Capitulo 12

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Carlos bajó a la cocina y Charles estaba preparando la mesa para comer allí. Se sentaron, él tomó un sándwich y empezó a comer mientras observaba comer a el castaño, que lo hacía con lentitud.

—¿Estás bien?

—Sí. ¿Cómo supiste lo que había pasado hoy?

—No importa. Si no te hubiera llamado aún estarías en esa habitación, ¿no?

—Es probable.

—¿Y por qué no me dijiste nada?

—¿Por qué viniste?

—Pensé que estabas feliz de verme.

—Solo vine a prepararte el sándwich, después de comer me voy a la habitación.

—¿Esa es tu excusa?

—Por favor, Carlos.

—No te vayas, Charles.

Cuando terminaron de comer, el joven se levantó y fue al fregadero para lavar su plato y su vaso. Mientras lavaba, Carlos tomó su plato y se colocó detrás de el. Al percibir su olor pensó en dar un paso más, pero Charles lo sintió detrás de el y se puso muy nervioso, por lo que terminó de lavar deprisa y se hizo a un lado.

Luego de limpiar la mesa, Carlos se dirigió a la sala y se sentó con Charles en el sofá. Este ultimo se levantó y el español lo miró.

—¿Por qué no te sientas?

—Me voy a la habitación.

—No seas flojo, siéntate aquí.

—Me voy a dormir, necesito descansar.

—Lo harás en un momento, pero antes hablemos.

Charles se ubicó en otro sofá y él fue hacía donde estaba y se sentó a su lado.

—¿Qué opinas de sacar a Isabella de esa escuela?

—¿Por qué me preguntas eso? Tú eres su padre, no necesitas mi opinión.

—Tu lo eres ahora también, así que tenemos que resolver esto juntos.

—Estoy tan confundido con esto, Carlos.... Creo que me metí en un lío.

—¿Por qué?

—Todo era perfecto hasta que esto pasó y me hizo ver que algún día tendré que dejarla.

—¿Sigues creyendo eso?

—Carlos, no trates de mentirte a ti mismo, ¿cómo crees que será cuando tengas a alguien, cuando realmente ames a alguien y quieras estar con el o ella en está casa?

—No te preocupes por eso.

—Dime, ¿cómo harás?

—No voy a traer a nadie a esta casa, Charles, deja de decir eso.

—Está bien.

—Sácate ese miedo de la cabeza, sufres de antemano y solo te haces daño.

—Está bien.

—Dime tu opinión, ¿qué piensas sobre cambiarla de escuela?

—No creo que sea buena idea, ella ya se adaptó a esta e hizo amigos; la directora tomó medidas y tuvo una reunión con los padres de los otros niños. Esperemos a ver si la situación cambia.

—Ok, pero no lo dejaré pasar si se repite.

—Está bien, creo que es justo.

—Ahora sácate ese miedo y acepta que ella te ama y que eres su papá. Nadie te reemplazará, Charles, sé que todo esto empezó de una manera extraña y que no somos muy cercanos, pero veo tu cuidado y tu amor por ella. Sé que eres realmente como su padre, a pesar de que aún no se conocen por completo. Confío en ti.

Un padre por contrato || CharlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora