En casa, Jihoon llegó llorando, con lágrimas que mojaban sus mejillas y un aire de desesperación en su mirada. Su madre, al ver a su hijo menor en ese estado, sintió un nudo en el estómago. Se acercó a él, preocupada.
—Jihoon, ¿qué pasó? —preguntó su madre con voz temblorosa—. ¿Dónde está tu hermano?
Jihoon, con la voz quebrada, finalmente habló entre sollozos.
—Algunos hombres se lo llevaron... —dijo, con los ojos llenos de miedo—. No pude hacer nada, mamá. Solo me dijeron que corriera y se lo llevaron.
El rostro de la madre se tornó pálido y angustiado al escuchar las palabras de su hijo. Sin perder un segundo, se levantó y tomó la mano de Jihoon con determinación.
—Vamos, tenemos que ir a la estación de policía —dijo con firmeza—. Vamos a denunciar el secuestro de tu hermano.
Ambos salieron apresuradamente de la casa. La madre, con el corazón latiendo con fuerza, condujo a Jihoon hacia la estación de policía. Sabía que la situación era grave y que necesitaban actuar rápido.
Al llegar a la estación, la madre se dirigió directamente a la recepción, buscando al oficial que podría ayudarles. Con urgencia, pidió hablar con el general.
—Por favor, necesito hablar con el general ahora mismo —dijo, con voz agitada—. Es una emergencia.
Un oficial, al notar la preocupación en el rostro de la mujer, hizo una llamada rápida y pronto condujo a la madre y a Jihoon hacia la oficina del general. La madre explicó la situación, su voz llena de desesperación.
—Mi hijo mayor, Hyunwoo, ha sido secuestrado. Jihoon me dijo que unos hombres lo llevaron y no sabemos dónde está. Por favor, ayúdenos.
El general, al escuchar la historia, mostró una expresión de seriedad y preocupación. Conocía bien a Hyunwoo y a su familia, y la situación no tardó en captar su total atención.
—Tranquila, haremos todo lo posible para encontrar a tu hijo —dijo el general con tono decidido—. Conozco a Hyunwoo, y no voy a permitir que esto quede sin respuesta. Vamos a iniciar una operación de búsqueda de inmediato.
El general se dirigió a su equipo de oficiales y comenzó a coordinar una operación de búsqueda. La estación de policía se llenó de actividad mientras los oficiales se preparaban para el operativo. Las comunicaciones se activaron, y se comenzaron a revisar las grabaciones de cámaras de seguridad y a buscar pistas que pudieran llevar al paradero de Hyunwoo.
Mientras tanto, la madre y Jihoon esperaban en la sala de la estación, con la esperanza de que pronto llegaran buenas noticias. La angustia y la preocupación eran evidentes en sus rostros, pero confiaban en que las autoridades harían todo lo posible para traer a Hyunwoo de vuelta a casa sano y salvo.
El operativo estaba en marcha, y el tiempo era crucial para encontrar a Hyunwoo y asegurarse de que estuviera a salvo.
En el departamento de Minho, una sensación inquietante lo invadió. No era una preocupación habitual, sino una angustia profunda que lo hizo sentir que algo andaba terriblemente mal. Mientras intentaba concentrarse en sus pensamientos, su teléfono vibró con un mensaje inesperado.
Minho miró la pantalla y vio que el mensaje provenía de un número desconocido. Con cierta aprensión, abrió el mensaje, que contenía un video. La curiosidad y el temor lo hicieron presionar el archivo.
El video comenzó a reproducirse y Minho vio a Hyunwoo en un traje provocador, claramente incómodo. El entorno era poco familiar, y los gritos de Hyunwoo eran desesperados. Sus palabras estaban llenas de súplicas, pidiendo que alguien lo detuviera.
Minho apretó el teléfono con furia al ver la situación de Hyunwoo. La angustia en su rostro se transformó en rabia y determinación. Sabía quién estaba detrás de este acto horrendo. Dongsuk había sido un viejo conocido y enemigo, y este video era una muestra cruel de su venganza.
Sin perder ni un segundo, Minho salió de su departamento, decidido a enfrentar a Dongsuk. La preocupación por la seguridad de Hyunwoo lo impulsó a actuar rápidamente.
Minho llegó al bar con una urgencia palpable. La tensión en el aire era casi tangible mientras se adentraba en el lugar, buscando frenéticamente a Hyunwoo. La música alta y las luces parpadeantes no ayudaban a enfocar su búsqueda. Se dirigió hacia los pasillos del fondo, donde sospechaba que podría estar Hyunwoo, y comenzó a revisar las habitaciones una por una.
Finalmente, al llegar a la última puerta, Minho se detuvo, conteniendo la respiración. A través de una rendija en la puerta, pudo ver a Hyunwoo acostado en una cama, con Dongsuk encima de él. Dongsuk estaba en una posición dominante, doblando las piernas de Hyunwoo con fuerza y moviéndose con un ritmo agresivo. La expresión en el rostro de Hyunwoo era de dolor y desesperación, y las lágrimas corrían por sus mejillas.
Minho apretó los puños al ver la escena, su furia y desesperación creciendo con cada segundo que pasaba. Con un rápido movimiento, se apoderó de un tubo de fierro que encontró en el pasillo, respirando profundamente para calmar su temblor de ira.
Sin perder más tiempo, Minho empujó la puerta con fuerza y entró a la habitación, el tubo de fierro en su mano.
—¡Dongsuk! —gritó Minho, su voz cargada de rabia.
Dongsuk levantó la vista sorprendido al escuchar el grito, y su expresión cambió de sorpresa a una sonrisa cruel.
—Minho... —dijo Dongsuk, sin dejar de moverse. —Llegaste justo a tiempo para la fiesta.
—¡Suéltalo ahora mismo! —exigió Minho, avanzando con determinación.
Hyunwoo, al escuchar la voz de Minho, levantó la vista con esperanza, sus ojos aún llenos de lágrimas.
Dongsuk soltó a Hyunwoo y se puso de pie lentamente, levantando las manos en un gesto desafiante.
—¿Qué vas a hacer, Minho? —preguntó Dongsuk con una sonrisa despectiva. —Este es mi lugar, y tú solo eres un intruso.
Minho, sin mediar más palabras, levantó el tubo de fierro, listo para usarlo si era necesario. Sus ojos ardían con una furia contenida mientras avanzaba hacia Dongsuk.
—Esto se acabó, Dongsuk. No vas a salir de aquí sin pagar por lo que has hecho.
Dongsuk, al ver la determinación en los ojos de Minho y sintiendo la amenaza del tubo de fierro, decidió no arriesgarse más. Con un último vistazo a Hyunwoo, Dongsuk se dio la vuelta y salió de la habitación, dejándola a Minho y a Hyunwoo.
Minho corrió hacia la cama, arrodillándose junto a Hyunwoo, que todavía lloraba. Con suavidad, Minho levantó a Hyunwoo de la cama y lo envolvió en un abrazo protector.
—Lo siento mucho, Hyunwoo —dijo Minho, su voz temblando por la emoción. —Estoy aquí. Todo estará bien.
Hyunwoo se aferró a Minho, su cuerpo temblando mientras dejaba que las lágrimas fluyeran libremente. Minho lo sostuvo con firmeza, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza por el sufrimiento que había atravesado.
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entre sombras y deseos
RomanceDescripción: Tras cumplir una condena de cinco años en prisión, Jung Minho es liberado bajo estricta supervisión. El sistema judicial no confía en su rehabilitación, por lo que asignan a Lee Hyunwoo, un joven y brillante policía de 22 años, para vig...