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La tarde se había asentado sobre la academia, y el día escolar llegaba a su fin. Hyunwoo y Hana se habían vuelto buenos amigos rápidamente, disfrutando de la compañía mutua mientras conversaban y reían por los pasillos.

—Entonces, ¿cuáles son tus planes para esta noche? —preguntó Hana con una sonrisa mientras ambos se dirigían hacia la salida.

—No estoy seguro aún —respondió Hyunwoo—. Tal vez solo relajarme un poco.

Mientras caminaban hacia el área de estacionamiento, la sonrisa de Hyunwoo se desvaneció ligeramente al ver una figura familiar apoyada casualmente en su motocicleta. Minho estaba allí, esperándolo, con una expresión que Hyunwoo reconoció al instante: una mezcla de calma aparente y celos apenas disimulados.

Hyunwoo suspiró internamente, sabiendo que el encuentro podría ser complicado. Se volvió hacia Hana y sonrió.

—Bueno, parece que me voy a adelantar. Fue genial pasar el día contigo, Hana. Nos vemos mañana.

—¡Nos vemos! —respondió Hana, sonriendo despreocupadamente mientras se alejaba.

Hyunwoo tomó aire antes de acercarse a Minho. Al llegar junto a él, podía sentir la tensión en el aire. Minho no dijo nada al principio, solo lo observó con una mirada intensa.

—Hola —dijo Hyunwoo, intentando romper el hielo, pero Minho no respondió con palabras.

En cambio, en un movimiento rápido y decidido, Minho lo levantó en brazos, haciendo que Hyunwoo soltara una exclamación de sorpresa, y lo sentó en la motocicleta, con firmeza pero sin brusquedad. La diferencia de altura se hacía evidente ahora que Hyunwoo estaba sentado frente a él, con Minho inclinándose ligeramente hacia abajo.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Hyunwoo, su voz una mezcla de sorpresa y nerviosismo.

Minho, sin decir una palabra, bajó lentamente el cuello de la camisa de Hyunwoo, revelando la piel suave de su cuello y clavícula. Hyunwoo apenas tuvo tiempo de procesar lo que estaba sucediendo cuando sintió los labios de Minho contra su piel. Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras Minho empezaba a dejar pequeñas mordidas y besos en su cuello, dejando marcas visibles.

Hyunwoo se sonrojó profundamente, mirando alrededor con nerviosismo, aunque la mayoría de los estudiantes ya se habían ido. Intentó protestar, pero los labios de Minho en su piel hicieron que cualquier palabra muriera en su garganta. El toque firme y posesivo de Minho dejaba claro lo que estaba pensando, y Hyunwoo no pudo evitar estremecerse de placer.

—Minho... —Hyunwoo murmuró, su voz temblando.

Finalmente, Minho se apartó un poco, admirando su obra, las marcas que había dejado en el cuello de Hyunwoo eran claras y visibles. Con una expresión satisfecha, Minho finalmente rompió el silencio.

—No quiero verte tan cerca de nadie más, niño —dijo Minho en un tono bajo y dominante—. Eres mío.

Hyunwoo lo miró, sus emociones mezcladas entre confusión y el innegable deseo que Minho siempre lograba despertar en él. Aunque había algo de vergüenza en ser marcado de esa manera en un lugar tan público, también había una emoción intensa en saber cuánto significaba para Minho.

—Lo sé —respondió Hyunwoo, con una sonrisa tímida, aceptando la situación.

Minho sonrió ligeramente, su expresión suavizándose un poco. Luego, le dio un suave beso en los labios antes de ponerle el casco a Hyunwoo y subirse a la motocicleta detrás de él, listo para llevarlo a casa.

Sin más palabras, ambos arrancaron la moto y se alejaron, dejando atrás la academia, con Hyunwoo sintiendo el calor del cuerpo de Minho contra su espalda y las marcas aún frescas en su cuello, como un recordatorio de quién era su dueño.

La moto se detuvo frente al departamento de Minho, el motor apagándose en un ronroneo bajo. Hyunwoo apenas tuvo tiempo de quitarse el casco antes de que Minho lo levantara en brazos con firmeza, llevándolo directamente hacia el interior del edificio. A pesar de la familiaridad del gesto, algo en la expresión de Minho se sentía diferente, más urgente, casi desesperado.

Una vez dentro del departamento, Minho no perdió tiempo. Dejó caer a Hyunwoo suavemente sobre el sofá, inclinándose sobre él en un movimiento fluido, como si cada paso estuviera cuidadosamente planeado. Antes de que Hyunwoo pudiera procesar lo que estaba sucediendo, Minho lo atrapó en un beso ardiente, sus labios moviéndose con una pasión desenfrenada que dejó a Hyunwoo sin aliento.

El beso era diferente de los anteriores, más exigente, más intenso. Minho sostenía el rostro de Hyunwoo con ambas manos, sus dedos se clavaban en su mandíbula con una fuerza casi posesiva. Hyunwoo intentó respirar, pero Minho no le dio tregua, manteniendo sus labios sellados sobre los suyos, devorando cada sonido que Hyunwoo intentaba emitir.

La urgencia del beso comenzó a asustar a Hyunwoo. Nunca antes había sentido tanta intensidad en Minho, y la falta de aire comenzó a provocarle una sensación de pánico. Intentó apartarse, pero Minho lo sostuvo más fuerte, como si temiera que Hyunwoo fuera a escapar.

El corazón de Hyunwoo latía con fuerza, una mezcla de miedo y confusión apoderándose de él. Minho nunca se había comportado de esta manera; siempre había sido dominante, sí, pero nunca al punto de ignorar sus deseos o su bienestar.

Finalmente, Hyunwoo encontró la fuerza para apartar a Minho. Con un esfuerzo desesperado, logró empujar el pecho de Minho con ambas manos, separando sus labios de los suyos. El aire llenó sus pulmones de golpe, mientras miraba a Minho con los ojos muy abiertos, su respiración rápida y entrecortada.

—Minho, para... —dijo Hyunwoo, su voz temblando mientras intentaba recuperar el aliento.

Minho lo miró, la pasión aún ardiendo en sus ojos, pero también una chispa de sorpresa. Parecía darse cuenta de lo que había hecho, de cómo había asustado a Hyunwoo. Su expresión se suavizó de inmediato, y se apartó un poco, dándole espacio a Hyunwoo para respirar.

—Lo siento —murmuró Minho, bajando la mirada—. No quería... no quería asustarte.

Hyunwoo se quedó en silencio por un momento, aún procesando lo que acababa de suceder. A pesar del susto, una parte de él entendía que Minho no había querido hacerle daño. Sin embargo, el miedo seguía ahí, latente, recordándole que las cosas podían salirse de control si no tenía cuidado.

—Solo... no lo hagas de nuevo —dijo finalmente Hyunwoo, su voz más firme de lo que se sentía.

Minho asintió, mordiéndose el labio inferior mientras luchaba con sus emociones. Parecía arrepentido, y Hyunwoo sabía que Minho no quería lastimarlo, pero aún así, el momento había sido demasiado intenso.

Minho se acercó de nuevo, esta vez con más cuidado, y le dio un suave beso en la frente antes de apartarse por completo.

—Voy a preparar algo de beber, ¿te parece? —preguntó Minho, intentando romper la tensión.

Hyunwoo asintió, aún sintiendo el temblor en sus manos mientras Minho se alejaba hacia la cocina. Mientras lo observaba, Hyunwoo no pudo evitar preguntarse qué había llevado a Minho a actuar de esa manera, y si podría volver a suceder. La intensidad de su relación siempre había sido algo que lo atraía, pero ahora comenzaba a preguntarse si era también algo de lo que debía tener cuidado.

entre sombras y deseos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora