இ oh conchetumare que wea más triste weon, pero igualmente es una putísima joyita. Espero les guste uwu.
La luz del amanecer asomaba tímidamente en el horizonte, coloreando el cielo con tonos naranjas y rosados. Sanemi corría con desesperación por el bosque, sus pasos pesados resonando entre los árboles, su respiración errática, mientras su corazón latía con fuerza. Sabía dónde encontrarla, donde siempre iba cuando quería estar sola. Pero esta vez... esta vez era diferente.
—[T/N]... —susurró su nombre con una mezcla de angustia y miedo, el viento helado golpeándole el rostro mientras avanzaba sin detenerse.
Desde niños, Sanemi había estado junto a ella. [T/N] había sido su amiga, su compañera, su confidente... y con el paso del tiempo, su único amor. El tipo de amor que te consume, te quema por dentro, y te hace olvidar todo lo demás. Pero las cosas habían cambiado de forma cruel e irreversible.
[T/N] ya no era la niña que corría descalza por los campos ni la joven que reía a su lado bajo la luz de la luna. Había sido convertida en un demonio. Y eso lo había destrozado.
Sanemi sabía que, a pesar de su nueva naturaleza, el corazón de su querida [T/N] seguía siendo puro. Ella no deseaba ser una criatura de la noche. Le daba asco lo que se había convertido, cómo su alma humana se desgarraba en pedazos cada vez que la sed de sangre la consumía. No podía soportarlo más, no quería vivir esa mentira cruel. Y ahora, ella había tomado la decisión más terrible de todas.
❀ ❀ ❀ ❀
Sanemi llegó al claro donde la luna solía bañar sus cuerpos cuando se encontraban de niños. El lugar donde siempre volvían, donde los recuerdos más hermosos de su vida permanecían, intactos... hasta ahora. Allí, en el centro del claro, estaba [T/N], de pie, sola, con la mirada fija en el horizonte, donde los primeros rayos del sol comenzaban a iluminar el cielo. Su silueta parecía frágil, aunque sabía que su cuerpo demoníaco estaba lleno de una fuerza sobrenatural.
—¡[T/N]! —gritó Sanemi, su voz ronca por la desesperación—. ¡No lo hagas!
Ella giró lentamente, sus ojos demoníacos, tan distintos a los que él había conocido, brillaban con una tristeza insondable. Pero cuando lo vio, algo de humanidad parecía regresar a su rostro. El amor y la melancolía se entrelazaban en su mirada, como si, por un segundo, volviera a ser la misma [T/N] que él siempre había amado.
—Sanemi... —susurró ella con una voz quebrada, llena de dolor y resignación—. Llegaste...
Sanemi corrió hacia ella, sus pasos frenéticos sobre la hierba húmeda, y la atrapó en sus brazos, apretándola contra su pecho como si, de alguna manera, su abrazo pudiera mantenerla con vida. Podía sentir el frío de su piel, la falta del calor humano que antes emanaba de ella, pero no le importaba. Aún así, era [T/N], la única persona que siempre había importado.
ESTÁS LEYENDO
𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐒𝐇𝐈𝐍𝐀𝐙𝐔𝐆𝐀𝐖𝐀 𝐒𝐀𝐍𝐄𝐌𝐈
Fiksi PenggemarONE SHOTS DE SHINAZUGAWA SANEMI¡! KAKASHIFTME 2O24. © ❍ OS en diferentes situaciones, universos paralelos o alternativos.