La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, proyectando sombras suaves sobre las paredes del dormitorio. Lee Hyunwoo abrió los ojos lentamente, su cuerpo adolorido y su mente desorientada. Sintió un dolor agudo que recorría su espalda y piernas, y cuando intentó moverse, un gemido involuntario escapó de sus labios.
Se dio cuenta de que estaba acostado en una cama desconocida, envuelto en sábanas suaves que contrastaban con la crudeza de su malestar físico. Miró a su alrededor, tratando de entender dónde estaba, y sus recuerdos de la noche anterior comenzaron a volver a él, fragmentados pero intensos. Recordó los momentos de la noche anterior, la pasión desenfrenada y la manera en que Jung Minho había tomado el control.
Con un esfuerzo considerable, Hyunwoo se incorporó, pero el dolor era demasiado. A medida que sus pies tocaban el suelo frío, sus piernas cedieron, y cayó de rodillas, sintiendo el peso de su cuerpo en cada articulación.
—Ah… —gimió de nuevo, llevando una mano a la frente.
Desde su posición en el suelo, pudo ver la figura de Minho en el balcón, apenas vestido con un pantalón oscuro. El hombre estaba fumando, su postura relajada, pero su expresión mostraba preocupación mientras observaba la ciudad que se desplegaba ante él. Al escuchar el ruido, Minho se volteó lentamente y encontró a Hyunwoo en el suelo.
—Hyunwoo… —dijo, apagando su cigarrillo rápidamente y caminando hacia él con pasos apresurados—. ¿Qué haces en el suelo?
Minho se agachó junto a Hyunwoo y lo ayudó a levantarse, sus brazos rodeando al joven policía con firmeza pero con un toque de suavidad. Hyunwoo, aún sintiendo el dolor punzante, permitió que Minho lo llevara de regreso a la cama, donde lo recostó con cuidado.
—No debí haberte hecho eso —dijo Minho, su voz cargada de arrepentimiento—. No debí ser tan rudo contigo.
—Entonces, ¿por qué lo hiciste? —preguntó Hyunwoo, con su voz llena de dolor y confusión—. Yo… yo solo quería hacer mi trabajo. No entiendo qué es lo que esperas de mí ahora.
Minho apartó la mirada, sus manos apretando la sábana entre sus dedos. Era evidente que las palabras de Hyunwoo lo afectaban, pero también había algo más en su expresión, algo que Hyunwoo no podía descifrar.
—No lo sé —respondió Minho finalmente—. Solo sé que cuando estoy contigo, algo en mí cambia. Es como si no pudiera controlarme, y lo que pasó anoche… simplemente no pude detenerme. Pero eso no es excusa.
Hyunwoo lo miró fijamente, tratando de entender al hombre que tenía frente a él. Minho, que había sido tan fuerte y dominante la noche anterior, ahora parecía vulnerable, arrepentido incluso.
—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó, su voz apenas un susurro.
Minho se quedó en silencio por un momento, luego se inclinó hacia Hyunwoo y le tomó una mano entre las suyas.
—Te cuidaré —dijo con determinación—. No te preocupes, Hyunwoo. No estás solo en esto.
Hyunwoo, sintiendo que el tiempo se le escapaba, decidió que era momento de irse. Se incorporó con dificultad, se vistió rápidamente, y con una última mirada a Minho, se dirigió hacia la puerta. El dolor en su cuerpo le recordaba la intensidad de lo que había pasado, pero también sabía que tenía que cumplir con su deber.
Minho observó en silencio mientras Hyunwoo salía del departamento. La sensación de culpa y preocupación se mezclaba en su pecho, pero entendía que debía dar espacio a Hyunwoo.
Lee Hyunwoo salió del edificio, sintiendo el frío de la mañana que lo envolvía. Caminó con paso rápido hacia la comisaría, donde tenía que presentar su informe sobre Minho. Su mente estaba en un torbellino de emociones, luchando por ordenar los pensamientos y procesar lo que había vivido.
Al llegar a la comisaría, Hyunwoo fue recibido por sus colegas, que notaron su aspecto cansado y las marcas de dolor en su rostro.
—¿Todo bien, Hyunwoo? —preguntó uno de los oficiales, con una mirada preocupada.
—Sí, solo… —Hyunwoo comenzó, su voz quebrándose un poco—. Solo necesito dar un informe.
Se dirigió a su oficina, donde comenzó a redactar su informe sobre Minho, su comportamiento y las salidas durante las semanas pasadas. Sus manos temblaban mientras escribía, la narrativa de su experiencia mezclándose con el deber profesional que debía cumplir.
En su informe, Hyunwoo fue minucioso, describiendo con detalle la conducta de Minho, sus movimientos y cualquier comportamiento relevante. Sin embargo, dejó fuera cualquier mención de la noche que pasaron juntos. Era algo demasiado personal y doloroso para ser incluido en un informe oficial.
Con el informe completado, Hyunwoo se dirigió a la oficina de su jefe. Tocó la puerta y esperó a ser llamado. Cuando entró, entregó el informe a su superior con una expresión de cansancio y preocupación.
—Aquí está el informe sobre Jung Minho —dijo Hyunwoo, tratando de mantener la compostura.
Su jefe, Director Kim, tomó el informe y lo revisó detenidamente. Después de unos minutos, levantó la vista y observó a Hyunwoo con una mezcla de seriedad y alivio.
—Hyunwoo, he revisado el informe —dijo el Director Kim—. El comportamiento de Minho parece estar dentro de los límites normales y no he encontrado ninguna anomalía significativa.
Hyunwoo sintió un alivio temporal, pero también un nudo en el estómago.
—¿Entonces qué pasa ahora? —preguntó, su voz temblando ligeramente.
—Este es tu final —dijo el Director Kim—. Ya no necesitas seguir vigilando a Minho. Has cumplido con tu tarea.
El corazón de Hyunwoo dio un vuelco. La mezcla de emociones lo invadió, entre el alivio de saber que no tendría que seguir con la vigilancia y la tristeza por el final abrupto de su relación con Minho.
—Gracias, señor —dijo Hyunwoo, sintiendo un peso aliviado pero también una tristeza profunda—. Creo que lo mejor es que me retire.
El Director Kim asintió con comprensión, y Hyunwoo se despidió antes de abandonar la oficina. Salió de la comisaría con una sensación de desasosiego, sabiendo que el capítulo con Minho había llegado a su fin. El frío de la mañana se sintió más agudo, y mientras caminaba por las calles de Seúl, su mente seguía atormentada por lo que había pasado.
Lee Hyunwoo se alejó de la comisaría, dispuesto a enfrentar las consecuencias de sus acciones y decisiones. Sabía que el futuro era incierto, pero estaba decidido a enfrentar lo que viniera, con la esperanza de que el tiempo le ayudaría a encontrar claridad y paz.
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entre sombras y deseos
RomansaDescripción: Tras cumplir una condena de cinco años en prisión, Jung Minho es liberado bajo estricta supervisión. El sistema judicial no confía en su rehabilitación, por lo que asignan a Lee Hyunwoo, un joven y brillante policía de 22 años, para vig...