Capitulo 29

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Carlos fue a recoger a su hija para llevarla al auto e ir camino a casa de sus padres. Durante todo el camino, Charles estuvo muy nervioso, pues al fin les darían la noticia de su compromiso.

Una vez allí, el joven despertó a Isabella, quien se puso feliz al estar por fin en la casa de sus abuelos. A penas su novia toco el timbre, Reyes abrió la puerta y los recibió con un cálido abrazo, dándole un elogio tras otro.

—Cuando Carlos dijo que iban a venir me puse tan contenta de verte querido.

—Yo también me alegro de verla. —Charles le devolvió los abrazos.

—¿Solo vino tu nuero o que? —comentó Carlos.

—Hola hijo. ¿Donde esta la princesa de la abuela?

—¡Aquí estoy! —dijo Isabella mientras corría a los brazos de su abuela, pasando por delante de Carlos que se había quedado mirando la escena indignado.

—Bueno, pasen y pónganse.

—Al entrar, saludaron a el padre de Carlos, quien estaba sentado con Heidi y Gustavo. Mientras tanto, los guardias de seguridad llevaban las maletas.

—Papi, quiero agua.

—Vamos a la cocina por un poco, mi amor. —dijo Charles.

—No hace falta que vayas querido, pediré que la traigan.

—No se preocupe, iremos nosotros. —insistió Charles. Donde le pidió un vaso de agua a la sirvienta que estaba cocinando, en ese momento entro Gustavo.

—Hola.

—Hola Gustavo, quería disculparme por lo del otro día. Se que no te busque, pues tenia mis razones. Espero no te molestes conmigo.

—No pasa nada, Carlos me aviso y se que están juntos.

—Si, pero no quiero que se mal entiendan las cosas entre nosotros.

—No te preocupes, ahora eres mi primo. —dijo entre risas.

Charles también sonrió y se abrazaron de forma amistosa, en ese momento entro Carlos y se rascó el cuello con cara de irritación. El monegasco rápidamente Charles lo tomó de la mano y lo llevó de vuelta a la sala sin prestarle mucha atención a Gustavo.

—Quita esa cara, no paso nada.

—Volvamos, quiero anunciar la boda. —dijo Carlos.

—¿Ya?

—¿No quieres?

—No, si. Pero estoy un poco nervioso.

—Pero ellos te adoran. —el español no entendía.

—Pero es tu segundo matrimonio. Puede que no les guste o no les agreda la idea.

—Tu tranquilo.

—¿Puedo pedirte un favor?

—Claro.

—No les cuentes nada sobre mi pasado.

—No te preocupes. —Carlos lo acercó a su pecho. —Tu pasado es asunto tuyo.

—Bien. Vamos.

Regresaron a la sala y se sentaron en el sofá. Heidi estaba a lado de Carlos, y cada vez que hablaba le tocaba la pierna con disimulo. Charles no le quitaba la mirada de encima, por lo que la chica quitaba la mano de inmediato al darse cuenta. Carlos cruzó las piernas pero eso no fue suficiente. Heidi volvió a tocarlo y Carlos se puso de pie de inmediato.

—Quiero hacerles un anuncio.

—¿Voy a ser abuela otra vez? —dijo Reyes entusiasmada

—No. —al joven se le escapó un risa.

Un padre por contrato || CharlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora