Hyunwoo se puso de puntitas, rodeando con sus brazos el cuello de Minho, buscando en ese abrazo un refugio que solo él podía brindarle. Los dedos de Minho se deslizaron con suavidad por el cabello rubio de Hyunwoo, acariciándolo con una ternura que contradecía la pasión de sus gestos anteriores.
—Prometo que no te lastimaré —dijo Minho, su voz baja y firme, cargada de un sentimiento profundo que resonó en el pecho de Hyunwoo.
Hyunwoo sonrió, sus ojos brillando con un destello de esperanza. Había pasado tanto tiempo sintiéndose perdido y confundido, pero en ese momento, entre los brazos de Minho, todo parecía encajar de una manera que no había sentido antes. Con un pequeño esfuerzo, se inclinó hacia adelante, alzándose con las justas para alcanzar los labios de Minho, sus pies temblando mientras se sostenía.
Minho, percibiendo el esfuerzo de Hyunwoo, lo sostuvo con más firmeza, levantándolo por la cintura para que sus labios se encontraran de manera más natural. Hyunwoo dejó escapar una pequeña risa, una mezcla de nervios y alivio, antes de que Minho capturara sus labios en un beso más profundo, lleno de una pasión que parecía arder en ambos.
El mundo exterior pareció desvanecerse. Para Hyunwoo, solo existían ellos dos, en ese pequeño espacio donde el tiempo se detenía. Entre el beso, Minho susurró contra sus labios:
—Mi chico...
El corazón de Hyunwoo dio un vuelco. Sus mejillas se encendieron en un sonrojo que lo hizo apartarse un poco, sus ojos grandes y brillantes se encontraron con los de Minho, llenos de sorpresa y emoción.
—Minho... —susurró, su voz temblorosa, incapaz de ocultar la mezcla de sentimientos que lo invadía.
Minho lo miró con ternura, sus manos todavía firmes en la cintura de Hyunwoo, manteniéndolo cerca.
—No tienes que decir nada —dijo Minho, acariciando suavemente la mejilla de Hyunwoo con su pulgar—. Solo quiero que sepas cuánto significas para mí. No me importa nada más, solo tú.
Hyunwoo sintió una lágrima de emoción deslizarse por su mejilla. Apoyó su cabeza en el hombro de Minho, cerrando los ojos mientras disfrutaba de la sensación de seguridad que él le brindaba. Por un momento, se permitió dejar atrás todas sus dudas y miedos, encontrando consuelo en el calor del abrazo de Minho.
Sin embargo, la realidad pronto lo alcanzó. Hyunwoo se dio cuenta de que tenía que regresar a la comisaría. No podía permitirse el lujo de quedarse mucho más tiempo, aunque lo deseara. Lentamente, se separó de Minho, sus manos deslizando con suavidad por los hombros de Minho hasta caer a sus costados.
—Tengo que irme... —dijo Hyunwoo en un susurro, su voz cargada de tristeza por tener que dejar ese momento atrás.
Minho asintió, aunque la decepción era visible en su mirada. Sabía que Hyunwoo tenía responsabilidades que cumplir, pero eso no hacía más fácil la despedida.
—Lo sé —respondió Minho, inclinándose hacia Hyunwoo una vez más. Antes de que se separaran completamente, Minho lo tomó por el mentón y lo acercó para un último beso. Este fue más suave, más lento, como si Minho quisiera grabar ese momento en su memoria para que perdurara hasta que pudieran estar juntos de nuevo.
Hyunwoo respondió al beso, dejándose llevar por el cariño que sentía. Cuando finalmente se separaron, ambos se miraron a los ojos, como si el tiempo que se pasarían separados pudiera aliviarse con esa última conexión.
—Cuídate —murmuró Minho, su voz llena de sinceridad.
—Tú también —respondió Hyunwoo, sonriendo suavemente antes de apartarse por completo y dar un paso hacia atrás.
Minho observó cómo Hyunwoo se alejaba, con su corazón latiendo rápido. Hyunwoo echó una última mirada antes de darse la vuelta por completo y dirigirse hacia la comisaría, sabiendo que debía volver a su vida cotidiana, pero con el corazón más ligero, sabiendo que, pese a todo, Minho estaba dispuesto a luchar por él.
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entre sombras y deseos
RomantizmDescripción: Tras cumplir una condena de cinco años en prisión, Jung Minho es liberado bajo estricta supervisión. El sistema judicial no confía en su rehabilitación, por lo que asignan a Lee Hyunwoo, un joven y brillante policía de 22 años, para vig...