Cuando Carlos miró a Charles, se acercó a el.
—Qué guapo que estás.
—Gracias, te ves hermoso también.
—Claro, me acompaña un hombre espectacular, tengo que estar a la altura, ¿no?
—Tonto.
—¿Vamos?
—Sí.
Él abrió la puerta, Charles entró al auto y Carlos condujo hasta el lugar. El joven estaba ansioso porque no sabía dónde iban, Carlos no dio ninguna pista ni dijo una palabra, después de unos minutos llegaron a una hermosa plaza y, justo enfrente, había un parque de diversiones. Charles sonrió como un niño cuando lo vio e Isabella también se emocionó. Carlos estacióno y se bajó del auto.
Cuando entraron al parque de diversiones, Charles no dejaba de sonreír, así que Carlos le pellizcó la mejilla y se rió de el.
—Dios mío, no puedo creer que esté en un parque de diversiones, no tienes idea de cuánto tiempo estuve esperando, desde que soy un niño.
—Me alegró de que te haya gustado.
—Papi yo quiero ese osito de peluche, ese muñequito y un erizo.
—Entonces comprémoslos.
—¿Todo eso?
—¿Cuál es el problema? Los llevamos al auto.
—Está bien.
Carlos compró todo lo que Isabella quería y luego fueron a un juego. La nena subió a un carrusel y empezó a girar, mientras que Charles se paró al lado de Carlos a verla jugar, sonriendo como tonto.
—¿Ves que aún puedes recuperar el tiempo perdido?
—Gracias por hacérmelo ver.
—Mira tu sonrisa llena de felicidad. Espero hacerte sonreír todos los días.
—Lo harás.
—Y tú también, no creas que no eres una prioridad para mí.
—¿Lo soy?
—Tanto como nuestra hija —. Dijo dándole un beso y miró a su alrededor.
—Carlos, ¿estás loco? Alguien puede vernos y hablar.
—¿Y qué?
—Eres un hombre importante y habrán rumores.
—No me importa, pronto te presentaré de todos modos.
—¿Qué?
—Cuando quieras dar un paso más, te presentaré en mí mundo, no creas que no serás un Sainz.
—Tienes esas ideas...
—Quiero que todos sepan que eres mío.
—Nadie necesita saberlo.
—Pero yo quiero, quiero salir a la calle de la mano contigo y que todos vean que somos pareja, que eres todo mío.
—Para alguien que no quería otra relación, estás soñando mucho, ¿no?
—Me haces pensar en el futuro, me siento bien a tu lado y quiero tener ese sentimiento por siempre.
—Papi, papá, mírenme.
—Estoy viéndote, mi amor.
—Se acabó el tiempo, vamos a otro juego.
Carlos tomó a Isabella y los tres se alejaron. Tomó la cintura de Charles y el dio un paso atrás. Para el, eso ya era ir demasiado rápido y no quería que siguiera. Compraron palomitas de maíz y caminaron por el parque. Carlos jugó al tiro al blanco y ganó, por lo que recibió un oso de peluche gigante y se lo dio a Charles. Delante de ese juego había un túnel en el que mostraban todo tipo de historias para niños. Con cada paso que daban conocían a un nuevo personaje de un cuento.
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Un padre por contrato || Charlos
FanfictionCharles esta buscando trabajo desesperadamente, lo que lo lleva a firmar un contrato un tanto extraño que tiene como principal regla nunca enamorarse del padre del niño, llevando una relación distante con su jefe Carlos Sainz. ¿Quien romperá el cont...