entre sombras y deseos

2

El amanecer en Seúl traía consigo un aire fresco que ayudaba a calmar los nervios de Lee Hyunwoo. A pesar de que su primer encuentro con Jung Minho en el restaurante había sido inquietante, estaba decidido a cumplir con su misión. La mañana siguiente lo encontró parado frente al edificio donde Minho vivía, vestido con su uniforme de policía, intentando proyectar la confianza que, en el fondo, sentía que le faltaba.

Hyunwoo llevaba más de una hora vigilando la entrada, aguardando el momento en que Minho saliera. Su mirada no se apartaba de la puerta del pequeño departamento. Sabía que este no era el método más sutil, pero después de la confrontación en el restaurante, había decidido que mantener una presencia visible podría ser más efectivo. Sin embargo, mientras el tiempo pasaba, su mente se llenaba de dudas. Minho era astuto, y probablemente ya sabía que Hyunwoo no era un policía común y corriente. Pero si ese era el caso, ¿por qué no lo había confrontado directamente?

Finalmente, el sonido de una cerradura girando llamó su atención. La puerta del departamento de Minho se abrió lentamente, y el hombre apareció en el umbral. Vestía ropa informal, una camiseta negra y jeans, y su expresión era neutral, pero sus ojos denotaban una frialdad que Hyunwoo no pudo ignorar. Minho fijó su mirada en Hyunwoo y, por un instante, el joven policía sintió que su corazón se detenía. Había algo en la presencia de Minho que lo desarmaba por completo, como si cada uno de sus movimientos estuviera cuidadosamente calculado para causar impacto.

Minho no dijo una palabra mientras avanzaba hacia él. Sus pasos eran lentos pero firmes, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, Hyunwoo sintió cómo su pulso se aceleraba. Antes de que pudiera reaccionar, Minho lo agarró firmemente del brazo y, con una fuerza inesperada, lo empujó dentro del departamento. La puerta se cerró de golpe detrás de ellos, haciendo eco en el pequeño espacio.

Hyunwoo apenas tuvo tiempo de procesar lo que estaba ocurriendo antes de que Minho lo azotara contra la puerta. El impacto fue brusco, y Hyunwoo soltó un leve quejido de dolor mientras sentía el frío de la madera contra su espalda. Estaba atrapado entre la puerta y el cuerpo de Minho, que lo mantenía inmovilizado con una sola mano presionada contra su pecho. La proximidad de Minho era abrumadora; podía sentir su respiración cerca de su rostro, el calor de su cuerpo, y la fuerza que ejercía para mantenerlo atrapado.

El miedo se apoderó de Hyunwoo. Nunca había estado en una situación tan peligrosa y vulnerable, y a pesar de todo su entrenamiento, sentía que las circunstancias lo superaban. Minho lo miraba fijamente, sus ojos oscuros y penetrantes, llenos de una mezcla de curiosidad y amenaza. La tensión en el aire era palpable, y Hyunwoo supo que debía actuar rápido.

Con el corazón latiendo desbocado, Hyunwoo hizo acopio de toda su fuerza y levantó su mano derecha, mostrando la placa de policía que llevaba en el cinturón. Minho bajó la mirada hacia la placa y luego volvió a mirarlo a los ojos, sin cambiar su expresión.

—Soy un oficial de la ley —dijo Hyunwoo, intentando mantener la voz firme a pesar del miedo que lo embargaba—. Jung Minho, estoy aquí para asegurarme de que cumplas con los términos de tu liberación. No estoy aquí para hacerte daño.

Minho observó la placa durante unos segundos más, como si estuviera considerando la situación. Finalmente, soltó una leve risa, pero no se apartó.

—¿De verdad crees que una placa te protegerá de mí? —preguntó, su voz teñida de una ligera burla. La cercanía de Minho seguía haciendo que Hyunwoo sintiera que el aire se volvía más denso, pero se obligó a mantener la calma.

—No estoy aquí para provocarte, Minho —respondió Hyunwoo, esforzándose por mantener la compostura—. Mi trabajo es simple: asegurarme de que sigas las reglas. Eso es todo.