Capítulo 7: Sombras del Pasado

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En el corazón de la noche, en la oscuridad velada por secretos e incertidumbres, Clarke y Lexa eran como dos astros en órbita, atraídos por la fuerza gravitacional del destino pero separados por un abismo de misterios y culpas no dichas. La luz del fuego danzaba sobre las paredes de la tienda, lanzando sombras siniestras que parecían susurrar viejos dolores y antiguas batallas. Clarke, con el corazón en tumulto, escudriñaba los ojos profundos de Lexa, buscando respuestas que se reflejaban como estrellas fugaces en la oscuridad. Pero lo que encontraba era solo el reflejo de un pasado oscuro, un pasado que Lexa guardaba celosamente como un tesoro envuelto en sombras.

"Lexa," susurró Clarke, la voz un murmullo en el viento nocturno, "¿qué es lo que te angustia? ¿Por qué siento que lo que nos une es más frágil que un hilo de seda?"

Lexa, reina indómita de un reino de secretos y tormentos, la miró con una mezcla de deseo y terror. "Hay demonios que no puedes comprender, Clarke," dijo con voz calma, pero sus ojos traicionaban el tormento que ardía en su alma. "Cosas que he hecho, que he visto, que preferiría olvidar. Pero el pasado es como un río desbordado, no puedo detenerlo, ni contenerlo."

Clarke sintió el peso de las palabras de Lexa como un ancla que arrastraba su alma al abismo. "Pero yo estoy aquí, Lexa," dijo con firmeza, las palabras cargadas de amor y promesas rotas. "No importa lo que hayas hecho, no importa lo que hayas visto. Nuestro amor puede superar todo, si tan solo me permites compartir tu carga."

Un velo de tristeza pasó por los ojos de Lexa, como una tormenta lejana que amenazaba con romperse sobre los acantilados de sus almas. "No es tan simple, Clarke," murmuró, la voz un susurro en la oscuridad. "Hay secretos que preferiría mantener sepultados, pecados que preferiría olvidar. No quiero que tengas que llevar el peso de mi culpa."

Clarke sintió el dolor del rechazo como una espada que le atravesaba el corazón. "Pero yo estoy aquí para ti," dijo con la voz rota por la angustia. "No importa lo que haya sucedido antes de nosotras, no importa qué demonios te atormenten. Yo estaré aquí, a tu lado, mientras tengamos vida en nuestros cuerpos."

Lexa la miró con una mezcla de gratitud y desesperación, como si su corazón estuviera dividido entre el deseo de abrirse y el miedo a hacerlo. "Quisiera poder creer en tus palabras," murmuró, "pero hay secretos que traen la muerte, culpas que no pueden ser borradas. Y no quiero que tengas que enfrentarte a las consecuencias de mis acciones."

Y así quedaron, Clarke y Lexa, envueltas en la oscuridad de la noche y el peso de sus secretos, unidas pero distantes, como dos estrellas que brillan en la infinita oscuridad, separadas por kilómetros de vacío cósmico. Y mientras el fuego ardía en el corazón de la tienda, su amor permanecía suspendido como una constelación en el éter, resplandeciente pero inaccesible, épico pero enigmático, como el destino mismo.

The Grounders (Versión en Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora