Capitulo 30

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Después de ir a cenar, Charles alisto a Isabella para que se durmiera, cuando salió de la habitación notó que Carlos estaba en la puerta observando.

—¿Cuanto tiempo llevas ahí?

—Un poco, ¿De verdad estás bien?

—Si, no te preocupes. ¿Vamos a la sala? —contestó Charles.

—Verte así me pone muy mal y mas saber que no pude hacer nada.

—Esta bien. Tu no sabias, nadie sabia.

—Te amo.

—Yo mas.

Carlos sostiene su rostro besando sus labios y bajan a la sala, donde el señor Carlos toma dos capas de vino y se las entrega.

Empezaron a hablar sobre los preparativos de la boda, pues fue el tema de conversación de todo el día. Las horas pasaron y los padres de Carlos se fueron a dormir mientras ellos se quedaron ahí.

—¿Recuerdas la primera vez que tomamos vino aquí? —preguntó Carlos.

—Me coqueteaste y te deje. —contestó Charles.

—Ese día ya te quería, pero me daba miedo admitirlo. Mi padre me estuvo molestando todo el día para que fuera a buscarte, pero no lo hice.

—¿Entonces me coqueteaste por eso?

—No, el alcohol me hizo querer admitirlo.

—Y aquí estamos de nuevo.

—Comprometidos, juntos y felices.

—¡Por siempre! —Charles levantó su copa de vino

—¡Por siempre! —Carlos le correspondió.

Comenzaron a besarse y cuando las cosas comenzaron a subir de tono decidieron ir a la habitación.

Al llegar a la recámara, Carlos comenzó a besar a Charles de manera larga y lenta, pero fue aumentando la intensidad hasta que el castaño terminó recostado debajo de el. Charles lo besó con necesidad, por lo que el dejó escapar un suspiro y le apretó la cintura. El joven movio las manos a su miembro y Carlos rompió el beso de inmediato.

—¿Amor? —preguntó confundido.

—¿Estas seguro que no quiere?

—No hagas eso.

—Por favor.

Carlos dejó escapar un gruñido de frustración, se dio la vuelta, pasándose la mano por la cabeza, y el monegasco se acercó para abrazarlo por la espalda. Charles acarició su abdomen de arriba a abajo de manera suave, lo que provocó que su novio volteara y le estampara un beso en los labios.

El camino con Charles sin soltarlo y lo lanzó a la cama, sintió que estaba a punto de perder los estribos, pero se controló. Su mirada era tan oscura y Charles sabia que se estaba conteniendo, pues no había hecho nada en meses. Su novio se acosto sobre el, beso sus labios y apretó sus muslos; el beso era tan necesitado y feroz que el chico ya estaba excitado por su voracidad. Carlos le levantó la camisa para lamerle los pechos y bajo en un camino de besos hasta llegar a su miembro.

Le quito el bóxer mientras lo besaba y enseguida comenzó a chupar con un ritmo desenfrenado, lo que hizo que Charles agarrara las sabanas con fuerza y trataba en vano de contener los gemidos que se le escapaban de la garganta. Carlos iba rápido a tal punto de provocar que se le estremecieran las piernas.

Carlos le besó el muslo y se bajó de encima de el; sin embargo, antes de que pudiera levantarse de la cama, su novio jaló de él y se incorporó. En cuanto sintió sus manos recorriendo su abdomen, intento detenerlo, pero el joven se apresuró hasta llegar a su pene y dio un ligero apretón, lo que provocó que soltara un gemido ronco.

Un padre por contrato || CharlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora