieran en un contacto íntimo y envolvente.

"Oh, Clarke..." gimió Lexa, sus ojos brillaban de deseo mientras sentía el calor del cuerpo de Clarke contra el suyo.

Clarke sonrió con una luz de lujuria en sus ojos, su feminidad dominante resplandecía en el ardor de la pasión. Con movimientos controlados pero decididos, comenzó a mover las caderas en un ritmo sensual, permitiendo que sus vaginas se rozaran una contra la otra con una presión creciente. Sus labios se encontraron en un beso apasionado, mientras el placer crecía entre ellas como un fuego incontenible. Clarke sentía la humedad y el calor de Lexa contra ella, una sensación que alimentaba su propia ansia y su sed de satisfacción.

"Te siento, Lexa," susurró Clarke entre un gemido de placer, su voz cargada de deseo y dominancia. "Te siento bajo mí, y sé cuánto deseas ser mía."

Lexa gimió de placer, su cuerpo respondiendo con una pasión y una sumisión total a Clarke. Sentía su placer crecer cada vez más, mientras sus vaginas se rozaban y se penetraban mutuamente, perdiéndose en un torbellino de sensaciones y placer. Las palabras de Clarke resonaban en los oídos de Lexa como un hechizo, llevándola más allá de cualquier límite con la promesa del placer supremo. Sentía su cuerpo acercarse cada vez más al apogeo del éxtasis, mientras el calor de la pasión la envolvía por completo.

"Clarke..." gimió Lexa, su respiración se volvía cada vez más entrecortada mientras el placer la abrumaba. "Por favor, no pares..."

Clarke intensificó aún más sus movimientos, decidida a llevar a Lexa más allá de cualquier límite del placer. Sentía su cuerpo temblar de placer bajo ella, su respiración sincronizada con la de Lexa, mientras su amor ardía intensamente. Y luego, en la explosión final de pasión y deseo, Clarke y Lexa alcanzaron juntas el apogeo del éxtasis, perdiéndose por completo la una en la otra en un orgasmo que las envolvió como una ola arrolladora. En ese momento de absoluta intimidad y conexión, no había nada más que su amor que las unía indisolublemente, mientras el éxtasis las transportaba hacia el infinito.

The Grounders (Versión en Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora