El matrimonio de Carlos era bueno y pacifico, al menos para el. Llevaba cuatro años casado y hacia tres que se había enterado que iba a ser padre lo que fue inesperado para el al comienzo, pero poco a poco lo acepto.
Amaba a su esposa, Samantha, pero después de dar a luz ella se había vuelto rara y salía de casa todas las noches, por lo que su hija, Isabella, se quedaba con Carlos llorando de hambre.
Un día, su esposa se fue sin avisar como hacia siempre, pero a diferencia de otros días, esta vez no volvió. Su esposo furioso contrato unos detectives para averiguar su paradero y así descubrió que ella tenia un amante y habían huido juntos del país.
Carlos tenia 29 años y vivía en España, su hija tenia tan solo 3 años. Era muy hermosa e inteligente, pero por desgracia o por fortuna, era muy parecida a su madre y esto había ocasionado que Carlos se distanciara de ella a pesar del cariño que le tenía, pues no podia evitar enfurecer cada vez que la veía.
Isabella se quedaba sola en casa con el mayordomo y el ama de llaves, ademas, ya había empezado a asistir al jardín de niños, lo que la ayudaba a distraerse un poco y estar mas acompañada. Siempre preguntaba por su mamá, que donde estaba y cuando iba a volver, a lo que su papá le respondía lo mismo una y otra vez: que nunca iba a volver y que se olvidara de ella.
Carola, el ama de llaves, tuvo una conversación sobre este tema con la niña, quien fue a hablar con Carlos después; ella le advirtió que estaba olvidando el amor maternal y que necesitaba una figura materna, pero Carlos no se mostró muy preocupado por eso.
El solía ser un mujeriego que iba de fiesta en fiesta, pero cuando se casó, se controló por respeto a su esposa. Una vez divorciado, volvió a su antigua vida y se prometió a di mismo que nunca de iba a volver a casar. Ya había intentado conseguirle una madre a Isabella, pero a la niña no le gustaba ninguna candidata, y sabia que las mujeres con las que se acostaba no eran lo suficientemente buenas para el rol de madre. Por eso, el estaba enfocado en tratar de conseguir a alguien que cuidara a la niña como una verdadera madre.
Carlos era el dueño de la automotriz mas famosa del país, su familia era muy influyente y reconocida. Su madre había sido modelo y su padre había fundado la empresa y la había dirigido hasta su jubilación, cuando su hijo ocupo su lugar. El siempre había sido un hombre importante y eso le había ayudado a crecer rápidamente en el negoció familiar. Ademas, después de separarse de enfoco aun mas en el trabajo y lanzo muchos autos nuevos.
—Señor Sainz, ¿Ya va a comenzar con las entrevistas?—. Pregunto la secretaria al entrar en su oficina
—Si, puedes dejarla entrar.
Respiro ondo y espero a que entrara la primera persona. Se pasaba todo el día entrevistando mujeres din descanso, pero todas estaban interesadas en el y no en la niña.
Las convocaba como si fuera un trabajo de secretaria y ya en la oficina les revelaba el verdadero trabajo. No tenia miedo de que hablaran, pues iba a ser su palabra contra la suya, uno de los hombres mas respetados en España. Pero no encontraba a la chica ideal y ya se estaba dando por vencido. Ademas tenia un fuerte dolor de cabeza y solo se había presentado una persona, así que le iba a indicar a su secretaria que cancelara la entrevista, en ese momento entro un ¿joven? De cabello castaño, piel clara, ojos con tono verdoso azulado, bien vestido y con una sonrisa en el rostro mientras lo miraba con inocencia.
¿Que hacia un chico aqui? Carlos había especificado que el trabajo era solo para mujeres. Iba a reclamar cuando el joven castaño se le adelantó:
—Buenos días, ya se que en el anuncio decía que el trabaja era solo para mujeres, pero por favor, tal vez pueda hacer alguna... excepción—. Dijo titubeando —De verdad necesito el trabajo, no importa que sea.
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Un padre por contrato || Charlos
FanfictionCharles esta buscando trabajo desesperadamente, lo que lo lleva a firmar un contrato un tanto extraño que tiene como principal regla nunca enamorarse del padre del niño, llevando una relación distante con su jefe Carlos Sainz. ¿Quien romperá el cont...