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Hyunwoo y Minho llegaron al departamento, y la tensión entre ellos se hizo palpable en cuanto cruzaron la puerta. Minho cerró la puerta tras ellos, y en un instante, Hyunwoo fue empujado contra la pared, sus labios encontrando los de Minho en un beso hambriento y necesitado. Las manos de Minho recorrieron el cuerpo de Hyunwoo, acariciando su espalda mientras lo levantaba con facilidad.

—Te he deseado todo el día, Hyunwoo —murmuró Minho, su voz cargada de lujuria y determinación—. Hoy no pienso contenerme.

Antes de que Hyunwoo pudiera responder, Minho lo llevó directamente al dormitorio y lo dejó caer sobre la cama. Hyunwoo jadeó, sorprendido y excitado por la intensidad de Minho. Sus miradas se cruzaron, y sin perder tiempo, Minho comenzó a desabrochar la camisa de Hyunwoo, revelando lentamente su piel desnuda.

—Eres tan jodidamente perfecto —gruñó Minho mientras sus manos exploraban el torso de Hyunwoo, cada toque haciendo que el joven se estremeciera bajo él.

Hyunwoo soltó un gemido suave cuando los labios de Minho encontraron sus pezones, su lengua jugando con ellos mientras sus manos se movían hasta el cinturón de Hyunwoo, desabrochándolo con precisión y calma.

—M-Minho... —Hyunwoo jadeó, sintiendo cómo su cuerpo reaccionaba al toque de Minho, una mezcla de nervios y deseo comenzando a arder dentro de él.

—No te preocupes, amor —murmuró Minho con una sonrisa traviesa—. Hoy te haré mío completamente.

Minho bajó los pantalones de Hyunwoo, dejándolo expuesto y vulnerable. La respiración de Hyunwoo se volvió más pesada mientras observaba a Minho sacar un pequeño tubo de lubricante y un preservativo del cajón de la mesita de noche. Minho aplicó el lubricante en sus dedos, calentándolo antes de inclinarse sobre Hyunwoo.

—Voy a prepararte bien para lo que viene —dijo Minho con voz ronca, empezando a deslizar un dedo dentro de Hyunwoo.

Hyunwoo soltó un gemido agudo, su cuerpo tensándose ante la intrusión inicial, pero rápidamente se relajó al sentir el ritmo cuidadoso y experto de Minho.

—M-Más... por favor —susurró Hyunwoo, su voz temblando de anticipación mientras sus gemidos se volvían más intensos.

—¿Qué dijiste? —preguntó Minho, su voz oscura y provocadora—. Habla más fuerte, Hyunwoo. Quiero oír cómo lo pides.

—Más... más rápido, por favor... —rogó Hyunwoo, su cuerpo comenzando a moverse instintivamente hacia el toque de Minho, buscando más.

Minho sonrió con satisfacción, disfrutando del control que tenía sobre Hyunwoo. Sin dudarlo, añadió un segundo dedo, moviéndose con más rapidez y precisión, acariciando cada punto sensible dentro de Hyunwoo.

—¿Te gusta esto, eh? —murmuró Minho, viendo cómo Hyunwoo se retorcía de placer bajo él—. Eres tan jodidamente delicioso cuando ruegas.

Hyunwoo gimió, su cuerpo respondiendo con una intensidad creciente. El ritmo y la habilidad de Minho estaban llevándolo al límite.

—M-Minho... no puedo... —jadeó Hyunwoo, sintiendo cómo una oleada de placer lo invadía con cada movimiento de los dedos de Minho dentro de él—. ¡Voy a...!

—Hazlo, Hyunwoo. Llega para mí —gruñó Minho, su voz cargada de deseo mientras seguía moviéndose, su mirada fija en el rostro de Hyunwoo.

Con un último gemido, Hyunwoo alcanzó el clímax, su cuerpo temblando incontrolablemente mientras el placer lo atravesaba como una corriente eléctrica. Minho lo observó con una sonrisa de satisfacción, sus dedos aún moviéndose lentamente mientras Hyunwoo se recuperaba, respirando con dificultad.

entre sombras y deseos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora