Las primeras horas en el bar fueron un auténtico infierno para Hyunwoo. Cada vez que un cliente se le acercaba, sentía cómo su piel se erizaba de pavor. Sus manos temblaban al servir las bebidas, y cada sonrisa forzada le costaba más que la anterior. Era difícil no sentirse completamente expuesto y vulnerable en un lugar así, donde cada mirada y cada gesto de los clientes lo hacía sentir como un objeto.
Pero entonces, un hombre con una sonrisa maliciosa se acercó a él, observándolo con una intensidad que le hizo sentir un escalofrío. Sin previo aviso, lo tomó del brazo, tirando de él con fuerza. Hyunwoo, instintivamente, giró sobre sus talones y le dio una bofetada al hombre, con la esperanza de que eso lo hiciera retroceder.
El hombre, lejos de ofenderse, soltó una carcajada.
—Tienes agallas, chico —dijo el cliente, sus ojos brillando con un peligroso interés. Sin soltar a Hyunwoo, lo agarró con más fuerza, comenzando a arrastrarlo hacia una de las habitaciones del fondo.
—¡No, suéltame! —gritó Hyunwoo, forcejeando para liberarse, pero el hombre era más fuerte. Desesperado, Hyunwoo buscó con la mirada algún rostro familiar que pudiera ayudarlo. Entonces, vio a Jisoo pasando cerca. En un acto reflejo, extendió su mano, logrando agarrar la camisa de Jisoo.
—¡Jisoo, por favor! —suplicó, sus ojos llenos de miedo y pánico.
Jisoo se detuvo, mirando a Hyunwoo con una expresión que combinaba culpa e impotencia. Era evidente que quería ayudarlo, pero al mismo tiempo, sabía que había límites a lo que podía hacer. Por unos segundos que parecieron eternos, Jisoo se quedó ahí, mirando a Hyunwoo sin saber qué hacer.
Finalmente, con un suspiro y la mirada baja, Jisoo soltó la camisa de Hyunwoo y siguió caminando, incapaz de intervenir.
—¡No, no, por favor! —Hyunwoo gritó, mientras era arrastrado hacia una habitación oscura.
Una vez dentro, el cliente lo empujó hacia la pared, cerrando la puerta detrás de ellos. El sonido del cerrojo al cerrarse hizo que a Hyunwoo se le encogiera el corazón.
—Vamos a divertirnos un poco, ¿no te parece? —dijo el hombre, quitándose el saco y lanzándolo sobre una silla. Hyunwoo estaba paralizado por el miedo, sintiendo cómo su cuerpo se estremecía.
—No... no quiero hacer esto —Hyunwoo intentó sonar firme, pero su voz se quebró al final, revelando su pánico.
El cliente se acercó lentamente, disfrutando del temor en los ojos de Hyunwoo.
—Tú no decides aquí, pequeño. Dongsuk me dijo que podías darme un servicio premium, y yo lo voy a aprovechar.
Hyunwoo trató de retroceder, pero la pared detrás de él lo atrapaba. No había escapatoria, y lo único que podía hacer era rezar porque aquello terminara pronto.
Hyunwoo sintió una profunda desesperación al escuchar las instrucciones del cliente, pero su mente se mantenía en un lugar distante. Se esforzaba por no mostrar ninguna señal de placer, sabiendo que cualquier indicio de disfrute solo alentaría más a su agresor.
—Hazlo bien —dijo el hombre con impaciencia, mientras comenzaba a desnudarse lentamente—. Quiero que te sientas como en casa.
Hyunwoo se obligó a mirar hacia otro lado, concentrándose en la pared frente a él. Sabía que su resistencia era la única manera de mantener el control sobre la situación, aunque no estaba seguro de cuánto tiempo podría sostener esa fachada.
—Por favor, solo quiero irme —dijo Hyunwoo con voz quebrada, pero su tono era frío y distante.
El hombre frunció el ceño, claramente frustrado. Se acercó a Hyunwoo y lo tomó del brazo, llevándolo hacia la cama. Hyunwoo trató de mantener la calma, de no ceder al miedo que lo invadía.
—¿Estás listo para empezar? —preguntó el hombre con tono de expectativa, mientras se acomodaba en la cama.
Hyunwoo permaneció en silencio, su mente inmovilizada por la desesperanza. Mientras el cliente se acomodaba, Hyunwoo se inclinó para realizar su parte del servicio, pero su cuerpo se mantenía tenso y rígido.
El hombre se impacientó rápidamente, y su frustración creció al notar la falta de reacción de Hyunwoo.
—Vamos, ¿qué pasa? —dijo el hombre, mientras intentaba ajustar su posición—. ¿No te estás divirtiendo?
—No —respondió Hyunwoo con frialdad—. Solo quiero que esto termine.
El cliente frunció el ceño, mirando a Hyunwoo con una mezcla de decepción e irritación.
—Esto no está funcionando —murmuró el hombre—. No eres exactamente lo que esperaba. No hay necesidad de estar tan distante.
Hyunwoo continuó resistiéndose, sin mostrar ni el más mínimo indicio de placer. Cada vez que el cliente intentaba aumentar la intensidad, Hyunwoo mantenía una expresión impasible, rechazando cualquier intento de hacerlo sentir más cómodo.
—Vamos, solo hazlo —ordenó el hombre, mientras trataba de mantener una actitud de dominio.
—No voy a disfrutarlo —dijo Hyunwoo, su voz aún fría—. No me importa lo que hagas, no voy a cambiar.
El cliente parecía molesto, y sus movimientos se volvieron bruscos, tratando de obtener alguna reacción de Hyunwoo. Pero el rostro de Hyunwoo permanecía impasible, sin dar muestras de la desesperación interna que sentía.
Finalmente, después de un tiempo que pareció interminable, el cliente se apartó, frustrado y decepcionado.
—No valió la pena —dijo el hombre mientras se vestía—. Si no puedes hacer esto bien, tal vez deberíamos cortar esto corto.
Hyunwoo respiró con dificultad, sintiendo el alivio de que el cliente se estuviera apartando. Se mantuvo quieto, sin moverse de la cama, mientras el hombre salía de la habitación con un bufido de descontento.
Una vez que el cliente se hubo ido, Hyunwoo se tumbó en la cama, sintiendo el peso de la situación. El lugar estaba en silencio ahora, y su cuerpo aún temblaba. Se permitió un momento de descanso, su mente procesando el dolor y el agotamiento que sentía.
Sabía que no podía dejarse hundir, que tenía que seguir resistiendo hasta que encontrara una manera de escapar. Sus pensamientos estaban enfocados en encontrar una salida y mantener su dignidad intacta a pesar de la humillación.
—Esto no durará para siempre —murmuró para sí mismo—. Encontraré una forma de salir de aquí.
Pero por ahora, tenía que enfrentar cada momento como viniera, manteniéndose fuerte en medio de su desesperación.

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entre sombras y deseos
RomansaDescripción: Tras cumplir una condena de cinco años en prisión, Jung Minho es liberado bajo estricta supervisión. El sistema judicial no confía en su rehabilitación, por lo que asignan a Lee Hyunwoo, un joven y brillante policía de 22 años, para vig...