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El silencio de la ciudad los envolvía mientras Minho y Hyunwoo caminaban juntos. La brisa fresca de la mañana acariciaba sus rostros, y el cansancio en los pasos de Hyunwoo se hacía más evidente a cada momento. Minho, notando lo agotado que estaba, pasó un brazo alrededor de los hombros de Hyunwoo, acercándolo más a él en un abrazo protector mientras seguían avanzando por las calles semi desiertas.

—Estás agotado, ¿eh? —comentó Minho, mirando a Hyunwoo con una mezcla de preocupación y ternura.

Hyunwoo asintió débilmente, apoyando su cabeza en el hombro de Minho, disfrutando del calor y la cercanía que ese abrazo le brindaba. El peso de las responsabilidades que cargaba sobre sus hombros era mucho más llevadero en ese momento.

—Sí, ha sido una semana larga —respondió Hyunwoo con un suspiro.

Minho lo observó en silencio por un momento antes de hacer una pregunta que llevaba rondando su mente desde hacía un tiempo.

—Hyunwoo… —empezó, dudando un poco—, ¿por qué empezaste a trabajar tan joven? Quiero decir, sé que amas a tu familia, pero… la mayoría de las personas de tu edad aún están estudiando o comenzando sus vidas. Tú… ya llevas mucho peso encima.

Hyunwoo levantó la vista hacia Minho, sorprendido por la pregunta. No era un tema del que solía hablar con facilidad, pero había algo en la sinceridad y el interés genuino en la voz de Minho que lo hizo sentir que podía confiar en él. Bajó la mirada, dejando que sus pensamientos se organizaran antes de responder.

—No tuve otra opción —empezó Hyunwoo, su voz baja y suave—. Mi padre nos dejó cuando nací. Nunca lo conocí, y mi madre tuvo que hacerse cargo de todo sola. Crecí viendo lo difícil que era para ella cuidar de mí y de Jihoon, mi hermano menor, mientras trabajaba todo lo que podía. Cuando cumplí 16 años, decidí que no podía dejarla sola en esto. Tenía que hacer algo para ayudarla.

Minho lo escuchaba con atención, cada palabra de Hyunwoo resonando en él. Era difícil imaginar a un joven tan responsable, cargando con tantas responsabilidades desde tan temprano.

—Así que, en cuanto pude, empecé a trabajar —continuó Hyunwoo—. Primero fueron trabajos pequeños, lo que pudiera encontrar mientras aún estudiaba. Pero después, cuando conseguí este trabajo en la comisaría, supe que podía hacer más. Podía asegurarme de que mi madre y Jihoon estuvieran bien, que no les faltara nada.

Minho apretó un poco más su abrazo, como si quisiera absorber parte de ese peso que Hyunwoo llevaba sobre sus hombros.

—Debes estar muy orgulloso de ti mismo —dijo Minho en voz baja—. No cualquiera podría hacer lo que tú has hecho, Hyunwoo. Sacrificar tanto para cuidar a los tuyos… es admirable.

Hyunwoo se sonrojó un poco, sintiendo una mezcla de timidez y gratitud por las palabras de Minho.

—No lo sé… solo hago lo que siento que debo hacer. Mi familia lo es todo para mí. No puedo dejar que pasen por más dificultades de las que ya han enfrentado —respondió, con un leve temblor en su voz, reflejando la emoción contenida.

Minho se detuvo por un momento, obligando a Hyunwoo a mirarlo a los ojos.

—Y eso te hace increíble, Hyunwoo. No tienes idea de lo fuerte que eres —dijo con convicción, sus ojos llenos de admiración y afecto.

Hyunwoo lo miró, sus ojos reflejando un agradecimiento silencioso. No era común para él recibir palabras de apoyo tan sinceras, y en ese momento, sintió que una pequeña parte de la carga que llevaba se aliviaba solo por saber que Minho entendía.

Sin decir más, ambos continuaron su camino, envueltos en un silencio cómodo, mientras Minho mantenía su abrazo protector alrededor de Hyunwoo. Sabían que, por duro que fuera el camino, mientras estuvieran juntos, las cosas serían más fáciles de soportar.

entre sombras y deseos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora