Capitulo 28

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Al día siguiente, Carlos se despertó y miró a su prometido que seguía durmiendo. Se levantó con una sonrisa, se lavo la cara y bajo a la sala.

—Buenos días. —lo saludo Carola.

—Buenos días, ¿puedes preparar a Isabella para ir a la escuela?

—Claro, ¿Charles está bien?

—Si, solo quiero dejarlo descansar un poco. Llegamos tarde ayer.

—Claro, entiendo.

Carola subió a la habitación de la niña y el volvió a la suya, como vio que Charles aún estaba durmiendo así que trato de hacer el menor ruido posible. Se puso una sudadera y bajo a la sala para esperar a Isa.

—Buenos días hija. —la saludó con un abrazo.

—¿Donde esta papi?

—Papi aún está durmiendo. Hoy te llevara papá a clases, ¿de acuerdo?

—¿Papi irá a buscarme?

—Si.

Luego de desayunar, Carlos la acompañó la llevo a la escuela y regreso a casa. Preparo una bandeja de comida y una taza de café para después llevarla al dormitorio. Charles estaba igual que cuando Carlos se había ido, lo que le sacó una sonrisa. Apoyó la bandeja al pie de la cama y se acercó al joven dormilón.

—Buenos días, amor. ¿Vamos a despertar? —dijo, dándole un beso en la frente. Charles se estiró un poco y suspiró.

—Buenos días. —abrió los ojos con lentitud.

—Buenos días mi lord durmiente.

—Que hora es?

—Las ocho con cuarenta.

—¡Dios mío! Isabella tiene que ir a la escuela. —exclamó levantándose rápidamente.

—Tranquilo, ya la lleve.

—¿En serio? —lo miró confundido.

—Si me levante antes y quise dejarte dormir un poco.

—Bueno, gracias. —le devolvió la sonrisa y, al sentarse en la cama notó la bandeja de comida. —Que rico, huele a café recién hecho.

—El lord durmiente tiene que desayunar algo ¿no?

—¿Carola a prepararlo?

—No.

—¿Carlos?

—Bueno, si. ¡Pero hice casi todo yo! —Charles soltó una risa y probó la comida.

—Mmm, esta súper rico.

—Me alegra que te haya gustado. Buen provecho. —dijo el antes de dar media vuelta.

—¿No vas a comer? —preguntó Charles.

—Ya desayuné. Come tranquilo, iré a hacer una llamada, ¿Vale?

—Esta bien.

Carlos salió al balcón de la habitación con el teléfono en mano. Charles tomó un poco de café y lo escucho decir que no iban a ir a la empresa ese día ni al siguiente, lo que le generó curiosidad, pero decidió esperar para preguntarle al respecto. Para su sorpresa, todo estaba muy delicioso, por lo que termino comiendo mas de lo habitual. Volvió a mirar el anillo en su dedo y sonrió como tonto, pues no podía creer que estuviera comprometido.

—Amo esa sonrisa. —dijo Carlos que había terminado la llamada.

—¿No vamos a ir al trabajo?

—No. tomaremos unas mini vacaciones. —anunció sonriente.

Un padre por contrato || CharlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora