entre sombras y deseos

29

El sol apenas comenzaba a iluminar la ciudad cuando Hyunwoo se despertó, mucho antes de que sonara su alarma. La emoción y los nervios por su primer día en la academia lo habían hecho levantarse más temprano de lo habitual. Se desperezó en la cama, tomó aire profundamente, y se levantó decidido a empezar el día con el pie derecho.

Después de estirar un poco sus músculos adoloridos, Hyunwoo se dirigió al baño para darse una ducha rápida. El agua tibia lo ayudó a despejar la mente y a enfocarse en lo que tenía por delante. Se tomó un momento para disfrutar de la tranquilidad del amanecer, sabiendo que pronto su vida se llenaría de nuevas responsabilidades y desafíos.

Salió del baño sintiéndose renovado y listo para enfrentarse al día. Se vistió con su uniforme limpio y recién planchado, sintiendo un renovado sentido de propósito. Después de asegurarse de que todo estaba en orden, bajó a la cocina donde su madre ya lo esperaba con un desayuno caliente.

—Buenos días, mamá —saludó Hyunwoo, dándole un beso en la mejilla.

—Buenos días, hijo. Veo que te levantaste temprano —respondió la señora Lee con una sonrisa—. Me alegra verte tan entusiasmado. Te preparé tu desayuno favorito para que empieces bien el día.

—Gracias, mamá. Huele delicioso —dijo Hyunwoo mientras se sentaba a la mesa y comenzaba a comer.

Mientras desayunaba, Hyunwoo repasó mentalmente su plan para la mañana. A las 7:00 am debía llevar a Jihoon a la escuela, y luego dirigirse directamente a la academia. Quería llegar temprano para tener tiempo de familiarizarse con el lugar antes de que empezaran las clases.

Terminó de desayunar y miró el reloj. Faltaba poco para que fueran las 7:00 am, así que se levantó, agradeció a su madre por la comida, y se dirigió a la puerta antes de ir al garaje del edificio donde su motocicleta lo esperaba.

—¡Jihoon! ¡Es hora de irnos! —llamó mientras colocaba su casco en la motocicleta.

—¡Ya voy, ya voy! —respondió Jihoon, saliendo de su habitación apresuradamente, aún abrochándose los cordones de sus zapatos—. Estoy listo, hermano.

Hyunwoo sonrió y le entregó a Jihoon un casco más pequeño.

—Bien, súbete —le dijo, ayudando a su hermano a colocarse el casco.

Con Jihoon sentado detrás de él, Hyunwoo arrancó la motocicleta y ambos se dirigieron hacia la escuela de Jihoon. El viento fresco de la mañana les daba una sensación de libertad mientras avanzaban por las calles casi desiertas.

Al llegar a la escuela, Jihoon se bajó de la motocicleta con una sonrisa en el rostro.

—Gracias, hermano. Eres el mejor. ¡Nos vemos después! —dijo Jihoon, despidiéndose con la mano antes de correr hacia la entrada de la escuela.

Hyunwoo le devolvió la despedida con una sonrisa y luego se dirigió hacia la academia. Mientras conducía, no pudo evitar sentirse un poco nervioso por lo que le esperaba. Sabía que un nuevo ambiente siempre traía consigo retos, pero también oportunidades.

Finalmente, llegó a la academia. El edificio se alzaba imponente ante él, y Hyunwoo pudo ver a varios estudiantes entrando, algunos en grupo, otros solos. Buscó un lugar para estacionar su motocicleta, y cuando lo encontró, apagó el motor y se quitó el casco.

En ese momento, las miradas se posaron sobre él. Alrededor, algunos estudiantes se detuvieron a observarlo, y el ambiente cambió ligeramente. Hyunwoo notó cómo varias chicas lo miraban con admiración, sus ojos llenos de curiosidad y, en algunos casos, de atracción.

—¿Quién es ese chico? —murmuró una de las chicas, claramente intrigada.

—Es guapísimo... y esa motocicleta... —susurró otra, sin poder apartar la mirada de Hyunwoo.