Capitulo 25 (real aksjajsja)

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*holaa, perdónenme o me pongo depre y no actualizo 😔*

Al amanecer, Charles sintió sintió el roce de una mano grande y fuerte que le recorría las piernas, pasaba entre su entrepierna y acariciaba su miembro. Sintió besos cálidos en el cuerpo y por toda la piel. Se estaba acalorando y empezó a jadear, anhelante. Un hombre se presionó contra el y lo besó por todas partes mientras que disfrutaba de las sensaciones y se entregaba al placer.

De pronto, lo invadió una ola de calor y se sentó en la cama. Miró a su al rededor y se dio cuenta de que había sido solo un sueño, no podia creer que le hubiera pasado algo así. Carlos también se despertó por el movimiento y vio que estaba avergonzado.

—¿Que paso, amor? Estás sudando.

—Nada, solo fue un sueño. Voy al baño —respondió. Después se encerró en el baño y se lavo la cara, el cuello y los brazos. Tenia el cuerpo caliente y el corazón acelerado y, cuando miró su ropa interior, se dio cuenta de que estaba mojada otra vez. Luego de un rato encerrado, volvió a la cama y Carlos ya estaba dormido, así que se acostó en la cama sin tratando de no hacer mucho ruido.

Al día siguiente, Carlos se despertó y vio a Charles dormido. Todavía era temprano, pero lo despertó porque tenían que llevar a Isabella a la escuela e ir a su casa a arreglarse.

—Buenos días, amor —le dijo.

—Buenos días.

—Levantemonos, que tenemos que ir a casa.

—Esta bien.

Se levantaron con pereza y se ducharon. Después, Charles se cambió y fue a la habitación de Isabella para alistarla. La nena lo miró con una cara de sueño adorable.

—Papi, no quiero. —protestó.

—Mi amor, tienes que ir a clases. Vamos.

—¡No!

—Si te dejada quedarte en casa cada vez que no quieres ir, no asistirías nunca —bromeo Charles. Después buscó ropa en el armario y fue a bañar y alistar a Isabella. Cuando estuvieron listos, bajaron a la sala para desayunar con los demás.

—Buenos días —saludó.

—Buenos días Charles, que cara de sueño —dijo Reyes.

—Tengo un poco de sueño todavía.

—Siéntate a tomar un café.

—Amor, ya subí todo al auto —informó Carlos —buenos días, hija.

—Papá, no quiero ir a la escuela —protesto la niña

—Te estas volviendo perezosa. Si te hiciéramos caso, no irías nunca a clases.

—Lo mismo le dije —dijo Charles.

—Que papá tan aburrido el tuyo —bromeo Reyes

—Tu eras igual —le recordó su hijo.

—¡Es verdad! —coincidió el señor Sainz.

Siguieron hablando de la infancia de Carlos mientras desayunaban y comparándolo con Isabella. Después se despidieron y se marcharon. Carlos condujo a la escuela y luego a su casa. Charles fue a cambiarse y volvieron a encontrarse abajo.

—¿Estas listo? Te ves guapísimo —afirmo Carlos.

—Lo estoy. Gracias.

—Vamos entonces —de camino a la empresa, Charles estaba nervioso. Cuando llegaron, Carlos lo tomó de la mano antes de entrar. —¿Estas nervioso? —preguntó.

Un padre por contrato || CharlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora