Capitulo 18

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Después de asearse, todos bajaron a la sala a almorzar y, mientras comían, Carlos le explicó a Isabella que iban a llevarla a la casa de sus abuelos, por lo que la niña se puso muy contenta. Luego jugaron un rato en el jardín antes de que el llevará a su hija. Mientras tanto, Charles se quedó preparando la maleta, se arregló y se quedó en la habitación pensando si faltaba algo más. Como ya estaba oscureciendo y Carlos no llegaba, Emma bajó a esperarlo a la sala.

—Tardaste mucho. ¿Pasó algo? —. Le preguntó cuando llegó.

—Mis padres no dejaban de darme charla.

—Ah, me alegro de que eso fuera todo —. Dijo aliviado.

—Ya le avisaré a Gustavo que no vas —. Agregó Carlos.

—¿Qué? ¿Por qué hiciste eso? —. Protestó el.

—Porque era lo correcto.

—Dios mío, ¿qué le dijiste?

—Le dije que tenías una cita de última hora.

—¿Se molestó?

—¿Te preocupa lo que piense? Si quieres, puedes ir a verlo; no tienes que ir a la casa de Max —. Comentó Carlos mientras subía las escaleras.

—No te pongas celoso. Es solo que me tomaste por sorpresa.

—Te preocupas por su condición, así que, si te da lástima, ve a buscarlo —. Continuó él ya en la habitación. Charles lo siguió y, como Carlos se sentó en la cama para sacarse los zapatos, Charles se sentó en su regazo y lo hizo levantar el rostro.

—Perdón, no quise molestarte, es que no quiero que se enoje conmigo. Quiero ir a divertirme contigo —. Se disculpó el joven.

—Está bien. Lo siento, me voy a dar una ducha.

—¿Empacaste tus cosas?

—No, lo arreglaré luego.

—Junta lo que quieras y yo lo empacaré.

Bueno, gracias —. Respondió Carlos. Buscó lo que quería llevarse, una maleta y dejó todo sobre la cama para que el castaño guardará la ropa mientras iba al baño. Después de cenar, volvieron a subir. —¿Tú ya tienes todo listo?

—Sí.

—Entonces llevaré todo al coche —. Avisó él.

Mientras tanto, Charles llamó a Checo para decirle que ya iban en camino, se despidió de Carola y fue al auto.

—Hola —. Saludó Checo cuando llegaron.

—Hola. Sube.

—Buenas noches —. Le dijo a Carlos.

—Buenas noches —. Respondió él con cortesía.

—¿Llevarás ese bañador, Charles? —. Preguntó Checo.

—Sí.

—¡Será un éxito! Yo estoy tan enfadado con Max que llevaré los que mas pegados me queden, allá decidiré cuál me pongo —. Se quejó el chico.

—¿Qué pasó?

—Apenas tenemos una amistad con mucha confianza, por decirlo de alguna manera, pero él cree que puede darme órdenes y quiere controlarme —. Explicó.

—¿De qué se quejó?

—De la fiesta, me exigió que no usara bañadores pegados.

—¿Y cuál es el problema? —. Charles no entendía.

—Ese no es el punto. La fiesta es en trajes de baño, pero no quiere que use.

—No lo puedo creer.

Un padre por contrato || CharlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora