Capitulo 14 ~ Trabajando Para Lauren Jauregui.

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Camila había vuelto a la normalidad cuando regresó al piso que compartía con sus amigos, y es que después de haber pasado casi un mes entero con Lauren sentía un vacío en su interior cuando no estaba con ella, la extrañaba a cada segundo del día, aunque se mantenían en constante contacto y se veían siempre, sentía que no era lo mismo, esos días que pasó junto a ella habían sido sin duda alguna los mejores y le ayudaron a tender que se había enamorado de esa chica en tan poco tiempo.

Tú me estás jodiendo, a ver si comprendo, me dices que estuvieron un mes durmiendo juntas y ¿nunca lo hicieron? - le preguntó Ally con asombro.

Así es, estuvimos a punto de hacerlo muchas veces, pero ella siempre me detenía, yo pienso que quizá es porque tenemos solo un mes y quizá quiera esperar un poco más, y a mí no me importa, puedo esperarla el tiempo que sea.

Es interesante la situación, igual puede ser que Camila sea virgen, ¿le has preguntando al respecto?

¿Virgen con veintidós años? - le preguntó extrañada-, no lo creo All, seguro es lo que te acabo de decir.

Deberías hablar con ella sobre el tema, puede que lo sea y así pues, puedes organizarle algo lindo cuando llegue el momento.

Lauren se quedó pensando en esa posibilidad, Camila y ella habían hablado de muchas cosas cuando estuvieron juntas, pero jamás tocaron el tema del sexo, sabía que la chica había tenido unos meses de relación con el chico que del problema de aquella noche, pero no quiso entrar en más detalles, y ahora que Ally le colocaba en la mesa esa posibilidad una terrible curiosidad se introdujo en ella, necesitaba saber si eso era verdad.

¿Camila? - le preguntó Marco, al ver que la chica se encontraba de pie frente al gran edificio contemplándolo.

Hola Marco, hoy empiezo a trabajar aquí - le dijo.

Si, algo escuché, ¿y por qué no entras?

Tengo nervios - le confesó con timidez.

¿Nervios siendo la novia de la dueña? - le preguntó en broma.

Pues si, precisamente por eso.

Venga, te acompaño.

Camila miraba todo a su alrededor, aquello parecía un lugar sin fin, no podía saber a ciencia cierta cuantos pisos poseía aquel recinto, pero estaba segura que eran más de treinta, habían personas caminando por todos lados, la gran mayoría vestidos de traje y muy elegantes, Marco se acercó al recibidor y le dijo algunas palabras a la chica, quien no podía dejar de mirarlo con cara de tonta enamorada.

Muy bien, aquí tienes - le entregó un carnet- aunque ya eres bastante conocida en el lugar, llévalo por si cualquier cosa.

Camila se colocó el carnet en su blusa y siguió a Marco hacia el ascensor.

¿Y esa chica de la recepción que? - le preguntó con picardía una vez dentro del ascensor.

Solo una amiga - contestó, peinando su rubio y largo cabello con las manos, mientras esbozaba una sonrisa pícara.

Venga ya - le dijo dándole un empujoncito- seguro ha quedado hipnotizada por tu rubio y brillante cabello.

Oye, no te metas con mi cabello, es mi mayor atributo, a parte de mis músculos - le dijo, levantando sus brazos.

Dios - expresó Camila, colocando sus ojos en blanco.

Así como esa carita de niña hipnotizó a mi adorada jefa - le bromeó a la Cabello.

Ya cállate - le dijo, entre risas.

El ascensor se abrió justo en la última planta, en donde estaban las oficinas más importantes, aquello era impresionante, las oficinas estaban separadas por oscuros cristales y decorado todo de un lujo sin igual, Camila supo al instante cuál era la oficina de su chica, al final del pasillo una gran puerta elegante de madera tenía incrustado en letras plateadas, "Lauren Jáuregui".

Dinastía Jauregui.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora