Capitulo 8

4.5K 439 208
                                    


—Ya nos conocemos —. Dijo Charles, sin entender. Carlos pensó que lo estaba cargando.

—Habló de tu historia de vida, Charles.

—No tengo nada que decir al respecto.

—¿Por qué mientes? Aunque no nos veamos mucho, me doy cuenta cuándo dices mentiras.

—Son todas cosas aburridas de las que no me gusta hablar —. Explico Charles, indiferente.

—Entiendo —. Tomó un sorbo de vino. —¿Qué piensas de España?

—Por ahora, lo estoy disfrutando. Pero no salgo mucho, así que no tengo una opinión formada.

—Cuando lo conozcas más, de seguro te gustará.

—Eso espero.

—Dijiste que te ibas a quedar aquí permanentemente, ¿no? —. Preguntó con tono casual. El joven asintió con la cabeza y tomó un poco de vino. —¿No extrañas tu país?

—No.

—No eres de hablar mucho, ¿cierto?

—No es eso. Es que pregunta por cosas de las que no quiero hablar —. Explicó con amabilidad.

—Está bien —. Contestó el español, apretando los labios.

—Bueno, hábleme de usted entonces, ya que yo no tengo mucho para decir sobre mí.

—De acuerdo. Manías, gustos, ¿qué quieres saber —. Dijo con una sonrisa.

—¿Cómo llegó a ser tan exitoso?

—Estudié mucho, pero mucho. Fui a la escuela de negocios y también empecé derecho. No terminé la universidad, pero estudié sin descanso ambas áreas e hice hincapié en las leyes, lo que me ayudó a saber que podía hacer y qué era posible. Mi padre ya tenía la empresa porqué era de mi abuelo, así que se retiró cuando vio que yo estaba preparado y bien entendido en el tema.

—¿Qué edad tenía usted cuando se hizo cargo de la empresa?

—Te dije que no me tratarás de usted, Charles —. Le recordó, taciturno. El monegasco lo consideró. —Me hice cargo cuando tenía veinte años y todavía estoy ahí.

—Guau, impresionante. Charles sonrió, intrigado.

—Sí. Le dedicó mucho tiempo para que continúe siendo una de las mejores —. Dijo con orgullo.

—Me lo imagino.

—¿Nunca quisiste iniciar tu propio negocio?

—No. Antes quería ser doctora, pero terminé estudiando enfermería. La medicina solo sirve si tienes dinero.

—No es así —. Frunció el ceño, extrañado.

—Usted lo dice... —. Se interrumpió, recordando lo que él le había pedido. —Lo dices porque tienes dinero.

—¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

—Salir, ir al cine, fiestas, bares, discotecas, ir de compras.....

—Veo que te gustan esas cosas. Primero el club y ayer la piscina.

—Sí, disfruto hacer esas cosas. Me gusta divertirme y poder bailar. La música me hace feliz, pero no es que sólo me gusta salir a discoteca; hay días en los que no cambió mi casa para nada —. Explicó. Carlos y tomó un sorbo de vino. —¿Y tú?

—Tenemos los mismos gustos. Creo que se nota que soy fanático de salir y beber con mis amigos. Si alguien me pide que vaya a un bar a tomar una copa, voy. Antes no era así, pero ahora lo soy y no creo que esté mal.

Un padre por contrato || CharlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora